martes, 19 de junio de 2012


Verdades
EL CONTRASTE
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay

Para desgracia de la candidatura reeleccionista del jefe único del régimen, el candidato de la Unidad Democrática arranca esta campaña electoral en mejores condiciones.
El país entero lo percibe así, y la razón es muy clara: la gran mayoría de los venezolanos están hartos del presente régimen por su incapacidad y corrupción. Y están hartos especialmente del candidato oficialista, quien ya luce alicaído, repetitivo, sin nada nuevo que decir y arrastra tras de sí casi 14 años de pésimo gobierno, a pesar de haber dilapidado billones y billones de bolívares.
El actual presidente vive su peor momento político, electoral y humano. Tiene frente a sí un barranco de grandes profundidades, y no lo digo por sus problemas de salud, sino por sus muy menguadas posibilidades de seguir en el poder después del siete de octubre próximo. A estas alturas, muy pocos dudan ya que lo espera su peor derrota, agotada como está la paciencia de los venezolanos y creciendo como crece entre nosotros el deseo de un cambio de gobierno para bien del país.
El régimen y su apolismado candidato han perdido el rumbo definitivamente. Lucen desconectados del sentimiento popular y de la realidad nacional. Viven en otro mundo, mientras Venezuela se cae a pedazos. Sólo bastaría, a este respecto, escuchar los últimos discursos de führer sabaneteño para comprobar que estamos ante alguien que habla de temas que no le dicen nada sus compatriotas, confundido ya en sus largas telarañas mentales y pensando que sus opiniones aún reflejan las del país, siendo todo lo contrario.
Y frente a él -para empeorar aún más las cosas en el campo oficialista- se viene haciendo patente un contraste profundo cuando se lo compara con Henrique Capriles Radonski, el candidato de Unidad Democrática. Un contraste que afecta todavía más al jefe único del régimen, pues la candidatura juvenil de Capriles Radonski envejece aún más la ya cansona y repetida candidatura del golpista de 1992.
(Si quisiéramos traer a colación alguna comparación al respecto, esta situación se semeja a una contienda donde un boxeador viejo, enfermo, cansado y ya sin reflejos va a enfrentar a uno joven, saludable, descansado y con sus reflejos enteros. Me viene a la mente el combate entre Sonny Liston y Cassius Clay allá por los años sesenta. Y como en aquél histórico combate, en este de octubre próximo también ganará el contendiente que está en mejores condiciones, es decir, Capriles Radonski.)
Así es como el antes llamado Polo Patriótico ha terminado convertido en un Polo Patético, apenas a cuatro meses de las elecciones presidenciales y con nulas posibilidades de revertir una derrota que ya luce indiscutible.
Porque, desde cualquier punto de vista que se le analice, este panorama sombrío para el régimen y su candidato vitalicio no es posible mejorarlo en tan poco tiempo. Todo lo contrario: a medida que pasen los días, las perspectivas seran peores para ellos, por mucho dinero que tengan y a pesar también de su descarada falta de escrúpulos para apelar a cualquier maniobra que les permita seguir en el poder. Sin embargo, ya las cosas no son como antes.
En cambio, lo que está ocurriendo con la candidatura triunfante de Capriles Radonski es un fenómeno que alcanza su pleno desarrollo en los tiempos justos de esta campaña electoral. Y vea usted, amigo lector, qué bien funciona el ritmo que le ha puesto a su candidatura: frente a un candidato encuevado como el oficialista, Capriles Randonski anda recorriendo el país, en medio de un ambiente de triunfo y alegría contagiosos, como se pudo palpar el pasado sábado aquí en Libertad.
La candidatura de Capriles Radonski ya le quitó la calle al candidato del regimen y este no las volverá a tomar así lo carguen en una carroza, como lo hicieron el día de su inscripción en el CNE, ni que lo “empalen”, como a Evita Perón en Argentina, cuando la exhibían ante su gente poco antes de morir de cáncer.
Frente a un candidato que ya no dice nada nuevo, que sólo repite las mismas cosas desde hace 14 años, cansado y enfermo, sin ánimo ni vigor y cuyas promesas refritas ya no entusiasman ni siquiera a su propia gente; la candidatura arrolladora y dinámica de Capriles Radonski, en cambio, marca el paso de la campaña y sus propuestas de cambio y esperanza dictan la agenda electoral.
Los venezolanos, en su mayoría, están tomando la firme decisión de cambiar esta terrible experiencia de gobierno que han resultado el actual régimen y su candidato, y apostar por un futuro mejor, con oportunidades para todos, donde la familia vuelva a reunificarse y el progreso sea lo más importante para construir un país mejor.

LA PRENSA de Barinas - Martes, 19 de junio de 2012.