sábado, 7 de mayo de 2016

EL CAMBIO INDETENIBLE



EL CAMBIO INDETENIBLE
Gehard Cartay Ramírez
El éxito indiscutible de la reciente recolección de firmas para abrir el proceso revocatorio a Maduro revela el hartazgo de los venezolanos frente al actual régimen.
Por lo tanto, resulta claro también que esta es la primera tarea de quienes queremos urgentemente un cambio en Venezuela, más allá de la responsabilidad específica de la MUD, que es muy importante, por lo demás. Ese cambio, como bien se sabe, es un clamor del país entero y quien no se haya dado cuenta de este hecho no tiene los pies sobre la tierra.
Se trata pues de un verdadero sentimiento nacional, porque salir cuanto antes del actual régimen es condición imprescindible para que podamos comenzar a superar esta gigantesca crisis que a todos nos golpea, y muy especialmente a los sectores más necesitados.
Pero ese desafío exige claridad en su búsqueda. Debe ser el objetivo principal, por encima de todos los demás. Ninguna otra cosa puede ser más importante este año para la oposición democrática que entregarnos por completo a revocar a Maduro. Todo lo demás es secundario, y ojalá todos estemos concientes de ello.
En este sentido hay que recordar que el gobierno nacional, y concretamente quien lo presida, son constitucionalmente los que tienen el verdadero poder. Siempre ha sido así, desde luego, pues en este país el federalismo y la regionalización históricamente fueron una mentira, salvo entre 1989 y 1999, cuando se dieron pasos muy importantes para convertir a Venezuela en un verdadero Estado Federal, regionalizado y desconcentrado.
Pero, como bien se sabe, ese proceso descentralizador fue revertido con la llegada al poder en 1999 de quienes todavía mandan hoy. Su naturaleza caudillista así lo exigía, por estar enmarcada en la ecuación facistoide líder-ejército-pueblo que el argentino Norberto Ceresole le metió en la cabeza a Chávez (y que este aceptó de muy buena gana, pues se ajustaba a sus torvos propósitos si llegaba al poder). Y así fue como la incluyeron en la Constitución actual, demasiado centralista y excesivamente presidencialista, hecha a la medida -insisto- de quien era el jefe único del proceso en marcha.
Quien se tome el trabajo de leer el artículo 156, que se refiere a las competencias del Poder Nacional, puede constatarlo. Suman 33 y copan las materias más importantes de la República (mantenimiento del orden público, defensa nacional, régimen financiero y monetario, minas e hidrocarburos, sistema judicial, aduanas, etc., etcétera).
Pero hay más todavía: el artículo 236 establece las atribuciones del Presidente de la República como Jefe de Estado (facultado para dirigir al gobierno, nombrar al vicepresidente, ministros y otros altos funcionarios, entre ellos, al presidente de PDVSA); Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, cuyo mando supremo ejerce y decide los ascensos a partir del grado de coronel o capitán de navío; Administrador de la Hacienda Pública Nacional; Jefe de la política exterior de la República; además de estar autorizado para declarar estados de excepción y suspender las garantías constitucionales; entre otras.
Por si todo esto fuera poco, el actual régimen ha venido arrebatándoles facultades a los gobernadores. Lo mismo ha hecho con los alcaldes. Unos y otros ahora son simples ordenadores de pago, como lo eran antes de ser elegidos por el pueblo. Recordemos que, a partir de 1999, a casi todos los gobernadores que no comulgaban con el proceso les intervinieron las policías regionales y les regatearon -todavía lo hacen- los ingresos que por ley les corresponden.
Todo lo anterior se agrava también por la actitud títere de los gobernadores chavistas, quienes se deben íntegramente a su proyecto político y nunca a sus regiones, con las que debería ser su compromiso fundamental. Ellos también han contribuido con su mediocridad y obsecuencia a devaluar aún más las gobernaciones.
 Coincidirá conmigo el lector sobre las razones por las cuales el revocatorio presidencial es más importante que cualquier otra cosa, si en verdad queremos acabar con esta tragedia que sufrimos y abrir camino a un cambio radical para garantizar el desarrollo y el progreso de Venezuela.
Afortunadamente, la gran mayoría de los venezolanos así lo ha entendido. Lo demuestra el extraordinario éxito obtenido en la recolección de firmas para iniciar el revocatorio presidencial. Por supuesto que hay tener muy claro también que este será un proceso difícil, por las trabas y el bloqueo del régimen y su CNE. Pero, al final, la voluntad de cambio indetenible del pueblo superará y derribara los obstáculos que se presenten.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes 03 de mayo de 2016.