EL COLAPSO INMINENTE
Gehard Cartay Ramírez
2015 se inicia bajo la sospecha generalizada de que estamos ante un colapso
inminente.
Todos los venezolanos -o casi todos, salvo los fanáticos del régimen y
algunos ingenuos- tememos que, en algún momento, nuestros ya de por si
gravísimos males van a empeorar de tal manera que todo terminará colapsando.
Pareciera que este proceso de la peorrocracia nacional -incubado desde hace
más de 40 años, pero profundizado desde en 1999- tendrá su desenlace en
cualquier momento. Los signos al respecto son ya tan evidentes que hasta las
piedras lo saben.
El principal de esos signos es la profunda crisis política que nos
envuelve, producto de un proyecto político neototalitario, autoritario y
corrupto -dirigido desde Cuba por los hermanos Castro- que viola
sistemáticamente la Constitución y las leyes para eternizarse, con la
resultante brutal de mayores sufrimientos a los venezolanos.
Y ello es así porque su
perversa naturaleza descansa en el control total que viene ejerciendo sobre la
sociedad, la economía y cada ciudadano en particular. Llámesele comunismo,
fascismo o nazismo -que al final son lo mismo, en verdad- lo cierto es que el
experimento chavista responde a una vulgar dictadura, y no a un régimen
democrático y de respeto a las libertades y los derechos humanos. Así de
sencillo.
Frente a este desolador panorama, la colosal crisis que nos agobia está caracterizada
por una ausencia casi absoluta de liderazgo en todos los sectores, tanto en el
régimen como en la oposición.
Por supuesto que el
gravísimo hecho de que quien ahora ejerce la presidencia sea un dirigente
mediocre, mediano intelectualmente, sin liderazgo propio y definitivamente
incapaz para cumplir tan elevada función, trae consigo aparejado que los demás
altos funcionarios que lo secundan tengan iguales características (Y esto lo
que llamamos peorrocracia.) El país está, entonces, en manos de los peores ineptos,
incompetentes y corruptos. ¿Es posible que podamos sufrir mayor calamidad?
El resultado, obviamente, no podía ser otro que la gravísima crisis que hoy
soportamos.
Y es que, a pesar de que la cúpula chavista recibió los más altos precios
petroleros en toda la historia venezolana en los últimos 15 años, esa
gigantesca montaña de petrodólares la dilapidaron, llegando incluso a regalar
parte de ella a otros países para comprar un fementido liderazgo mundial para
su extinto jefe.
Así, la debacle económica creada el régimen desde hace 15 años tiene ahora
sus fatídicas y lógicas consecuencias: pobreza creciente, desempleo, la
inflación más alta del mundo, carestía, escasez y desabastecimiento. Y sus
causas también son ampliamente conocidas: la destrucción de miles de empresas
industriales y agropecuarias, la ruina de PDVSA, la corrupción gubernamental
-desaforada e infinita-, el crecimiento de la burocracia, el criminal clientelismo
político y la demagogia “revolucionaria”.
Estas aberraciones han
terminado arruinando a Venezuela, uno de los países más ricos del mundo hasta
hace poco. Hoy, por contraste, estamos endeudados como nunca e hipotecados al
imperio chino. Por primera vez Venezuela importa petróleo, gasolina y otros
derivados. La calidad de vida ha empeorado, los servicios públicos son un
desastre y somos ahora uno de los países más inseguros, con una tasa de 25.000
asesinatos por año.
Nada esto le ha
importado a la cúpula podrida que manda. Siempre se confiaron en que, mientras
estuviéramos percibiendo altos precios por cada barril de petróleo, lo demás
poco o nada importaba. Por ello arruinaron criminalmente las empresas
industriales y agropecuarias en manos del sector privado. Por ello arruinaron a
PDVSA y acabaron con las empresas de Guayana. Por ello dilapidaron más de 950
mil millones de dólares desde 1999.
Lo peor de todo es que no aceptan su fracaso y por ello no rectifican, lo
que hace inminente su colapso. Las medidas anunciadas por Maduro este domingo,
antes de iniciar su viaje a Rusia y China para endeudarnos más todavía, sólo
servirán -según el experto económico Orlando Ochoa Terán- para "convertir
a Venezuela en un gran mercado negro, asfixiado por controles socialistas y un
aparato productivo postrado", todo ello como consecuencia de que el equipo
económico que lo asesora está integrado por "marxistas embrutecidos hasta la médula” (Tal Cual, 04-01-2015).
Por eso estamos como estamos. Por eso vamos hacia un colapso cada vez más
inminente. Algo va a pasar, aunque no sepamos exactamente cómo será. Algunos
hablan de un violento estallido social y otros de una implosión del régimen chavomadurista
como posibles reacciones al peligroso estado de cosas que sufrimos los
venezolanos al comenzar este año 2015.
Quiera Dios que lo que vaya a pasar sea para mejorar nuestra situación y no
para empeorarla. Confiemos en que así sea.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 06 de enero de 2015