sábado, 17 de marzo de 2012

UNA UNIVERSIDAD PARA LA NUEVA GENERACIÓN Y EL DESARROLLO AGROPECUARIO DEL PAÍS



Discurso del Diputado Gehard Cartay Ramírez




(Sesión de la Cámara de Diputados el día 13 de octubre de 1974)


EL PRESIDENTE: Tiene la palabra el diputado Gehard Cartay Ramírez.
DIPUTADO CARTAY RAMÍREZ (GEHARD):


Ciudadano Presidente; Ciudadanos Diputados:
 
 He solicitado la palabra, a nombre de la Fracción Parlamentaria de Copei, para hacer algunas reflexiones en torno a un hermoso anhelo, muy sentido, de los estados que conforman los Llanos Occidentales del país.
 
 Se trata, distinguidos colegas, de una aspiración colectiva que va mucho más allá de los intereses particulares de esas entidades regionales o de las instituciones que en ellas existen. Se trata de una aspiración basada en una nueva concepción de la universidad, cuya originalidad esté, precisamente, en que sea un instituto de educación superior que pueda no sólo capacitar a una generación de jóvenes venezolanos para las tareas del desarrollo agropecuario del país, sino también en servir como centro de orientación de las estrategias y diseños de desarrollo en la zona occidental de los llanos venezolanos.
 
 El planteamiento de esa Universidad Rural -como la hemos llamado inicialmente- tiene, pues, un carácter nacional. No sólo son los Llanos Occidentales los que necesitan una universidad concebida para el estudio de las ciencias agrarias. Es también el país entero el que está requiriendo una institución universitaria que se salga de los cánones clásicos y académicos tradicionales que, hasta ahora, han caracterizado a nuestras instituciones de educación superior.
 
 Tres serían, a nuestro juicio, sus objetivos básicos:
 
 En primer lugar, se trata de una institución universitaria proyectada con el propósito de lograr el desarrollo de una zona de grandes recursos pecuarios, agrícolas, hídricos y mineros del país.
 
 En segundo lugar, se trata de un instituto de educación superior que representa un ensayo novedoso, original y distinto -insisto- de lo que son las instituciones de educación superior en Venezuela o las universidades del país.
 
 Y en tercer lugar, se trata de un proyecto de educación universitaria cuyo propósito central lo constituirá el estudio de las Ciencias Agrarias.
 
 Tales objetivos son, de por sí, muy importantes, y como tales sólo espero que la Cámara de Diputados, y quienes la integran, tomen exacta conciencia de la enorme trascendencia que tiene su creación e inmediata puesta en marcha.
 
 Lo que queremos, ciudadanos diputados, es una Universidad que sea fundamentalmente el centro motor de una estrategia integral del desarrollo agrícola y pecuario del occidente venezolano y, desde luego, también para el resto de Venezuela. Queremos una Universidad que logre resolver el problema de los elevados niveles de población estudiantil que, hoy por hoy, crecen de manera vertiginosa en los Estados Barinas, Portuguesa, Cojedes y Apure. Queremos igualmente una Universidad que no sólo resuelva la ya evidente dificultad de la explosión demográfica estudiantil, sino que también pueda darles a los estudiantes la posibilidad de optar por carreras universitarias relacionadas con la actividad agrícola y pecuaria, la cual, por cierto está demandando inteligencias agudas y talentos interesados para poder superar los retos que, en esta materia, tenemos planteados en el porvenir inmediato.
 
 Queremos, en definitiva, una Universidad que por sus especiales características pueda aprovechar la existencia de numerosos recursos en el orden agrícola, en el orden pecuario, en el orden minero y en el orden hidrológico, de tal manera que los mismos puedan ser aptos para las labores que se refieren a la docencia, la investigación y la extensión universitaria.
 
 En la zona que ha sido estudiada para localizar a la Universidad de los Llanos Occidentales o la Universidad Rural existe gran cantidad de suelos hábiles para la producción agropecuaria. Existen también recursos forestales, hídricos y mineros que aún se mantienen en espera de la mano del hombre para que sean utilizados, no en beneficio de grupos económicos privilegiados o de sectores explotadores de las riquezas naturales del país, sino esencialmente en el desarrollo agrícola y pecuario que con urgencia tiene planteado Venezuela.
 
 Al respecto, debo llamar la atención de ustedes, señores parlamentarios, para destacar que, aparte de la originalidad del proyecto universitario que vengo comentando y las nuevas opciones en cuanto a estudios y carreras universitarias que ofrece al estudiantado en general (más allá de las ofertas tradicionales en esta materia que ya anuncian una especie de “proletariado profesional”, si se me permite la expresión), existe también una perspectiva que quiero poner de bulto ante ustedes: con esta Universidad que proponemos vamos a instrumentar una auspiciosa relación entre ella y el Sector Público, a fin de adelantar proyectos muy ambiciosos, entre ellos, el Programa Integral de los Altos llanos Occidentales (PIALLO), que en la actualidad ejecuta Corpoandes, o también Programa MAC-FAO, cuyos resultados ha sido en verdad positivos en la zona, por citar dos ejemplos conocidos.
 
