domingo, 25 de enero de 2015

UN CAMINO EQUIVOCADO



“UN CAMINO EQUIVOCADO”

Gehard Cartay Ramírez
Con este simple pero certero título la Iglesia Católica denunció hace pocos días la responsabilidad del régimen por la gravísima crisis que agobia a Venezuela.
Este histórico pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Venezolana hace suyo también lo que constituye el sentir casi unánime de nuestro pueblo, ante un nefasto régimen que ha fracasado estrepitosamente y no muestra señales de intentar siquiera rectificar sus gravísimos errores.
Por desgracia, mientras el país se cae a pedazos, la cúpula podrida del régimen sólo se ocupa de profundizar la crisis y de insultar a quienes lo critican con justa razón, la Iglesia Católica, entre ellos. Obviamente, Maduro y su claque de ineptos y corruptos sólo se limitan a repetir el discurso de su difunto jefe al no asumir sus responsabilidades y echarle la culpa del inmenso desastre creado por ellos a los demás (“el  imperialismo”, “la derecha”, “la guerra económica” y otras estupideces similares).
Frente a este cuadro dramático, la Iglesia Católica ha elevado una vez más su voz, con la autoridad moral que los venezolanos le reconocen. Ha denunciado, una vez más, la violencia y la inseguridad generalizada que viene asesinando centenares de miles de venezolanos, sin que el régimen se ocupe de combatirla.
Ha denunciado igualmente la feroz represión policial y militar contra las protestas pacíficas de estudiantes y pueblo, así como la criminal violación de los derechos humanos de los adversarios del régimen. Ha denunciado también los asesinatos y torturas contra manifestantes pacíficos y la situación de numerosos presos políticos, hoy secuestrados en las ergástulas del régimen, todo lo cual configura la existencia de una auténtica dictadura en la decadente Venezuela actual.
Igualmente, los obispos venezolanos han denunciado con toda seriedad la gravísima crisis económica creada por el régimen con sus desacertadas medidas, y que han producido una cada vez más acentuada escasez de alimentos y productos básicos, alto costo de la vida, pobreza y desempleo crecientes. “Una deuda externa gigantesca -agregan-, que hipoteca el futuro de los venezolanos, la inflación desbordada, la devaluación de nuestra moneda, el contrabando de extracción y el desabastecimiento de productos básicos han generado el empobrecimiento creciente de amplios sectores de la población, particularmente los de menos recursos económicos”.
Al respecto, insisten en que esa aguda crisis “se acrecienta por la corrupción administrativa, el centralismo, el saqueo de las divisas del fisco (dólares), la reciente baja de los precios petroleros, y por la ineficacia de las medidas y planes que está ejecutando el Gobierno Nacional”. Destacan a continuación la imperdonable crisis de la salud y muy especialmente las recientes “epidemias virales no enfrentadas con eficiencia”, así como la carencia de medicinas, insumos y equipos médicos.
 Todo este dantesco cuadro, la Iglesia Católica lo atribuye a “la decisión del Gobierno Nacional y de otros órganos del Poder Público de imponer un sistema político-económico de corte socialista, marxista o comunista. Este sistema es totalitario y centralista, establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas. Además, atenta contra la libertad y los derechos de las personas y asociaciones y ha conducido a la opresión y a la ruina a todos los países donde se ha aplicado”.
Como puede constatarse, se trata de una exacta fotografía del nefasto régimen que -por ahora- sufrimos los venezolanos. Otros lo hemos venido denunciando desde hace tiempo. Pero que lo exprese ahora, con tanta firmeza y seriedad la Conferencia Episcopal Venezolana, ciertamente pone de manifiesto que estamos frente a una verdadera tragedia nacional y que, por tanto, es necesario salir del presente régimen si queremos salvar a Venezuela.
Al respecto, los Obispos proponen una serie de medidas para frenar la gigantesca crisis que nos sacude, entre ellas, renuevan su llamado a dialogar (En este sentido critican la reciente designación inconstitucional rectores del CNE y magistrados del Tribunal Supremo, así como de los titulares de la Fiscalía, Contraloría y Defensoría del Pueblo, “que no reflejan la pluralidad política del país y de la Asamblea Nacional”). También llaman a la cúpula del régimen a asumir su responsabilidad de buscar soluciones a la crisis actual, “pues el socialismo marxista es un camino equivocado”, insisten.
Terminan su contundente manifiesto -que lamentablemente no podemos glosar totalmente en este breve espacio- exigiendo rectificaciones al régimen, proponiendo respeto a la iniciativa privada y a los derechos democráticos de los venezolanos.
¿Qué más hará falta para que Maduro y su cáfila de incompetentes y corruptos asuman las rectificaciones necesarias? Ya han demostrado que no están en capacidad de hacerlo. Siendo así, lo lógico sería que se apartaran a un lado y dejen entonces el camino despejado para que otros venezolanos, capaces y competentes, asuman la ciclópea tarea de salvar a Venezuela.
        @gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 20 de enero de 2015.   

