domingo, 7 de agosto de 2016

¡RESPETEN AL PUEBLO!



¡RESPETEN AL PUEBLO!
Gehard Cartay Ramírez
Los mismos que antes se enjuagaban la boca hablando de democracia participativa y protagónica hoy le tienen pavor a la soberanía popular.
La razón está a la vista: como el pueblo venezolano dejó de apoyarlos hace rato, entonces ahora no quieren saber nada de la soberanía nacional expresada en el voto, tal cual lo señala la Constitución Nacional.
Y es que para el régimen actual el pueblo siempre ha sido un simple elemento utilitario: cuando tenían su respaldo lo usaron hasta el cansancio. Ahora que los rechaza la inmensa mayoría de los venezolanos, el pueblo les estorba. Ahora no quieren saber nada de él. Ahora les produce alergia.
Su descomunal y colosal fracaso, luego de 17 años en el poder y de haber dilapidado una gigantesca montaña de petrodólares que hubieran servido para resolver todos nuestros problemas -sí, amigo lector, como lo leyó: todos nuestros problemas-, ahora los lleva a considerar a los venezolanos como sus enemigos. Y aunque la cúpula podrida que todavía manda sigue hablando en nombre del “pueblo”, ellos bien saben que el verdadero pueblo no sólo los detesta, sino que además lo hace con auténtica arrechera, para usar una expresión coloquial.
Tan inmenso ha sido el daño que se le ha causado -y se le sigue causando- a los venezolanos que, cada día que pasa, el anhelo colectivo por salir del régimen se convierte en una avalancha incontenible. La taifa de ineptos y corruptos en el poder no ha resuelto ni podrá resolver los innumerables problemas que ellos mismos han creado desde 1999. Y como no pueden solucionarlos, esos problemas se acumulan y la vida de todos se hace cada vez más difícil y dura.
Pero ellos creen que pueden “seguir corriendo la arruga”. Y eso ya no es posible. Ellos creen que pueden seguir perpetuándose en el poder en contra de la voluntad popular. Y eso tampoco es posible. Podrán intentarlo, es cierto, pero a un costo mayor que el actual. Al final, de nada les valdrá. Están ya revocados por los venezolanos y más temprano que tarde tendrán que irse.
Por eso se niegan obstinadamente a que se convoque el Referendo Revocatorio (RR), consagrado en la Constitución Nacional como un derecho del pueblo venezolano, que nadie puede desconocerle, si se cumplen las condiciones legales establecidas para su activación. Sin embargo, el régimen cree que puede bloquearlo, convencido como está de que lo va a perder abrumadoramente.
Aquí está, en realidad, el desiderátum que debe resolverse en poco tiempo. O ellos se salen con la suya, que sería lo peor que nos puede pasar a todos, incluyendo la cúpula podrida; o el pueblo triunfa sobre la dictadura mediante su legítimo derecho a revocarlos y darse un nuevo gobierno, que se ocupe de resolver la crisis y permita a los venezolanos vivir en un país en paz y en progreso para todos.
Por todas estas razones, lo mejor para todos es realizar el Referendo Revocatorio. A la cúpula podrida les proporcionaría una salida honorable, al perder democráticamente el poder. Así, ante la historia, sus deudos  se justificarían señalando que el pueblo los desplazó con sus votos, luego de lo cual podrían ocuparse de regenerar su movimiento e intentar, si es que los venezolanos los perdonan algún día, presentarse más adelante como una alternativa.
Y al pueblo venezolano la realización del RR nos brindaría la oportunidad histórica de darle una salida constitucional, pacífica y democrática a la hecatombe creada por el chavismo y que hoy nos amenaza hasta en nuestra propia existencia como nación. Sería, además, el punto de partida para reconstruir a Venezuela, luego de su destrucción criminal desde hace 17 años, y asegurar a las venideras generaciones el desarrollo, la paz y el progreso a que tienen pleno derecho.
Por esas razones, sería un crimen que el régimen y su CNE no respetaran la voluntad del pueblo, si siguen empeñados en bloquear la realización del RR como lo vienen haciendo. Y no sólo eso: al asumir tan criminal actitud se están convirtiendo en los únicos responsables, si aquí las cosas empeoran aún más.
Serán entonces ellos los culpables si aquí se desatan los demonios y Venezuela entra en una espiral de mayor odio, violencia y enfrentamientos, lo que, por cierto, la inmensa mayoría no desea, aunque sí los radicales extremistas del régimen, casta de irresponsables y criminales por donde se les mire…
Por eso hay que seguirle exigiendo al régimen y su CNE que respeten la voluntad del pueblo. Ni ellos ni nadie pueden desconocerla. Por lo tanto, deben atenerse a sus consecuencias. Y punto.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes. 02 de agosto de 2016.