miércoles, 16 de octubre de 2013

EL CIRCO “ANTICORRUPCIÓN” DEL RÉGIMEN
Gehard Cartay Ramírez
El régimen ha montado un verdadero circo con su supuesta lucha contra la corrupción.
Con la hipocresía que los caracteriza, sus ruidosas declaraciones y supuestos propósitos “moralizadores” son una burda excusa para hacerse aprobar otra Ley Habilitante y gobernar por decreto, como en cualquier dictadura. No lo es, por supuesto, luchar contra la corrupción. Y ello por una razón muy simple: un régimen corrupto como el actual no podría luchar contra sí mismo. Eso sería, como dijo alguien hace años, un “autosuicidio”.
Porque ya está más que demostrado que este es el régimen más corrupto de toda nuestra historia. Ha batido ya todos los récords en la materia, tanto por el monto de los recursos robados como por la refinada red de corrupción que, desde el alto gobierno hasta más abajo, participa en el saqueo de los recursos públicos de todos los venezolanos.
En esta acción depredadora, la corrupción chavista dejó muy atrás la corrupción del pasado. Los corruptos de antes ahora son apreciados como simples rateros, si se los compara con los eficientes métodos de los ladrones actuales y, sobre todo, por el monto de lo robado al erario público.
Ahora estamos en presencia de toda una estructura bien armada, nacional e internacionalmente, para hacer colosales negocios en dólares -aprovechándose de los milmillonarios recursos del Estado venezolano-, auspiciada por la más alta cúpula del régimen y sus clanes financieros corruptos. Y no son negociados de cientos de millones, sino de miles de millones de dólares, con lo cual quienes hoy ejercen el poder han creado una plutocracia financiera mucho más poderosa que las que surgieron en el pasado.
La cúpula podrida del régimen ha devenido en un holding financiero sumamente poderoso a nivel mundial. Algunos de sus integrantes disponen de una eficiente organización con depósitos mil millonarios en bancos nacionales y sobre todo del exterior, especialmente en los llamados “paraísos fiscales”, donde sus cuentas no pueden ser investigadas. Tienen, así mismo, mil millonarias propiedades fuera y dentro del país, algunas a nombre de testaferros ya famosos en los medios internacionales, como los llamados bolichicos, jóvenes escandalosamente enriquecidos con el manejo paralelo de recursos públicos y de contratos de obras del régimen con empresas del exterior.
Esta gigantesca corrupción, como bien se sabe, comenzó tan pronto Chávez y su grupo tomaron el poder. El saqueo se inició con el ya famoso Plan Bolívar 2000, a través del cual se robaron y despilfarraron cuantiosos recursos que han debido invertirse en obras públicas. Nunca fueron castigados sus autores, altos oficiales militares. Más adelante, vino la mil millonaria corrupción generada a propósito de la nunca culminada reconstrucción del Estado Vargas, luego del deslave de 1999. No hubo tan siquiera un detenido por tal latrocinio.
Después aparecieron la corrupción mil millonaria del Fondo Único Social, de Fondur, del desaparecido Banco del Pueblo, Banco Industrial, Seniat, Centro Simón Bolívar, Convenio Petrolero con Cuba, Fondo de Inversiones Macro Económicas, la emisión y reventa ilegal de bonos de la deuda pública y pagarés, el fraude de las “notas estructuradas”, el latrocinio continuado del Bandes hasta hoy día, CVG, Edelca, la gigantesca partida secreta creada con el Fondo Especial de PDVSA (más los contenedores de Pdval con 200 millones de kilos de comida podrida, el desfalco al fondo de pensiones de la estatal petrolera o el robo descarado de la cúpula petrolera), los saqueos en varias gobernaciones afectas al régimen, etc., etcétera.
Billones y billones de bolívares fueron así robados ante la vista gorda del jefe de la robolución bolivarera y nada pasó. Todo este colosal saqueo ha ocurrido -y sigue ocurriendo- desde hace ya 15 años, y ningún jerarca está preso. Ni la Contraloría, ni la Fiscalía, ni ningún tribunal investigaron y mucho menos castigó a estos ladrones de cuello rojo rojito.
Y eso para no referirnos a la descomunal corrupción subterránea estimulada por el régimen en todos estos años para asegurarse el control de mafias militares y civiles que contrabandean la gasolina en la frontera con Colombia, saquean oro y piedras preciosas en Guayana o Amazonas y manejan impunemente las redes de narcotráfico, actividades que dejan milmillonarias ganancias, ante la mirada cómplice de las autoridades.
Por eso nadie puede creer en el circo que ha montado el régimen de Maduro con su supuesta lucha contra la corrupción. La gente sabe que se trata de una farsa de estos fariseos, cuyo objetivo es perseguir y poner presos a algunos líderes opositores -porque aquí, según el régimen, los corruptos son de la oposición, y no ellos que han saqueado al país- y también castigar a sus disidentes, que ahora también son corruptos porque abandonaron al PSUV.
El colmo de este circo “anticorrupción” es que andan comprando o ya compraron al diputado 99 para que les ayude a aprobar la Ley Habilitante… ¡contra la corrupción! ¿Habrase visto mayor cinismo?
@gehardcartay
 (LA PRENSA de Barinas - Martes, 15 de octubre de 2013)