viernes, 23 de enero de 2015

BARINAS Y SUS PERSPECTIVAS HACIA EL SIGLO XXI




BARINAS Y SUS PERSPECTIVAS HACIA EL SIGLO XXI



PALABRAS DEL GOBERNADOR
GEHARD CARTAY RAMIREZ
AL PRESENTAR EL PLAN TRIENAL DE DESARROLLO DEL ESTADO BARINAS (1995-1997)


(Barinas, 08 de noviembre de 1995)


Estamos presentando en este acto el Plan Trienal de Desarrollo del Estado Barinas 1995-1997, que nuestro gobierno y sus equipos técnicos han elaborado en un esfuerzo concienzudo para fijar los grandes objetivos de la región.
Tres son los objetivos que perseguimos al dar a conocer a la opinión pública barinesa un documento como este, que no vacilamos en calificar como histórico, más allá de que en el pasado su elaboración algunas veces se cumplió como un simple ritual administrativo, y no como una oportunidad excepcional para fijar nuestras grandes metas de progreso y desarrollo.   
Por eso hemos querido también que el Plan Trienal de Desarrollo del Estado Barinas 1995-1997 sea en esta ocasión presentado en una edición de lujo que con el título Barinas, tierra exuberante y promisoria / Perspectivas hacia el siglo XXI, pueda llegar a la opinión pública y cumplir así con nuestra aspiración de que sea conocido por la mayor cantidad posible de barineses.
De allí que su publicación como tal cumple ciertamente tres objetivos muy importantes.
En primer lugar, contiene -como lo acabo de señalar- la presentación del Plan Trienal de Desarrollo del estado Barinas, imperativo legal a que está obligado el Gobierno Regional, mediante el cual se fijan las metas y propósitos para los próximos tres años de ejercicio gubernamental.
En segundo lugar, este libro permitirá comunicarle a la comunidad barinesa los grandes parámetros del desarrollo integral de nuestra entidad federal, con miras hacia el próximo siglo. En este sentido, se trata de un estupendo instrumento para nuestros líderes de hoy y de mañana, por cuanto diagnostica nuestra realidad y al mismo tiempo formula proyectos y planes a fin de transformarla en beneficio de todos los barineses.
Y en tercer lugar, y no por ello menos importante, sino todo lo contrario, este Plan Trienal de Desarrollo de estado Barinas es fundamentalmente un compromiso con el porvenir de nuestra región y de su gente. De tal manera que, junto a ese compromiso tan fundamental -yo diría también que histórico por mil razones-, se proponen programas factibles de ejecutar y también, desde luego, un instrumento para la toma de las decisiones a que haya lugar.
Debo insistir en que el Plan Trienal de Desarrollo del Estado Barinas 1995-1997 que hoy presentamos en este libro, muy bien editado por lo demás, reúne el concurso de mucha gente que vive, siente y conoce a Barinas. Decenas de profesionales jóvenes, sondeos de opinión recogidos en el seno de las comunidades y entre los más diversos sectores políticos, sociales, económicos, deportivos, culturales, universitarios, militares, religiosos, etc., etcétera, nos garantizan la seguridad de interpretar una visión realista, unida al sentimiento de los habitantes de nuestra región. A todos ellos, verdaderos gestores del Plan que hoy presentamos, expresamos nuestra gratitud y nuestro compromiso.
