sábado, 1 de febrero de 2014

CULPABLES DE NADA
Gehard Cartay Ramírez
El actual régimen viene destruyendo el país desde hace ya 15 años, y sin embargo todavía tiene el tupé de culpar a los demás de la plasta que han puesto. 
Los culpables, según ellos, siempre son los demás. Los culpables siempre han sido, son y serán -según dice su discurso mentiroso- “el imperialismo”, “la Cuarta República”, el “Puntofijismo”, “la derecha”, “la CIA”, “los escuálidos”, “los traidores a la patria”, y un largo etcétera de estupideces. Pero nunca son ellos.
Todo esto a pesar de que el régimen controla desde hace tiempo todo el poder y todas las instituciones, como pocas veces lo hicieron algunos gobiernos anteriores. Habría que advertir que estos últimos nunca manejaron la montaña de petrodólares que el chavismo ha despilfarrado y robado desde 1999. Esto demuestra que, a pesar de que han tenido todo el poder y mil millonarios recursos, en lugar de resolver los problemas del país, los agravaron… y de qué manera, amigo lector.
También demuestra la colosal mentira en que se sostiene ese discurso chavista que culpa a los otros de su fracaso. Ninguno de esos presuntos culpables tiene nada que ver con la crisis creada desde 1999. Porque si bien es cierto que entonces quienes hoy mandan heredaron muchos problemas, también es cierto -insisto- que en todo este largo tiempo y con la montaña de petrodólares que malgastaron y dilapidaron no han podido resolverlos satisfactoriamente.
Véase a este respecto cómo Alemania, que quedó en la más absoluta ruina al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945,  resolvió en 15 años su gravísima crisis… y todo ello con mucho menos recursos que los que ha malgastado el chavismo. Japón, tan arruinado como Alemania luego de aquella guerra, en sólo 15 años se puso de pie. Hoy ambos países son formidables potencias económicas del mundo moderno.
Sirvan estos dos ejemplos para poner de manifiesto la gigantesca incapacidad e ineptitud del actual régimen, que en 15 años ha destruido a Venezuela, a pesar de que han manejado y dilapidado muchísimo más dinero y más tiempo que el que invirtieron alemanes y japoneses para reconstruir sus países. 
En cambio, aquí el chavismo hizo todo lo contrario. Convirtió a una nación petrolera y en vías de desarrollo, como lo éramos en 1998 -con problemas, claro está, pero nunca de la magnitud de los de ahora-, en lo que hoy por desgracia somos: un país con una economía destruida; una deuda colosal, después de haber dilapidado los más cuantiosos recursos que hemos tenido en nuestra historia; más pobreza, miseria y desempleo que antes; servicios públicos colapsados, desabastecimiento, carestía e inflación como nunca y, por si fuera poco, más de 250.000 asesinatos en 15 años.
La explicación a este desastre está en que el régimen siempre ha tenido un sólo propósito: permanecer en el poder a toda costa, para lo cual pretende controlarlo todo, liquidando la economía privada y su aparato productivo, y destruyendo, por tanto, la iniciativa particular de los ciudadanos.
 Fíjese usted, amigo lector, lo que ahora sucede con el control de cambios, una política económica errada y absurda, pero que le permite al régimen especular y controlar el manejo de nuestros dólares. Pues bien, luego de haber encarecido el dólar en el mercado paralelo y de sucesivas devaluaciones que han liquidado el valor del bolívar como signo monetario, ahora el régimen convierte en “chivos expiatorios” a los venezolanos que han utilizado sus cupos de CADIVI en dólares para viajar al exterior, culpándolos de la escasez y la carestía de la moneda estadounidense.
Esta es otra mentira más que, como siempre, pretende trasladar a los demás lo que es de la exclusiva responsabilidad del régimen y sus desacertadas políticas económicas, al tiempo que utiliza la situación de CADIVI para limitar a los venezolanos la compra de dólares para viajar al exterior. Como siempre ocurre, aquí “la soga revienta por lo más delgado…”
 Porque la verdad es que los dólares para viajeros apenas alcanzan el 6% del gasto total de las divisas en dólares. En cambio, CADIVI autorizó en 2012 importaciones fraudulentas por 23.000 millones de dólares, según denuncia del economista José Guerra (Tal Cual, 25-01-2014). Por si fuera poco, el Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (SITME) entregó entre 2010 y 2012 la bicoca de 27.000 millones de dólares, “y no se sabe dónde están esas importaciones”, advirtió también Guerra.
Como siempre sucede, y al igual que en este caso concreto, el régimen vuelve a culpar a los demás de lo que son sus exclusivos errores. Afortunadamente, cada vez son menos quienes creen esos cuentos chinos.
 Twitter: @gehardcartay
LA PRENSA de Barinas - Martes, 28 de enero de 2014.