LA OBSESIÓN GOLPISTA DEL CHAVISMO (I)
Gehard Cartay Ramírez
Por muchísimo menos
de lo que hoy está ocurriendo en este desdichado país, el teniente coronel
Chávez y sus compinches justificaron el golpe de Estado del 4 de febrero de
1992.
En consecuencia, y
de acuerdo con esa “lógica” chavista, hoy estaría planteado irremediablemente
un golpe de Estado contra su presente régimen (por supuesto que quienes somos
demócratas nunca hemos avalado tal razonamiento), pues no hay duda de que todas
las razones que argumentaron los golpistas en aquel momento hoy se han multiplicado y
profundizado como nunca antes.
Tres
razonamientos esgrimieron entonces aquellos golpistas para justificar su
traición a la Constitución y a la democracia, de acuerdo con un manifiesto que
publicaron el 24 de junio de 1992.
El primero consistió
en señalar que el gobierno de CAP “había devenido en una dictadura, que como
tal se arroga todos los poderes del Estado”, por lo cual no existía entonces
“separación alguna entre las ramas del Poder Público”, y que entre candidatos y
partidos se había establecido “una farsa procesal mediante el fraude de la
ley”, por medio del cual la selección final se hacía “en base a la docilidad y
obediencia del futuro legislador a la voluntad del eventual presidente”.
Por
cierto que tres semanas después -el 15 de mayo de 1992- los golpistas
argumentaron que no se someterían a la justicia, “porque en Venezuela no existe
un Poder Judicial autónomo e independiente, como el que consagra la
Constitución Nacional”, y que tampoco tenía vigencia “el principio de la
separación de los poderes que caracteriza la existencia de un Estado
Republicano y Democrático. Aquí, en Venezuela, los Poderes del Estado se
encuentran concentrados en manos del jefe del Ejecutivo. Es decir, vivimos bajo
un régimen autocrático y totalitario de gobierno”.
Hoy, efectivamente,
sí está aconteciendo todo eso y peores cosas más. Porque si aquella exageración
chavista -la de que el gobierno que intentaron derrocar “había devenido en una
dictadura, que como tal se arroga todos los poderes del Estado”- era una
mentira colosal; ahora resulta muy sencillo demostrar que hoy tal situación si
está efectivamente ocurriendo y de manera perversa. ¿O acaso alguien duda que
el actual régimen en verdad sí ha devenido “en una dictadura, que como tal se
arroga todos los poderes del Estado”?
¿Acaso
es mentira que, usando sus mismas frases de 1992, ahora en 2015 sí “vivimos
bajo un régimen autocrático y totalitario de gobierno”? ¿Habrá alguien que
pueda dudar también que hoy “en Venezuela no existe separación alguna entre las
ramas del Poder Público”? ¿Será acaso mentira que aquella denuncia sobre “la
docilidad y obediencia del legislador a la voluntad del eventual presidente”,
hoy se repite, pero de manera más siniestra, pues si antes eran los candidatos
y los partidos, ahora esa selección la hace, de manera exclusiva y en
solitario, el mandamás de Miraflores?
La segunda excusa para
justificar su felonía contra el gobierno de entonces se basaba en que era
necesario “asegurar la estabilidad de las instituciones democráticas y el
respeto a la Constitución y las Leyes, cuyo acatamiento estará siempre por
encima de cualquier otra obligación”. Tal pretexto era un
ejercicio del más puro fariseísmo, ya que habían sido los golpistas
precisamente quienes habían traicionado su juramento como militares
comprometidos con la Constitución de 1961.
La tercera razón
alegada por los golpistas de 1992 era la de que el gobierno de CAP “violaba de
manera diaria y sistemática la Constitución y las Leyes que juraron cumplir y
hacer cumplir”. Irónicamente, hoy la Constitución Nacional
la han convertido en papel toillet para
uso personal de la autocracia reinante.
Está muy claro
entonces que, de acuerdo con la “lógica” chavista de 1992, ahora estaría
plenamente justificado un golpe de Estado. Sólo que hoy las cosas no son
iguales, porque la oposición es un movimiento mayoritariamente democrático -sin
militares golpistas como los de aquel aciago 4 de febrero- y partidaria de la
vía electoral como mecanismo para salir del presente régimen.
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 10 de febrero de 2015.