EL ASEDIO A LAS UNIVERSIDADES AUTÓNOMAS
Gehard Cartay Ramírez
El régimen viene desplegando desde
hace tiempo una estrategia de asedio contra las universidades autónomas.
La razón no es otra que ponerle
la mano a un sector que les ha sido esquivo en todos estos años. Porque, como
bien se sabe, el mundo académico, cultural y científico de las universidades
autónomas y democráticas -es decir, las que no controla el régimen- y su
estudiantado, rebelde y contestatario, rechazan un régimen anacrónico, inepto y
corrupto como el que lleva al país a su quiebra definitiva en todos los
órdenes.
Esa actitud universitaria le
escuece a la cúpula podrida del chavismo. No aceptan aún que los universitarios
verdaderos rechacen valientemente su proyecto político e ideológico. Por cierto
que siempre ha existido ese espíritu de lucha en los universitarios de cada
tiempo histórico venezolano. Nunca se han sometido a los gobiernos de turno,
aunque muchas veces lo han intentado, y al no lograrlo, las han cerrado y
clausurado. Pero las universidades siguen actuantes, mientras los otros han
sido barridos por la historia.
En este
sentido, uno de los logros más importantes de la República Civil entre 1958 y
1998 fue la creación de numerosas universidades autónomas en todo el país. Porque
no hay que olvidar que en Venezuela, a la caída de la dictadura perezjimenista,
sólo existían cuatro universidades, todas creadas en los siglos anteriores. Fue
a partir de 1958, y hasta 1998, cuando se multiplicaron las universidades
autónomas y otros institutos superiores.
Venezuela
es, desde entonces, uno de los países con más estudiantes universitarios. Y
permítame el lector una breve anécdota al respecto. En 1981 estuve en China presidiendo
una delegación parlamentaria. Hubo una reunión con el ministro de educación
chino. Recuerdo que nos preguntó cuántos estudiantes tenía Venezuela en sus
universidades. Al darle la cifra de entonces, el funcionario se sorprendió: “- ¿Cómo
puede Venezuela tener tantos estudiantes con una población tan modesta…? ¡Son
demasiados!”, nos dijo, asombrado, el ministro de educación del país más
poblado de la tierra.
Pues bien,
ese logro que significa la existencia de numerosas universidades autónomas y
democráticas le molesta al régimen, como le incomoda todo ente autónomo y
crítico, que no se le someta o controle de acuerdo a su esquema
castrocomunista.
Por eso vienen estrangulando
las universidades autónomas, negándose a aumentarles sus presupuestos, cada vez
más insuficientes y escasos. Así, nuestros profesores e investigadores
universitarios cobran hoy sueldos insuficientes y los recursos apenas alcanzan
para mantener el funcionamiento indispensable de las universidades.
Pero ahora han puesto en
marcha una maniobra para someterlas de otra manera. Pretenden -nada más y nada
menos- que ingresen mayoritariamente como estudiantes de las universidades
autónomas gente identificada con el régimen.
Como se sabe, la Oficina de
Planificación del Sector Universitario (OPSU), dependiente del Ministerio de
Educación Superior, está favoreciendo a los egresados de la Misión Ribas -creada por el chavismo en
2003- por encima de egresados de liceos públicos y colegios privados más
antiguos y prestigiosos. Lo peor es que aquellos se forman apenas en dos años,
y estos en cinco. Por si fuera poco, a los de la Misión Ribas los ingresan a pesar de tener promedios más bajos que
los estudiantes de los planteles mencionados.
Un estudio realizado por la
UCV al respecto, y publicado por El
Nacional el pasado 12 de julio, reveló que, por ejemplo, en la Escuela de
Medicina se postularon 10.394 estudiantes para 215 plazas. La OPSU privilegió
en un 90% a estudiantes de la Misión
Ribas con promedios de 14 y 17 puntos, mientras que sólo el 10% de estudiantes
sobresalientes de otros institutos públicos y privados con 19,39 puntos fueron
postulados. Quiere decir que el 90% restante no fue aceptado por la oficina
gubernamental.
Resulta
obvio el favoritismo oficialista hacia estudiantes que se suponen afectos al régimen
y que tienen menos tiempo de preparación. Y así ocurre en las demás carreras de
la UCV, pues sólo se le dio cupo al 7% de estudiantes con 20 puntos de promedio
provenientes de planteles públicos y privados. Y así sucede también en las demás
universidades autónomas.
Resulta también demasiado
obvio que así es como pretenden controlar las universidades autónomas y
democráticas. Y cuentan para ello con la complicidad del Tribunal Supremo, que
ha rechazado una solicitud de nulidad de esa medida y obedientemente le ha dado
la razón al régimen.
Como no han podido convencer a
la juventud universitaria en estos 16 años, ahora, a la machimberra quieren hacerlo clientelarmente favoreciendo a los
suyos por encima de quienes tienen mejores notas para ingresar a nuestras
universidades.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 14 de julio de 2015.