Verdades
EL CONTRASTE
Gehard
Cartay Ramírez
@gehardcartay
Para desgracia de la candidatura reeleccionista del jefe único del
régimen, el candidato de la Unidad Democrática arranca esta campaña electoral
en mejores condiciones.
El país entero lo percibe así, y la razón es muy clara: la gran mayoría
de los venezolanos están hartos del presente régimen por su incapacidad y
corrupción. Y están hartos especialmente del candidato oficialista, quien ya
luce alicaído, repetitivo, sin nada nuevo que decir y arrastra tras de sí casi
14 años de pésimo gobierno, a pesar de haber dilapidado billones y billones de
bolívares.
El actual presidente vive su peor momento político, electoral
y humano. Tiene frente a sí un barranco de grandes profundidades, y no lo digo
por sus problemas de salud, sino por sus muy menguadas posibilidades de seguir
en el poder después del siete de octubre próximo. A estas alturas, muy pocos
dudan ya que lo espera su peor derrota, agotada como está la paciencia de los
venezolanos y creciendo como crece entre nosotros el deseo de un cambio de
gobierno para bien del país.
El régimen y su apolismado candidato han perdido el
rumbo definitivamente. Lucen desconectados del sentimiento popular y de la
realidad nacional. Viven en otro mundo, mientras Venezuela se cae a pedazos.
Sólo bastaría, a este respecto, escuchar los últimos discursos de führer sabaneteño para comprobar que
estamos ante alguien que habla de temas que no le dicen nada sus compatriotas,
confundido ya en sus largas telarañas mentales y pensando que sus opiniones aún
reflejan las del país, siendo todo lo contrario.
Y frente a él -para empeorar aún más las cosas en el campo oficialista-
se viene haciendo patente un contraste profundo cuando se lo compara con
Henrique Capriles Radonski, el candidato de Unidad Democrática. Un contraste
que afecta todavía más al jefe único del régimen, pues la candidatura juvenil
de Capriles Radonski envejece aún más la ya cansona y repetida candidatura del
golpista de 1992.
(Si quisiéramos traer a colación alguna
comparación al respecto, esta situación se semeja a una contienda donde un
boxeador viejo, enfermo, cansado y ya sin reflejos va a enfrentar a uno joven,
saludable, descansado y con sus reflejos enteros. Me viene a la mente el
combate entre Sonny Liston y Cassius Clay allá por los años sesenta. Y como en
aquél histórico combate, en este de octubre próximo también ganará el
contendiente que está en mejores condiciones, es decir, Capriles Radonski.)
Así es como el antes llamado Polo Patriótico ha
terminado convertido en un Polo Patético, apenas a cuatro meses de las
elecciones presidenciales y con nulas posibilidades de revertir una derrota que
ya luce indiscutible.
Porque,
desde cualquier punto de vista que se le analice, este panorama sombrío para el
régimen y su candidato vitalicio no es posible mejorarlo en tan poco tiempo.
Todo lo contrario: a medida que pasen los días, las perspectivas seran peores
para ellos, por mucho dinero que tengan y a pesar también de su descarada falta
de escrúpulos para apelar a cualquier maniobra que les permita seguir en el
poder. Sin embargo, ya las cosas no son como antes.
En cambio, lo que está ocurriendo con la
candidatura triunfante de Capriles Radonski es un fenómeno que alcanza su pleno
desarrollo en los tiempos justos de esta campaña electoral. Y vea usted, amigo
lector, qué bien funciona el ritmo que le ha puesto a su candidatura: frente a
un candidato encuevado como el oficialista, Capriles Randonski anda recorriendo
el país, en medio de un ambiente de triunfo y alegría contagiosos, como se pudo
palpar el pasado sábado aquí en Libertad.
La candidatura de Capriles Radonski ya le quitó
la calle al candidato del regimen y este no las volverá a tomar así lo carguen
en una carroza, como lo hicieron el día de su inscripción en el CNE, ni que lo
“empalen”, como a Evita Perón en Argentina, cuando la exhibían ante su gente
poco antes de morir de cáncer.
Frente
a un candidato que ya no dice nada nuevo, que sólo repite las mismas cosas
desde hace 14 años, cansado y enfermo, sin ánimo ni vigor y cuyas promesas
refritas ya no entusiasman ni siquiera a su propia gente; la candidatura
arrolladora y dinámica de Capriles Radonski, en cambio, marca el paso de la
campaña y sus propuestas de cambio y esperanza dictan la agenda electoral.
Los venezolanos, en su mayoría, están tomando la
firme decisión de cambiar esta terrible experiencia de gobierno que han
resultado el actual régimen y su candidato, y apostar por un futuro mejor, con
oportunidades para todos, donde la familia vuelva a reunificarse y el progreso
sea lo más importante para construir un país mejor.