 Y es que esta Universidad Rural que hoy aspiran barineses, portugueseños, cojedeños y apureños, también vendría a suplir, a través de la investigación aplicada, viejas formas de actividad docente a nivel de educación superior. Pero también sería una Universidad que brinde a los jóvenes de todo el país amplias posibilidades de orientación vocacional hacia las carreras agrarias a impartir.
 
 Porque, y esto también debe recalcarse, la que proponemos sería una Universidad que no sólo se limitará a darle al joven educando meros conocimientos teóricos, sino que también, en una segunda fase de su sistema educativo, estos sean aplicados directamente a las experiencias del campo venezolano.
 
 Así, de acuerdo con el proyecto que comentamos ahora, los universitarios de esta nueva institución de educación superior participarán igualmente en las exigencias del medio ambiente y de los elementos humanos que hacen vida en los campos venezolanos. Al fin y al cabo, en el futuro desarrollo del sector agropecuario no sólo habrá una noción reducida de la productividad en términos económicos, sino el respeto y la promoción de nuestros productores agrícolas, sean pequeños, medianos o grandes.
 
 Esta futura Universidad romperá con la vieja estructura de Facultades y de Escuelas, sustituyéndolas por Núcleos y Módulos localizables en los diversos Estados de los Llanos Occidentales. Como puede observarse, estamos en presencia de un proyecto universitario revolucionario, novedoso y original, destinado también a formar un nuevo profesional en Venezuela.
Esta futura universidad, mediante programas de investigación aplicada, perfeccionará y complementará los conocimientos que sus estudiantes obtendrán como consecuencia de las técnicas y del sistema educativo a desarrollarse, de acuerdo con el proyecto respectivo. Esta futura universidad también contemplará, en extensión, estudios de posgrado en diversas ramas de las Ciencias Agrarias. Y, desde luego, esta futura universidad deberá integrarse a las comunidades de su radio de acción y a los pequeños y medianos productores agropecuarios y campesinos, para consolidarse con ellos, a su lado, de manera vivencial y comprometida.
 
 Esta futura Universidad Rural, distinguidos colegas, desde sus actividades docentes, de investigación y de extensión, podrá también estudiar y proyectar diversos planes de desarrollo en aspectos tan concretos como la ganadería, producción y mejoramiento de cultivos tradicionales, aumento de la productividad en cereales y leguminosas, planificación y asesoría de asentamientos campesinos, así como de programas agroindustriales a ejecutarse en los Llanos Occidentales, concertados con los sectores público y privado. No creo que deba insistir en que todos estos objetivos se cumplirán con la participación del personal docente y académico, así como de sus estudiantes y empleados, todo ello dentro de un propósito mayor como lo es la excelencia universitaria.
 
 Con inocultable emoción, y atreviéndome a vislumbrar un promisor futuro para esta iniciativa extraordinaria, sueño compartido por muchos venezolanos de Barinas, Cojedes, Apure y Portuguesa, tierra plana, ancha y generosa, “propicia para el esfuerzo, como fue para la hazaña” -así la describió don Rómulo Gallegos-, insto a ustedes, Ciudadanos Diputados de todos los partidos y tendencias, a que recomendemos al Ejecutivo Nacional la creación, cuanto antes, de la Universidad Rural o Universidad de los Llanos Occidentales, mediante el Decreto Presidencial respectivo.

 Esta futura Universidad será de gran utilidad y servicio para el país entero desde su ubicación en los Llanos Occidentales venezolanos. Y es que un proyecto tan ambicioso como el que comentamos, no puede ser realizado para beneficiar a un estado o una región en desmedro de otro estado o de otra región.  
Ciudadanos diputados:
 
 El muy completo proyecto que se ha elaborado al respecto, los estudios de factibilidad hechos hasta ahora y la aspiración de distintos sectores de la colectividad venezolana y de los Llanos Occidentales son elementos más que suficientes para que el Gobierno Nacional decida, ahora mismo y de manera favorable, la creación de la Universidad Rural o de los Llanos Occidentales.
 
 Quiero finalmente, honorables colegas, en nombre de la Fracción Parlamentaria del Partido Social Cristiano Copei, acompañar al Presidente de la Cámara, doctor Gonzalo Ramírez Cubillán, en la proposición que ha formulado para que, cuanto antes, el ciudadano Ministro de Educación proceda a nombrar la Comisión Organizadora de la Universidad Rural de Venezuela o Universidad de los Llanos Occidentales, y que esta, a su vez, proceda a iniciar los estudios correspondientes para determinar su sede rectoral, todo lo cual deberá ser oficializado por el correspondiente Decreto Presidencial de creación de esta nueva institución de Educación Superior a que nos hemos referido en esta intervención.
 
 Devolvamos al campo, a la tierra venezolana, la voluntad de nuestros jóvenes para que, integrada a la de nuestros campesinos, construyan una nueva y luminosa realidad.


 
 Muchas gracias, ciudadano Presidente, ciudadanos Diputados (Aplausos).