sábado, 24 de septiembre de 2016

REALISMO, HABILIDAD Y TRANSPARENCIA



REALISMO, HABILIDAD Y TRANSPARENCIA
Gehard Cartay Ramírez
Personalmente he apoyado a la MUD en sus acciones desde que se conformó. Y las he criticado cuando ha sido necesario.
Ahora que algunos la reprochan por conversaciones que ciertos miembros suyos han sostenido con personeros del régimen -hechas públicas después-, creo que hay que advertir sobre la necesidad de actuar con realismo, habilidad y transparencia.
Realismo porque, a estas alturas, ya deberían conocer la calaña de los voceros del régimen actual. Y es que no estar advertidos al respecto constituye, no sólo una ingenuidad infantil, sino una inaceptable falta de responsabilidad. Por desgracia, a veces uno tiene la impresión que aún existen algunos que no conocen la verdadera naturaleza del adversario, tema sobre el cual escribimos semanas atrás (La auténtica naturaleza del régimen, La Prensa de Barinas, 16-08-2016). Y es que, si todavía hay quienes dudan que estamos ante una dictadura post moderna, por calificarla de alguna manera, deberían entonces renunciar a su responsabilidad e irse a su casa.
Hay que actuar con habilidad justamente porque la MUD debe evitar que un supuesto diálogo con el régimen se convierta en una emboscada en su contra, lo que no implica, per se, rechazarlo. Lo afirmo porque el oficialismo habla de diálogo cuando tiene la soga al cuello. Una vez que supera las dificultades, vuelve a cerrarse, reiterando su conducta totalitaria, excluyente y criminal frente al adversario, a quien considera un enemigo a muerte.
Tampoco puede olvidarse -a propósito del necesario realismo y su manejo hábil por parte de la MUD- que el diálogo nunca ha formado parte de las políticas del régimen. Nunca, amigos lectores. Aquí, desde que llegó el chavismo al poder, se excluyó a todo opositor por el hecho de serlo. Siempre se les despreció y, lo más grave, desde el principio la estrategia fue “pulverizarlos”, “volverlos polvo cósmico”, como gustaba decirlo el occiso, y tratar de desaparecerlos.
Todas estas circunstancias implican actuar hábilmente en materia del fulano diálogo. Y vamos a estar claros: no puede olvidarse que hasta en las guerras los bandos enemigos conversan. Y si se plantea tal posibilidad en serio, aquí nadie debería sorprenderse porque la MUD se siente a conversar. Claro, tendrían que darse condiciones imprescindibles, tales como una mediación seria y confiable (La ONU, El Vaticano, etc.) que vele por el cumplimiento de lo acordado.
La MUD debe actuar con transparencia. No tiene porqué ocultar sus propósitos, pues lo lógico es que todos estemos informados. Cómo manejará sus asuntos a la hora de discutir, si es que el diálogo se produce, es harina de otro costal, porque la táctica no siempre se revela, aunque sí la estrategia. Y la estrategia -como todos lo sabemos- es salir cuanto antes del régimen por las vías constitucionales. 
Se me dirá que todas estas cosas son perogrulladas. Y lo son, ciertamente. Pero a veces uno tiene la impresión de que no parecieran serlo para alguna gente de la MUD. A veces uno observa injustificables torpezas, actitudes imprudentes, por decir lo menos (como la del diputado Timoteo Zambrano), y conductas erráticas, todo lo cual llama a verdadera preocupación. Y sería absurdo no señalarlas a tiempo y con sinceridad.
La lucha por el Referendo Revocatorio (RR) en 2016 debe continuar, aún sabiendo que el régimen no lo permitirá, salvo que una protesta multitudinaria y agresiva de calle los obligue. Pero sería una estupidez no estar concientes de que el RR no será convocado si sólo de ellos (CNE pro régimen) depende, como hasta ahora, tal eventualidad.
Por eso hay que llamar la atención sobre ciertas posturas radicales absurdas que sólo le hacen el juego a la campaña del régimen para desmoralizar a la oposición democrática. Ahora no hay lugar para los desplantes o la demagogia bocona en la oposición. Esta lucha no se acaba si hay o no RR este año. Hay que continuarla hasta el final. Y todos debemos estar claros al respecto.
La MUD tampoco puede permitir que el régimen vuelva a imponer la agenda nacional, luego de todo lo que ha ocurrido. No puede dejarse quitar la ofensiva, ni tolerar que ciertas matrices de opinión la afecten o creen la sensación de que su éxito pueda ser disminuido en los avances hechos hasta ahora.
Por eso también hemos insistido tantas veces en la necesidad de un liderazgo recio, experimentado e inteligente al frente de la MUD. Un liderazgo individual, pero acompañado de liderazgos colectivos. Y es que, aún cuando ya sabemos que tal vez el ejemplo no tiene concomitancias con el caso venezolano, uno echa de menos que no aparezca por allí un Patricio Aylwin como el que derrotó a Pinochet y condujo -con realismo y sin demagogia- la transición chilena de la dictadura a la democracia. 
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 20 de septiembre de 2016.