sábado, 14 de noviembre de 2015

HUMILLADOS Y OFENDIDOS


HUMILLADOS E INDIGNADOS

Gehard Cartay Ramírez
Humillados e indignados, los venezolanos acudiremos a las próximas elecciones para asestarle una derrota monumental al régimen de Maduro y su cúpula podrida.
Como lo he señalado otras veces, la victoria de la MUD se siente y se respira en todas partes. Y su principal causa es la existencia de un estado general de rabia, descontento e indignación en todos los sectores del pueblo venezolano, luego de 17 largos años de soportar la incapacidad corrupta de la cúpula que manda en este sufrido país.
El peor crimen que ha cometido esa claque inepta y ladrona es haber humillado -desde 1999 y de manera inmisericorde- a los venezolanos, deteriorando su calidad de vida y sus opciones de superación, sometiéndolos a las peores condiciones políticas, económicas y sociales y, muy especialmente, robándoles el futuro a nuestros jóvenes.
Por eso no deberían tener ni siquiera perdón de Dios. Por eso mismo, no deberían siquiera atreverse a solicitar el voto a los venezolanos. Deberían, si fueran honestos, renunciar al poder y asumir su responsabilidad por el fracaso a que han conducido al país, luego de haber mandado por largo tiempo y dilapidado una montaña de petrodólares, con los cuales se hubieran podido resolver todos nuestros problemas.
En lugar de eso, y a pesar de haber prometido en 1998 un cambio para mejorar, hicieron todo lo contrario: acabaron con un país que marchaba -a pesar de sus problemas- hacia su desarrollo; destruyeron su democracia, ejemplar en muchos sentidos desde 1959, persiguiendo y reprimiendo a los adversarios; arruinaron su economía; demolieron su industria petrolera, que destacaba entre las mejores del mundo; y, al final, sólo nos han dejado desabastecimiento, escasez, carestía, inflación, pobreza, desempleo, corrupción y una incapacidad general para gobernar, como pocas veces ha habido en Venezuela.
Y ahora, luego del desastre que crearon, han llegado al colmo de someter a los venezolanos a las peores humillaciones. Por eso mismo, millones de compatriotas están ahora obligados a hacer largas colas para intentar comprar los pocos comestibles y bienes que se consiguen, a muy altos precios. Por eso mismo, millones de madres no consiguen leche para sus niños, víctimas de una creciente desnutrición que muy cara les va a costar en unos años. Por eso mismo, muchas mujeres son humilladas cuando intentan comprar toallas sanitarias, algunas de ellas ofendidas en su intimidad.
Por eso mismo, hospitales y ambulatorios también están en la ruina, sin equipos médicos ni medicinas o insumos elementales. Por eso mismo, se han paralizado millones de intervenciones quirúrgicas y, consecuencialmente, se han perdido también miles de vidas, sin que ello le importe nada a la cúpula podrida que manda.
Por eso mismo, los enfermos no consiguen medicinas en las farmacias, mucho menos aquellos pacientes terminales, condenados a una muerte segura por las equivocadas políticas del régimen chavomadurista. No pueden tampoco hacerse exámenes de laboratorio o radiológicos por falta de insumos y reactivos, en virtud de la negativa del régimen a vender dólares a los importadores, pues como se sabe todo ese material se produce fuera del país.
Por eso mismo, ahora hay que hacer largas colas para adquirir cosas elementales como papel sanitario, cuando se consigue. Por eso mismo, escasean baterías y cauchos para vehículos. Por eso mismo, el salario mínimo actual no alcanza siquiera para comprar un par de zapatos escolares, mucho menos para un uniforme. Y todo ello para no referirnos a la tragedia de la inseguridad y al calvario de los pésimos servicios públicos.
¿Cómo carajo podría entonces un pueblo humillado como el nuestro pensar siquiera en votar por sus verdugos? Porque la verdad es que los venezolanos no tienen una sóla razón para hacerlo, salvo los enchufados y los corruptos de la cúpula que manda.
Y la otra pregunta: ¿Cómo pueden ser tan caraduras el régimen y sus candidatos para siquiera atreverse a pedirle el voto al pueblo, si ellos son los únicos culpables de la tragedia que sufrimos hoy día? ¿Cómo pueden esos descoloridos y desconocidos candidatos, culpables de este colosal desastre y  marcados ya por la vergüenza y la derrota, tener el tupé de creer que sus víctimas van a darles el voto mayoritario?
Los venezolanos hoy estamos humillados, pero también indignados. Así lo vamos a demostrar en las elecciones parlamentarias del próximo diciembre.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 10 de noviembre de 2015.