martes, 28 de agosto de 2012

Verdades
EL PRESIDENTE QUE NECESITAMOS
Gehard Cartay Ramírez

El país reclama con urgencia un Presidente normal, serio, capaz, honesto y trabajador.
Un Presidente normal que, por tanto, se ocupe de los problemas de Venezuela y trabaje efectivamente por resolverlos. Un Presidente normal que, en lugar de jugar a la revolución, gobierne de verdad. Un Presidente normal que, en lugar de creerse un nuevo Bolívar, tenga la humilde vocación de convertirse en el primer trabajador entre sus ciudadanos.
El país reclama un Presidente normal que, por tanto, en lugar de estar pensando en perpetuarse de por vida en el poder, encabece una reforma constitucional para eliminar la reelección presidencial y abrir así la puerta al relevo y al cambio generacional. Un Presidente normal que, en lugar de pervertirse en el disfrute concupiscente del poder y sus mieles, sepa que tiene un mandato popular por un tiempo determinado y que, luego de cumplirlo, debe irse para su casa, comprometido a no ser un factor de perturbación contra nadie.
El país reclama con urgencia un Presidente serio. Un Presidente serio que, por tanto, en lugar de creerse un líder mundial, se ocupe de los venezolanos, de sus angustias y necesidades fundamentales. Un Presidente serio que, en lugar de andar con esa regaladera criminal de nuestros petrodólares, intentando comprar un liderazgo internacional, por el contrario, los invierta en planes y obras que mejoren la calidad de vida de los venezolanos.
El país reclama con urgencia un Presidente capaz que, por tanto, en lugar de perder el tiempo discurseando todos los días sobre temas y asuntos sin importancia, por el contrario, ponga sus capacidades y aptitudes en función de gobernar bien para el progreso efectivo de sus conciudadanos. Un Presidente capaz que, en lugar de creerse más importante que los demás, trabaje por los demás. Un Presidente capaz, que se rodee de los mejores y que actúe como un estadista y no como un agitador de barrio.
El país reclama con urgencia un Presidente honesto que, en lugar de usar los recursos públicos para favorecer a su proyecto político personal y a su cúpula podrida sin escrúpulo alguno, por el contrario, los administre con pulcritud en beneficio de todos los venezolanos. Un Presidente honesto, rodeado de honestos, que, en lugar de confundir el presupuesto público con sus recursos personales, lo maneje en función de los intereses nacionales.
El país reclama con urgencia un Presidente trabajador que, en lugar de perder el tiempo y hacérselo perder a la gente, por el contrario, aproveche cada minuto del día buscando soluciones a los problemas nacionales. Un Presidente trabajador que, en lugar de estar peleándose con todo el que no comparta sus políticas y actitudes, por el contrario, aproveche su tiempo buscando soluciones a los problemas nacionales, trabajando para crear nuevos empleos, atraer inversiones nacionales y extranjeras, protegiendo y estimulando la iniciativa personal y devolviéndole a los venezolanos la fe en su propio país. 
Bien se sabe que “una sóla golondrina no hace verano”. Esas condiciones que el país reclama de su próximo Presidente deben tenerla también sus colaboradores a todos los niveles, así como los gobernadores y alcaldes que se van a elegir en diciembre y abril. Cada uno de ellos deberá ser también un funcionario normal, serio, capaz, honesto y trabajador.
La destrucción del país, a manos del actual régimen, reclamará del próximo gobierno un esfuerzo descomunal, inmenso y extraordinario para superar la actual crisis y abrir el camino del progreso, del desarrollo y del bienestar para todos.

Capriles Radonski: el relevo necesario
Afortunadamente, Henrique Capriles Radonski, como próximo Presidente de Venezuela, está en capacidad de ser ese Primer Mandatario Nacional que hoy exige el país.
Capriles Radonski tiene experiencia como alcalde y gobernador exitosos, conoce la problemática del país y, por si fuera poco, posee la juventud y el vigor necesarios para acometer la inmensa empresa que tiene por delante.
Esta situación no debería merecer mayores explicaciones, luego de casi 14 años de fracaso del actual  régimen y su jefe único. El país sabe que el Presidente saliente ya no da para más, es un personaje agotado, sin fuerzas, vacío de ideas y propósitos, con un discurso gastado y sin posibilidades de hacer algo en beneficio de los venezolanos, como lo ha demostrado con creces.
Este siete de octubre está en nuestras manos elegir ese nuevo presidente que el país entero exige, y salir de lo que, por corrupto, ineficiente e inepto, sólo ha hecho un inmenso daño a las extraordinarias potencialidades de Venezuela y su gente.


LA PRENSA de Barinas - Martes, 14 de agosto de 2012.

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