Junto a estos criterios de participación efectiva, que expresan una vez más nuestra convicción como gobernantes que realizamos una gestión pluralista -respetuosa de todas las opiniones y posiciones-, se suman algunas definiciones que consideramos intransables. Así, todo el diseño del Plan Trienal está priorizado por un acento en lo social, que se inscribe en una irrenunciable solidaridad con los más débiles, dicho sea esto sin hacer concesiones a la demagogia populista, tan del gusto de quienes nos antecedieron.
Esa prioridad no descuida -no podría hacerlo por razones obvias- el desarrollo económico que con realismo aborda las áreas de probada potencialidad y de arraigo del barinés, ni soslaya las necesidades del equipamiento e integración territorial, ni deja de lado la tan necesaria preservación de ambiente, ni menos renuncia a la necesidad de modernizar la gestión gubernamental en la dirección de hacerla más eficiente y útil a la gente.
La cuestión social -insisto-, rango preferente de nuestro gobierno, no es una decisión subalterna o vinculada a irresponsabilidades de corte demagógico. Eso sería perseverar en prácticas clientelares que dañan la dignidad de nuestro pueblo. Por eso mismo, las políticas de carácter social: salud, alimentación, educación, atención al niño, protección del menor, transporte público, vivienda, deporte, vialidad, financiamiento a pequeños y medianos empresarios y productores agropecuarios y campesinos, así como la mejora de los servicios públicos y de la calidad de vida de los barineses, son todos programas exentos de cualquier intención sectaria, que apuntan a la solución práctica de problemas urgentes y de necesidades sentidas por quienes han nacido aquí o han decidido permanecer en nuestra generosa y acogedora tierra.
El presente Plan Trienal de Desarrollo del estado Barinas 1995-1997 que, con visión futurista, presenta el Gobierno que dirijo a la consideración de la Asamblea Legislativa -y, a través de ella, a toda la comunidad barinesa- posee un diseño distinto a los tradicionales planes de este tipo. La intención no es ser innovadores para establecer diferencias de significación menor: por el contrario, valorando el destino de muchos planes anteriores, ceñidos a cartabones no muy funcionales ni pertinentes, hemos preferido elaborar un Plan Trienal de Desarrollo que, al alcance de todos, logre igualmente generar compromiso en todos los niveles de decisión y sea accesible a todos los habitantes del estado.
Sea este que hoy presentamos, como alguien decía, el Libro de Barinas, mediante el cual todos conozcamos el camino y sepamos que es posible devolverle a nuestra querida región el esplendor de otras épocas, así como también señalarle y hacer realidad nuevas metas de progreso y bienestar para mejorar la calidad de vida de sus habitantes e impulsar el desarrollo definitivo de esta gran región.
Muchas gracias a todos (Aplausos).

