martes, 3 de julio de 2012

Verdades
EL REGIMEN ESTÁ DESESPERADO
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com

La campaña electoral comienza con el régimen dando muestras indiscutibles de desesperación.
Pudiéramos decir, repitiendo una frase que alguna vez esgrimió el léxico chavista (ahora actualizada por los hechos) que “Capriles los tiene locos”.
Porque, aunque lo nieguen, y de la boca para afuera simulen no tomarlo en cuenta con la mentira de que el candidato vitalicio del régimen está “sobrado”, las circunstancias dicen exactamente lo contrario: están preocupados por el avance del candidato de la Unidad Democrática, que a estas alturas amenaza con ser un fenómeno electoral indetenible, adueñado ya de las calles de Venezuela y, lo más importante, del apoyo de la mayoría de sus conciudadanos.
Sin duda, la desesperación de la cúpula podrida del chavismo es inocultable. Lo dicen, por una parte, su falta de escrúpulos, ahora potenciada al máximo, cuando apelan a todo tipo de peculado y corrupción para robarse los recursos públicos de todos los venezolanos en función de favorecer la candidatura tatareta del führer sabaneteño.
Por la otra, la manipulación descarada de todos los poderes públicos para apuntalar la enfermiza ambición de su jefe único por quedarse en la presidencia hasta que se muera. Véase, si no, la abyecta actitud del Consejo Nacional Electoral, ciego, sordo y mudo ante los abusos de poder del candidato oficialista y su régimen, sin contar todas las trácalas que por debajo de cuerda viene haciendo para favorecerlo.
Las madamas del CNE han tenido el tupé de llamar a los medios privados de comunicación para “exigirles equidad, objetividad y respeto a las leyes electorales”, pero en el mismo acto han dicho que el organismo electoral “no tiene potestad” para regular las cadenas televisivas y radiales del Gran Hablador, ni para sancionar y acabar con la utilización corrupta y grotesca de los canales de televisión del Estado venezolano, convertidos en vulgares instrumentos de propaganda de la alicaída candidatura del golpista de 1992.
Todo cual quiere decir, en dos platos, que el CNE permitirá y auspiciará el más salvaje ventajismo oficialista que hayamos presenciado en mucho tiempo y que no hará nada para impedirlo, sino todo lo contrario. Y quienes vamos a derrotar al régimen y su CNE este siete de octubre debemos estar conscientes de toda esta bellaquería institucional.
En paralelo, el tribunal “supremo” intenta acorralar a Globovisión, llegando al extremo de pretender su embargo, sin tener facultades para ello y sólo en función de complacer a su jefe único. Mientras tanto, miles de millones de bolívares de los presupuestos nacionales, regionales y municipales se dilapidan en la campaña electoral del candidato vitalicio, marcada por el derroche, la corrupción y el cinismo. Y todo ello, mientras millones de venezolanos viven en la más espantosa pobreza, miseria, hambre y desempleo.
Afortunadamente, la voluntad de cambio de los venezolanos derrotará todas estas maniobras, corruptelas y trampas del régimen. Y no será la primera vez que la voluntad popular derrotará un autócrata y su pandilla, enfermos de poder, que desde su chiquero de podre y corrupción, creen que pueden perpetuarse gracias a los recursos públicos.
Antes, otros como ellos, ya fueron derrotados. Y ahora les tocará a ellos mismos.    
La estatua de Arvelo Torrealba, “pirateada”
Absolutamente grotesca, por decir lo menos, la mudanza de la estatua de Alberto Arvelo Torrealba, que engalanaba la avenida que lleva su nombre -obra de mi gobierno-, para ser reubicada en la llamada Plaza de los Poetas, frente a la Alcaldía de Barinas, responsable de tal saqueo.
¿A cuenta de qué se produce este abuso que mutiló un patrimonio de todos los barineses, como lo es la citada avenida y su estatua? Porque ambas constituyen una sola obra. La verdad es que este vandalismo oficialista -un verdadero acto de “piratería cultural”- no tiene justificación alguna. Porque lo ocurrido con la estatua de Arvelo Torrealba tiene visos delincuenciales. Primero la desmontaron de su pedestal, apropiándose indebidamente de la misma, y luego la “enfriaron”, como hacen los ladrones con los carros que se roban, para terminar ahora poniéndola en la plaza de marras, con el agregado del mal gusto y la chapucería respectivas.
Lo correcto hubiese sido mandar a hacer otra estatua del poeta o, al menos, una copia de la existente. ¿O será que en la danza de miles de millones de bolívares en que flota el actual régimen no había unos recursos para tal fin? Total, simple y llanamente “piratería”, apañada por algunos corsarios de la cultura regional…