ENTRE EL CINISMO Y LA INGENUIDAD
Gehard Cartay Ramírez
A estas alturas, son pocos los que creen en las
posibilidades del supuesto diálogo de la MUD con la cúpula podrida del régimen.
Y conste que no vale la
pena agregar que algunos lo advertimos desde el principio. Al respecto, escribí
dos artículos: El diálogo: mitos y
realidades (8-10-2016) y El
diálogo: ¿un espejismo? (15-10-2016). Tampoco, desde luego, había entonces que
ser muy suspicaz. Cualquiera, fácilmente, podía llegar a esa conclusión, a
menos que fuera un pendejo completo. Los antecedentes del chavomadurismo en
materia de diálogo ya habían demostrado, en 2003 y 2014, su cinismo y falta de
palabra, así como su habilidad para ganar tiempo y desmovilizar a la oposición
democrática.
Ahora se repite aquel
sainete. Y el daño que se le ha infligido a la oposición democrática es de
consideración, sin duda. La ingenuidad, la falta de visión y las
argumentaciones pueriles que se han producido por parte de la dirigencia de la
MUD también son sencillamente escandalosas. Lo digo porque presumo que actúan
de buena fe.
No se trata, por cierto, “de
hacer leña del árbol caído” en este caso. Las críticas sobre este capítulo del
malhadado “diálogo” no desmeritan -en modo alguno- los aciertos anteriores de
la MUD. Pero así como hemos reconocido estos, hoy estamos en el deber de
señalar los errores, si queremos hacer una crítica constructiva sobre el
asunto, y no ceder a radicalismos o reconcomios como los que escupen algunos,
fuera y dentro de Venezuela.
Lo primero que hay que resaltar es que el régimen
no ha cumplido sus compromisos frente al Vaticano y los otros mediadores,
algunos de pésima reputación y abierta cercanía al chavomadurismo. Contrasta
esa actitud con la beatísima posición de la MUD frente al Papa Francisco y su
ingenuidad al aceptar a los ex presidentes Zapatero, Fernández y Torrijos como
fiadores de un jugador tracalero y tramposo como el régimen venezolano.
En este sentido, la dirigencia opositora ha
demostrado también falta de malicia. Porque, ciertamente, antes de sentarse en
la mesa de conversaciones con gente de tal calaña debió exigir la incorporación
de otros mediadores y comprometer al Vaticano como real garante, y no como una
simple presencia diplomática. (Ojalá sea cierto el rumor que se corrió este fin
de semana sobre una presunta carta que los enviados papales le habrían dirigido
a Maduro reclamándole el cumplimiento de los compromisos adquiridos.)
Digo esto, por supuesto,
en el bien entendido de que no podemos pretender que esos sectores foráneos
vinieran a resolver la gravísima crisis que padecemos, lo cual es
responsabilidad de los venezolanos. Pero, al aceptarlos en estas
conversaciones, lo menos que puede exigírseles era una actitud más seria.
Y es que resulta inadmisible que, hasta ahora, sólo
los opositores hayan cumplido los acuerdos, mientras el régimen los desconoce.
Por si fuera poco, este no sólo se burla del Vaticano y los demás, sino que, a
cada rato, asume posiciones que van contra el fementido diálogo. No ha cumplido
en cuanto a la apertura del canal humanitario para traer comida y medicinas, ni
con la libertad de los presos políticos, ni en el respeto a la Asamblea
Nacional como poder soberano, mucho menos en materia compromisos electorales.
Lo conducente, por lo que respecta a la MUD, sería
no volver a la mesa de conversaciones hasta que el régimen cumpla con lo que se
comprometió. Sería lo serio, objetivo y prudente. No hacerlo es caer otra vez
en las trampas oficialistas, toleradas por la complicidad de una parte de los
mediadores, y sin una firme oposición por el resto de ellos.
Todo lo cual debería ser
acompañado por una profunda revisión -puertas adentro- de lo hecho hasta ahora
por los representantes de la oposición democrática. Hay que examinar todo y
corregir lo que haya que corregir. Pero sería una estupidez tolerar la falta de
seriedad del régimen y que tal actitud no tenga una respuesta contundente.
Si el régimen sigue sin cumplir sus compromisos y
la MUD se sienta a conversar con él y los mediadores este martes 06 de
diciembre, lo más seguro es que siga la guachafita y la burla por parte del
oficialismo, que sólo trata de ganar tiempo para prologar su permanencia en el
poder. Y la MUD, por el contrario, continuará acumulando rechazo e
incomprensión, al mismo tiempo que la oposición seguirá desmovilizada, mientras
muchos venezolanos se sienten cada vez más desesperanzados.
Ciertamente hoy debemos recordarle a esos
representantes de la MUD las palabras de San Juan Pablo II: ¡Despierten y reaccionen!
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 06 de diciembre de 2016.