EL CAMBIO
INDETENIBLE
Gehard Cartay
Ramírez
Hoy en
Venezuela hay una verdad que nadie puede negar y es el deseo de cambio que
tiene la gran mayoría del pueblo.
No
hacen falta encuestas ni estudios de opinión para comprobarlo. Simplemente hay
que escuchar a la gente, en cualquier parte y en cualquier momento. La
necesidad de un cambio ya, cuanto antes, se siente en todos lados y se
convierte cada vez más en un sentimiento arrollador que se llevará por delante
al régimen y sus candidatos -si se cuentan bien los votos y se derrota el
fraude- este domingo seis de diciembre.
En
toda conversación el tema surge de inmediato. Ya sea en reuniones familiares o
sociales, en la buseta de pasajeros, en la cola del cajero automático o en la
del supermercado. “Tenemos que salir ya de esta pesadilla”, “Esto es
insoportable” o “Hay que votar masivamente para castigar al régimen”, son,
entre muchas otras, expresiones comunes de la gente, harta ya de tantos problemas
por culpa de la incapacidad y la corrupción de Maduro y su claque inepta.
Todas esas protestas y comentarios revelan
una profunda indignación nacional. Porque -y esto hay resaltarlo- pocas veces
antes los venezolanos habían sufrido en carne propia tantos y graves problemas
como ahora. Y, sobre todo, pocas veces antes habían tenido la convicción de que
un régimen en concreto les hiciera tanto daño a todos, como este que ahora
padecemos, por lo cual se impone su sustitución cuanto antes.
Por supuesto que todo ello es la resultante
de 16 años de desgobierno y corrupción. Nunca como ahora, Venezuela tuvo un
régimen tan inepto, ladrón e incapaz. Nunca como ahora, Venezuela había sufrido
una situación tan desgraciada como la que ahora vivimos. Nunca como ahora,
Venezuela tuvo esta clase de gobernantes irresponsables, estólidos e
insensibles, incapaces de buscarle soluciones a la inmensa crisis nacional que
nos acogota, precisamente a causa de los múltiples errores, desmanes y
estupideces cometidos desde 1999.
Y eso que nunca antes tampoco Venezuela
vivió una prolongada etapa de altos precios petroleros como en estos últimos
catorce años. Mientras los gobiernos anteriores, y especialmente el último del
presidente Caldera, tuvieron que vender el barril de petróleo en nueve dólares,
los precios del crudo a nivel mundial en la última década le permitieron al
régimen chavomadurista llegar a ganar hasta 150 dólares por cada barril. Y sin
embargo, Venezuela nunca tuvo antes una situación tan calamitosa desde el punto
de vista económico y social, como la que experimentamos ahora.
Por ello no tienen ninguna excusa válida que
justifique su fracaso en el mejor momento financiero de la República gracias a
los altos precios petroleros de los últimos años. Fue así como lograron el
“milagro” de convertir a un rico país exportador de petróleo en un país
arruinado, con la más alta inflación del mundo -algo inconcebible a juicio de
reputados economistas-, al tiempo que los venezolanos son cada vez más pobres.
Como
es lógico, la gran mayoría no quiere continuar atada a una situación tan
nefasta como la de hoy. Todo lo contrario: quiere un cambio urgentemente y de
manera abrumadora. Así lo reflejan todas las encuestas conocidas, al tiempo que
señalan que entre el 83 y el 78 por ciento de los venezolanos considera mala la
gestión de Maduro (Hercon y Keller y Asociados), de acuerdo con los resultados
publicados por El Nacional de Caracas de fecha 11 de octubre pasado.
Esas
mismas encuestas revelan que la expectativa de un cambio político es abrumadora
entre los venezolanos: el 86,8 de ellos desean ya ese cambio en la conducción
política del país, según el último estudio de Venebarómetro. Y ello en virtud
de que el 89,3 por ciento considera que la situación del país es negativa.
Incluso, si ahora se realizaran las elecciones presidenciales el 70,9 por
ciento de los electores votarían contra Maduro, y si se convocara un refrendo
revocatorio en su contra el 70,5 por ciento votaría para sacarlo de la
presidencia, según la citada encuesta de Venebarómetro.
No hay
entonces duda alguna del deseo de cambio que hoy caracteriza a los venezolanos.
Por eso, estas elecciones del próximo seis de diciembre van a ser decisivas
para abrir un nuevo horizonte político al país. Porque no sólo se elegirá una
nueva Asamblea Nacional con mayoría de la oposición democrática, sino que, en
paralelo, ese deseo de cambio tendrá un contundente efecto en las venideras
elecciones de gobernadores y alcaldes e, incluso, como ya se señaló, en caso de
convocarse un referendo revocatorio contra Maduro.
Todo
indica entonces que el cambio será indetenible.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 13 de octubre de 2015.