domingo, 18 de enero de 2015

NO ES FÁCIL LO QUE VENDRÁ



NO ES FÁCIL LO QUE VENDRÁ
Gehard Cartay Ramírez
Sin ser alarmistas, sino realistas, hay que insistir en que Venezuela vive hoy una de sus más graves crisis.
El régimen, mentiroso y perverso como siempre, intenta ocultar la catástrofe que padecemos. Según la mentirosa propaganda oficial, su principal vocero -conocido suficientemente también por sus embustes reiterados- anda en una kilométrica gira procurando más recursos que, de obtenerse, servirán también para endeudarnos más todavía con el imperio chino, del cual somos, por ahora, una colonia económica y financiera.
 Mientras tanto, la crisis se agrava peligrosamente. Eso, por cierto, poco o nada parece importarle a la numerosa comitiva que lo acompaña -y que incluye hijos, nietos y demás familiares, así como altos funcionarios que deberían estar aquí enfrentando la difícil situación que sufrimos los venezolanos. En realidad, estos alegres viajeros se parecen más a un grupo turístico dándole la vuelta al mundo que a un equipo de gobernantes serios en busca de salidas financieras a la crisis.
Lo dramático del asunto es que, cualquiera que sean los resultados de este millonario periplo oficial, en muy poco -o tal vez en nada, digámoslo claramente- podrán solucionar o paliar la catástrofe que nos envuelve ahora.
Si, por ejemplo, Maduro llega con las manos vacías por no haber obtenido el financiamiento que tanto necesita su régimen -hoy en quiebra y sin dólares, pues los malbarataron en los últimos 15 años-, la crisis podría tener resultados imprevisibles. Si, por el contrario, logra nuevos créditos del gobierno de China comunista, la situación también sería gravísima a mediano plazo, pues significaría nuestra definitiva entrega como nación al imperialismo chino, y ahora de manera incondicional.
He allí, pues, la gran responsabilidad histórica del chavismo hoy en el poder: la de haber destruido a Venezuela como el país democrático y soberano que fue hasta hace poco, así como haber arruinado nuestras inmensas potencialidades de desarrollo, así como nuestras riquezas petroleras y mineras como palancas para asegurarnos un mejor porvenir para los venezolanos.
Y esta es nuestra gran tragedia como nación por culpa del grupo de irresponsables, corruptos y demagogos que llegaron al poder en 1999, luego de haber engañado a millones de ilusos con una falsa bandera de cambio, hoy convertida en una gigantesca estafa a los venezolanos.
Por desgracia, esa colosal burla a quienes votaron entonces y después por Chávez y la cúpula podrida que hoy manda en Venezuela, no libera a quienes lo hicieron de haber cometido una irresponsabilidad histórica que no podrían nunca justificar ante sus hijos y nietos, las principales víctimas del desastre chavista que hoy sufrimos.
Y este es el otro asunto que no se puede obviar. La actual crisis se va a prolongar en el tiempo, al igual que la inacabable maldición peronista que acompaña al pueblo argentino desde hace sesenta años. No será fácil sacar en lo inmediato a Venezuela del precipicio en que la ha hundido el régimen chavista, y esto hay que decirlo claramente. Se requerirá de un liderazgo experimentado, y no de uno novato, al igual que de un equipo con las mejores inteligencias venezolanas para diseñar y ejecutar un plan de emergencia que, junto al trabajo y la dedicación de los venezolanos, pueda poner otra vez al país en marcha.
Porque aquí no hay que llamarse a engaño sobre lo que vendrá luego, una vez que se produzca el necesario cambio en la conducción de Venezuela. Será ciclópea la inmensa tarea de reinstitucionalizar al país, retornar al camino democrático, implantar un sistema de seguridad jurídica, social y personal para todos los venezolanos, obtener financiamiento para recuperar nuestra economía y reabrir las miles de empresas industriales y agropecuarias cerradas, expropiadas o saqueadas en estos quince años.
Será igualmente ciclópea la tarea de regresar la probidad administrativa al gobierno, así como devolver su carácter apolítico y no partidista a la institución militar y derrotar la cultura del populismo y el clientelismo corrupto con que el actual régimen sostiene su maquinaria y sus cuerpos paramilitares.
 Las crisis por lo general son también oportunidades para producir cambios trascendentes en la historia de los pueblos. Confiemos entonces en que esta que ahora nos ha producido tanto daño pueda traer consigo también el imprescindible cambio que tanto anhelamos la mayoría de los venezolanos.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 13 de enero de 2015.

