GANAR… Y COBRAR
Gehard Cartay Ramírez
Para la oposición democrática
no será fácil el camino hacia la Asamblea Nacional.
Todo lo contrario: serán
varios los obstáculos y dificultades que encontrará de aquí a diciembre. Y la
razón es muy simple: dado el creciente desprestigio del régimen y el rechazo casi
unánime a su gestión, todo indica que, si estas elecciones son pulcras, la
oposición obtendría un triunfo aplastante, sin margen a dudas de ninguna
naturaleza.
Afirmo esto con la misma
claridad con que también digo que, aún así, los candidatos opositores y sus
partidos no pueden dormirse en los laureles. Muchísimo menos pueden descuidarse frente al poderoso adversario que
tienen en contra: el régimen, su CNE y la total falta de escrúpulos de ambos, así
como el gasto milmillonario que harán para intentar torcer la voluntad del
electorado.
Ese riesgo
es aún mayor si se toma en cuenta que el régimen está desesperado. Porque si
bien es cierto que desde los inicios del chavismo en el poder siempre ha practicado
el más abyecto ventajismo y la más rapaz
corrupción electoral, así como la utilización descarada del fraude, no lo es
menos que ahora, precisamente porque se siente en el ambiente que se aproximan
a una derrota espectacular, esa cúpula podrida y facinerosa es capaz de
cualquier cosa.
Los hechos, en este sentido,
saltan a la vista: el CNE esperó hasta último momento, violando incluso
disposiciones legales, para anunciar la fecha de las elecciones parlamentarias.
Lo hizo cuando el régimen se lo ordenó.
Pero no sólo eso. Junto a la
convocatoria de los comicios el CNE anunció también algunas disposiciones claramente
ilegales, como esa del 40 por ciento de participación femenina en las candidaturas.
Independientemente que uno esté de acuerdo con la misma, lo absurdo es que se
apruebe violando la ley, por cuanto
fueron dictadas luego de haberse anunciado el proceso. Lo conducente era
hacerlo antes. Precisamente por ser ahora un hecho sobrevenido, esas
disposiciones son ilegales desde todo punto de vista, pues no se pueden aprobar
una vez anunciada la convocatoria de los comicios.
Estamos, pues, advertidos
desde hace mucho tiempo -y ahora más que nunca- de las marrullerías del régimen
y su CNE. Esto, que resulta un hecho tan claro, no parece tenerlo en cuenta
algunos sectores de la MUD y sus candidatos. Tal como están las cosas, junto a
una agresiva campaña electoral -que aún no se siente-, la unidad opositora debe
estar vigilante ante la conformación del registro electoral, la preparación de
sus testigos electorales y miembros de mesa y, sobre todo, en alerta permanente
el seis de diciembre para neutralizar cualquier intento de fraude.
Por supuesto que la MUD
también deberá movilizar y entusiasmar aún más a sus activistas y electores. Lo
digo porque entre sus candidatos a diputados “no están todos los que son, ni
son todos los que están”.
Todos esos
elementos harán posible que lo que parece ahora una victoria cantada de la
oposición lo sea en verdad a la hora en que se cuenten los votos. En otras
palabras: no basta ganar, sino que hay que cobrar esa victoria. Aquí no se
puede repetir la triste historia del 14 de abril de 1013, cuando los líderes y
partidos de la MUD se cruzaron de brazos ante un fraude escandaloso. En su
lugar, se conformaron alegremente diciendo que la ventaja se había reducido con
relación a octubre de 2012. Deberían saber que la victoria no tiene sustituto.
Y ya se
sabe que no hay peor cosa que esos candidatos que se dejan arrebatar el triunfo
y no llaman al pueblo a hacerlo valer, poniéndose ellos mismos a la cabeza.
Gente así no merecen ser candidatos otra vez, pues deberían ser apartados por
indignos y cobardes.
La MUD, en definitiva, no
puede descuidarse. Hay que asimilar las experiencias pasadas, analizarlas
fríamente y evitar que sus errores vuelvan a repetirse. Ya la gente no aguanta
más ni a este régimen hambreador, corrupto e inepto, ni a una oposición que no
esté a la altura de las circunstancias.
Todos
sabemos que la cúpula podrida del régimen actual usa sin escrúpulos todo el poder
para mantenerse y seguir usufructuando sus beneficios, sin importarle lo demás.
Por esa misma razón -y eso lo sabemos todos-, hará lo posible para intentar
torcer los resultados electorales de diciembre, que desde ahora se le anuncian
adversos. Estamos entonces avisados y nadie puede decir que no lo está.
Corresponde a la MUD y a
quienes la apoyamos evitar que tal cosa ocurra otra vez. Porque no basta ganar:
hay que cobrar…
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes. 30 de junio de 2015.