viernes, 13 de marzo de 2015

BARINAS NECESITA MEJOR REPRESENTACIÓN



BARINAS NECESITA MEJOR REPRESENTACIÓN

Gehard Cartay Ramírez
Desde hace algún tiempo, Barinas necesita mejores representantes ante la Asamblea Nacional.

Ha carecido de ellos en estos años recientes porque el régimen -particularmente- los ha secuestrado postulando personas que no representan la barinidad sino al partido de gobierno, y muy especialmente sus intereses políticos y económicos.

En cuanto a la oposición, como bien se sabe, apenas desde 2010 tiene representación, y la verdad es que no siempre ha estado a la altura de las circunstancias.

Lamentablemente, también desde hace tiempo atrás, en Venezuela se ha perdido el verdadero sentido del Parlamento Nacional como representación de la soberanía popular. Y nadie podría negar que desde el año 2000 el chavismo en el poder secuestró la Asamblea Nacional y terminó convirtiéndola en una casa de segundones, mudos, sordos y ciegos ante la tragedia que sufre el país.

Hoy el parlamento venezolano es todo lo contrario a lo que son en los países democráticos: foros de discusión abierta sobre los problemas de la gente; legisladores que procuran mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y optimizar la eficacia de las instituciones, mediante leyes al respecto; y auténticos contralores de la acción del gobierno y de sus diversas expresiones.

El actual parlamento, en cambio, no discute la problemática venezolana. Su reglamentación impide a los diputados intervenir como se debe y los limita de manera absurda en el tiempo, lo que contradice el principio universal que dio origen a los parlamentos democráticos. Por si fuera poco, su actual presidente es un militar activo, lo que viola la Constitución Nacional. Por supuesto, el sujeto dirige aquello como si fuera un cuartel.

El actual parlamento nacional no controla al régimen, sino que lo avala incondicionalmente hasta en sus peores errores. Tampoco le hace seguimiento a las acciones u omisiones oficiales. De allí que hoy sólo sea un parapeto que no cumple con sus atribuciones constitucionales, ni representa los intereses nacionales y mucho menos los de las regiones del país.

Ahora que, supuestamente, va a realizarse la elección de una nueva Asamblea Nacional debe plantearse la necesidad de contar entonces con un auténtico Parlamento, que cumpla las obligaciones que le dicta la Carta Fundamental y haga valer sus derechos como tal.

Por eso debemos elegir verdaderos parlamentarios que representen a su región, antes que a otros intereses políticos y partidistas. Ya se sabe que el régimen no lo hará, pues su proyecto autoritario requiere de un parlamento perrunamente obediente, y no de uno que discuta, legisle y controle conforme a los intereses de los venezolanos y no de la cúpula podrida que ejerce el poder.

Por desgracia, la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) parece no haber entendido esta situación al cometer el craso error de realizar primarias en algunos circuitos y no en todos, como resulta aconsejable.

Aclaro que no me identifico con quienes han criticado esta decisión de la MUD simplemente porque defienden sus ambiciones personales y, al quedar fuera en las listas “consensuadas” de candidatos, optan por criticarlas. Seguramente si los hubieran incluido, tal vez algunos de ellos ni chistarían. En mi caso, por no tener aspiraciones en este sentido, puedo dar mi opinión sin otro interés que el de contribuir a elegir verdaderos representantes de la barinidad.

Creo que las primarias son una buena experiencia de participación de la gente. Ojalá que -si la MUD rectificara y se hicieran en todos los circuitos- los candidatos participantes también tengan un buen nivel político, intelectual y de trabajo para optar a la Asamblea Nacional, pues a la legitimidad que otorgan las primarias hay que unir necesariamente la indispensable capacidad para ejercer de manera cabal una representación parlamentaria.   

En este sentido también debo señalar que la mayoría de los nombres que se han publicado al respecto no son los mejores. Y lo afirmo porque el parlamentarismo tiene sus exigencias: no  todo el mundo puede ser diputado, como ocurre con cualquier profesión u oficio. (No todos servimos para médicos, ingenieros o abogados, por citar las profesiones liberales tradicionales, o para ejercer oficios de mano de obra especializada.) Lo mismo ocurre con las funciones parlamentarias.

Por desgracia, hay dirigentes opositores que se creen imprescindibles para cualquier candidatura, sin tener las condiciones mínimas al respecto. Son los candidatos “talla única” en toda elección y a cualquier cargo (gobernador, alcalde, diputado, legislador, etc.). Esta es, obviamente, una perversión que hay que corregir. 

No tiene sentido entonces seguir eligiendo diputados incapaces de hilar un discurso coherente sobre asuntos legislativos, nacionales y regionales, ineptos para trabajar en las comisiones parlamentarias o de servir de verdaderos voceros de sus regiones en la solución de los problemas que sufren.

Ojalá que, al final, no tengamos los opositores que votar “con el pañuelo en la nariz” por gente que no lo merece.

@gehardcartay
 LA PRENSA de Barinas  (Venezuela) - Martes, 10 de marzo de 2015