sábado, 10 de enero de 2015

EL COLAPSO INMINENTE



EL COLAPSO INMINENTE
Gehard Cartay Ramírez
2015 se inicia bajo la sospecha generalizada de que estamos ante un colapso inminente.
Todos los venezolanos -o casi todos, salvo los fanáticos del régimen y algunos ingenuos- tememos que, en algún momento, nuestros ya de por si gravísimos males van a empeorar de tal manera que todo terminará colapsando.
Pareciera que este proceso de la peorrocracia nacional -incubado desde hace más de 40 años, pero profundizado desde en 1999- tendrá su desenlace en cualquier momento. Los signos al respecto son ya tan evidentes que hasta las piedras lo saben.
El principal de esos signos es la profunda crisis política que nos envuelve, producto de un proyecto político neototalitario, autoritario y corrupto -dirigido desde Cuba por los hermanos Castro- que viola sistemáticamente la Constitución y las leyes para eternizarse, con la resultante brutal de mayores sufrimientos a los venezolanos.
Y ello es así porque su perversa naturaleza descansa en el control total que viene ejerciendo sobre la sociedad, la economía y cada ciudadano en particular. Llámesele comunismo, fascismo o nazismo -que al final son lo mismo, en verdad- lo cierto es que el experimento chavista responde a una vulgar dictadura, y no a un régimen democrático y de respeto a las libertades y los derechos humanos. Así de sencillo.    
Frente a este desolador panorama, la colosal crisis que nos agobia está caracterizada por una ausencia casi absoluta de liderazgo en todos los sectores, tanto en el régimen como en la oposición.
Por supuesto que el gravísimo hecho de que quien ahora ejerce la presidencia sea un dirigente mediocre, mediano intelectualmente, sin liderazgo propio y definitivamente incapaz para cumplir tan elevada función, trae consigo aparejado que los demás altos funcionarios que lo secundan tengan iguales características (Y esto lo que llamamos peorrocracia.) El país está, entonces, en manos de los peores ineptos, incompetentes y corruptos. ¿Es posible que podamos sufrir mayor calamidad?
El resultado, obviamente, no podía ser otro que la gravísima crisis que hoy soportamos.
Y es que, a pesar de que la cúpula chavista recibió los más altos precios petroleros en toda la historia venezolana en los últimos 15 años, esa gigantesca montaña de petrodólares la dilapidaron, llegando incluso a regalar parte de ella a otros países para comprar un fementido liderazgo mundial para su extinto jefe.
Así, la debacle económica creada el régimen desde hace 15 años tiene ahora sus fatídicas y lógicas consecuencias: pobreza creciente, desempleo, la inflación más alta del mundo, carestía, escasez y desabastecimiento. Y sus causas también son ampliamente conocidas: la destrucción de miles de empresas industriales y agropecuarias, la ruina de PDVSA, la corrupción gubernamental -desaforada e infinita-, el crecimiento de la burocracia, el criminal clientelismo político y la demagogia “revolucionaria”.
Estas aberraciones han terminado arruinando a Venezuela, uno de los países más ricos del mundo hasta hace poco. Hoy, por contraste, estamos endeudados como nunca e hipotecados al imperio chino. Por primera vez Venezuela importa petróleo, gasolina y otros derivados. La calidad de vida ha empeorado, los servicios públicos son un desastre y somos ahora uno de los países más inseguros, con una tasa de 25.000 asesinatos por año.
Nada esto le ha importado a la cúpula podrida que manda. Siempre se confiaron en que, mientras estuviéramos percibiendo altos precios por cada barril de petróleo, lo demás poco o nada importaba. Por ello arruinaron criminalmente las empresas industriales y agropecuarias en manos del sector privado. Por ello arruinaron a PDVSA y acabaron con las empresas de Guayana. Por ello dilapidaron más de 950 mil millones de dólares desde 1999.
Lo peor de todo es que no aceptan su fracaso y por ello no rectifican, lo que hace inminente su colapso. Las medidas anunciadas por Maduro este domingo, antes de iniciar su viaje a Rusia y China para endeudarnos más todavía, sólo servirán -según el experto económico Orlando Ochoa Terán- para  "convertir a Venezuela en un gran mercado negro, asfixiado por controles socialistas y un aparato productivo postrado", todo ello como consecuencia de que el equipo económico que lo asesora está integrado por "marxistas embrutecidos hasta la médula” (Tal Cual, 04-01-2015).
Por eso estamos como estamos. Por eso vamos hacia un colapso cada vez más inminente. Algo va a pasar, aunque no sepamos exactamente cómo será. Algunos hablan de un violento estallido social y otros de una implosión del régimen chavomadurista como posibles reacciones al peligroso estado de cosas que sufrimos los venezolanos al comenzar este año 2015.
Quiera Dios que lo que vaya a pasar sea para mejorar nuestra situación y no para empeorarla. Confiemos en que así sea.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 06 de enero de 2015