HUMILLADOS E INDIGNADOS
Gehard Cartay
Ramírez
Humillados e indignados, los venezolanos
acudiremos a las próximas elecciones para asestarle una derrota monumental al
régimen de Maduro y su cúpula podrida.
Como lo he señalado otras veces, la
victoria de la MUD se siente y se respira en todas partes. Y su principal causa
es la existencia de un estado general de rabia, descontento e indignación en
todos los sectores del pueblo venezolano, luego de 17 largos años de soportar la
incapacidad corrupta de la cúpula que manda en este sufrido país.
El peor crimen que ha cometido esa claque
inepta y ladrona es haber humillado -desde 1999 y de manera inmisericorde- a
los venezolanos, deteriorando su calidad de vida y sus opciones de superación,
sometiéndolos a las peores condiciones políticas, económicas y sociales y, muy
especialmente, robándoles el futuro a nuestros jóvenes.
Por eso no deberían tener ni siquiera
perdón de Dios. Por eso mismo, no deberían siquiera atreverse a solicitar el
voto a los venezolanos. Deberían, si fueran honestos, renunciar al poder y asumir
su responsabilidad por el fracaso a que han conducido al país, luego de haber mandado
por largo tiempo y dilapidado una montaña de petrodólares, con los cuales se
hubieran podido resolver todos nuestros problemas.
En lugar de
eso, y a pesar de haber prometido en 1998 un cambio para mejorar, hicieron todo
lo contrario: acabaron con un país que marchaba -a pesar de sus problemas-
hacia su desarrollo; destruyeron su democracia, ejemplar en muchos sentidos
desde 1959, persiguiendo y reprimiendo a los adversarios; arruinaron su
economía; demolieron su industria petrolera, que destacaba entre las mejores
del mundo; y, al final, sólo nos han dejado desabastecimiento, escasez,
carestía, inflación, pobreza, desempleo, corrupción y una incapacidad general
para gobernar, como pocas veces ha habido en Venezuela.
Y ahora, luego del desastre que crearon,
han llegado al colmo de someter a los venezolanos a las peores humillaciones. Por
eso mismo, millones de compatriotas están ahora obligados a hacer largas colas
para intentar comprar los pocos comestibles y bienes que se consiguen, a muy
altos precios. Por eso mismo, millones de madres no consiguen leche para sus
niños, víctimas de una creciente desnutrición que muy cara les va a costar en
unos años. Por eso mismo, muchas mujeres son humilladas cuando intentan comprar
toallas sanitarias, algunas de ellas ofendidas en su intimidad.
Por eso mismo,
hospitales y ambulatorios también están en la ruina, sin equipos médicos ni
medicinas o insumos elementales. Por eso mismo, se han paralizado millones de
intervenciones quirúrgicas y, consecuencialmente, se han perdido también miles
de vidas, sin que ello le importe nada a la cúpula podrida que manda.
Por eso mismo,
los enfermos no consiguen medicinas en las farmacias, mucho menos aquellos
pacientes terminales, condenados a una muerte segura por las equivocadas políticas
del régimen chavomadurista. No pueden tampoco hacerse exámenes de laboratorio o
radiológicos por falta de insumos y reactivos, en virtud de la negativa del
régimen a vender dólares a los importadores, pues como se sabe todo ese
material se produce fuera del país.
Por eso mismo,
ahora hay que hacer largas colas para adquirir cosas elementales como papel
sanitario, cuando se consigue. Por eso mismo, escasean baterías y cauchos para
vehículos. Por eso mismo, el salario mínimo actual no alcanza siquiera para
comprar un par de zapatos escolares, mucho menos para un uniforme. Y todo ello
para no referirnos a la tragedia de la inseguridad y al calvario de los pésimos
servicios públicos.
¿Cómo carajo podría entonces un pueblo
humillado como el nuestro pensar siquiera en votar por sus verdugos? Porque la
verdad es que los venezolanos no tienen una sóla razón para hacerlo, salvo los
enchufados y los corruptos de la cúpula que manda.
Y la otra pregunta: ¿Cómo pueden ser tan
caraduras el régimen y sus candidatos para siquiera atreverse a pedirle el voto
al pueblo, si ellos son los únicos culpables de la tragedia que sufrimos hoy
día? ¿Cómo pueden esos descoloridos y desconocidos candidatos, culpables de
este colosal desastre y marcados ya por
la vergüenza y la derrota, tener el tupé de creer que sus víctimas van a darles
el voto mayoritario?
Los venezolanos hoy estamos humillados,
pero también indignados. Así lo vamos a demostrar en las elecciones parlamentarias
del próximo diciembre.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 10 de noviembre de 2015.