TOTALITARISMO
CONFESO Y CORRUPTO
Gehard
Cartay Ramírez
Acaba de declarar la
inefable presidenta de la fraudulenta “constituyente” madurista que ellos “no
entregarán más nunca el poder”.
Tamaña confesión no
hace sino ratificar lo que ha sido su intención desde que una mayoría de venezolanos
ingenuos e irresponsables eligieron al golpista Hugo Chávez Frías como
presidente en las elecciones de 1998.
Aquel despropósito eleccionario de entonces, digno de una novela de
García Márquez por su carga de realismo mágico, abrió la puerta a todos los
demonios y permitió que, en menos de dos décadas, Venezuela, que en 1998 era
uno de los países más ricos del mundo, se convirtiera en lo que es hoy: un país
arruinado y pobre, con inseguridad, hambre y desabastecimiento –de las que
siguen huyendo casi tres millones de compatriotas–, con la inflación más alta
del mundo y con una pandilla de ladrones de cuello rojo en el poder que han
saqueado ya más de 950.000 mil millones de dólares, de los cuales se han robado
casi la mitad.
Si a su despropósito de “no entregar más nunca el poder”, lo que es
consustancial a todo régimen socialista y comunistoide, se agrega su
desorbitada corrupción mil millonaria, tan grande que ha sido capaz de saquear
y quebrar una de las economías petroleras más fuertes del planeta, entonces ya
sabemos que el chavomadurismo tiene otra razón adicional para seguir pegado de
la teta financiera de Venezuela y “no entregar más nunca el poder”.
Resulta entonces muy
claro el por qué se empeñan en realizar elecciones presidenciales a su
conveniencia (“no entregar más nunca el poder”), con un CNE que hace lo que sea
y como sea para beneficiar siempre al chavomadurismo, como está harto
demostrado. Y sin embargo, la oposición democrática ha venido participando en
casi todos los comicios celebrados desde comienzos del 2000, en virtud de que la
electoral siempre ha sido su vía para derrotar al actual régimen.
No obstante, también
es cierto que a estas alturas resulta imprescindible continuar planteando la
exigencia de plenas garantías y condiciones que hagan confiable el sistema
electoral, hoy exclusivamente en manos de quienes mandan en Venezuela. Y no se
trata, como lo demuestran casi todas las elecciones en las que ha participado
la oposición –salvo las parlamentarias de 2005 y las que ilegal y fraudulentamente
pretenden hacer en mayo próximo–, de un simple capricho abstencionista, como
algunos quieren presentarlo.
Por cierto que no deja de ser masoquista el absurdo argumento de algunos
opinadores, según el cual la oposición democrática no tiene derecho a exigir ahora
elecciones pulcras y transparentes por el hecho de haber participado en todas las
anteriores, caracterizadas por el fraude, el ventajismo y las constantes
violaciones a la Constitución y las leyes.
O que, por haber ganado las parlamentarias de diciembre de 2015
–seguramente por un descuido del oficialismo–, tenga que seguir tolerando el
descarado y perruno respaldo del CNE al régimen, como sucede hoy cuando una “constituyente”
fraudulenta, que nadie eligió y sin atribuciones al respecto, convoca unas
elecciones presidenciales a destiempo, violando la Constitución y pretendiendo
la insólita y surrealista situación de que un presidente electo ahora tome
posesión en febrero del año que viene (¡!).
Por lo demás, la
oposición democrática tiene que estar conciente de que ese despropósito de “no
entregar más nunca el poder” no es una simple amenaza ni un argumento más del
régimen para asustar o provocar a los electores que se le oponen. Se trata, sin
duda, de un objetivo que siempre ha estado presente en su afán hegemónico de
permanecer en el poder todo el tiempo que le sea posible.
Por lo tanto, no hay
que llamarse a engaño e insistir en la lucha por mejorar las condiciones y
garantías electorales para participar en cualquier elección futura. Lo
contrario sería caer en el juego diabólico del régimen y su despropósito de
eternizarse en el poder, disfrazándose de demócratas si consigue que algunos opositores lo legitimen en ese perverso
empeño.
@gehardcartayEl Blog de Gehard Cartay Ramírez
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 20 de marzo de 2018.
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