martes, 20 de marzo de 2012

Verdades
“LA PRENSA”: CONTRA VIENTO Y MAREA
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com
                   
Puede decirse, sin exageración, que La Prensa de Barinas ha demostrado siempre el mayor respeto y consideración por la libertad de expresión y de información.
Y todo ello a lo largo de sus 27 años de existencia, cumplidos el pasado 16 de marzo. Durante este largo tiempo, La Prensa se ha consolidado como una de las instituciones más serias de nuestra entidad, con un bien ganado prestigio y la mayor credibilidad en su género.
Esa impecable trayectoria ha sido fruto del esfuerzo y la probidad de su editor Ruvico Ramírez y de su director Alberto Santeliz Meléndez, acompañados por un equipo de periodistas, administradores y personal técnico de la mayor calidad.
Porque no es obra de la casualidad la enorme receptividad que La Prensa tiene entre los barineses. Sus páginas, abiertas a todos, indistintamente de su posición política, económica, social o religiosa, han reflejado siempre los mejores intereses de Barinas y su gente, sin exclusiones de ninguna índole.
Lo afirmo desde mi experiencia de dirigente político, ya como parlamentario o como Gobernador, bien en las trincheras de la oposición o en responsabilidades de mando. Y creo que lo mismo puede ratificar el resto de los dirigentes políticos de la región. Todos hemos sido testigos de que La Prensa se ha destacado por su amplitud y por estar siempre en sintonía con las mejores causas de los barineses.
Por eso, precisamente, resulta condenable la posición que desde hace varios años han asumido los gobiernos nacional, regional y municipales en su contra, mediante diversas maniobras de la peor especie contra La Prensa, y todo ello por el “delito” que representa para el régimen la presencia de un diario plural, amplio y abierto como el que usted tiene en sus manos.
Claro, La Prensa además ha cometido otro “delito” imperdonable: no haberse arrodillado ante el poder, como sí lo han hecho otros medios, ni aplicar autocensura y mucho menos censura en la cobertura diaria de las noticias nacionales y regionales. Esta actitud le ha valido la enemistad unilateral del actual régimen, cuya perversa finalidad -en materia de medios de prensa- es su ya confesada y cacareada “hegemonía comunicacional”, es decir, su siniestro propósito de controlar todos los diarios, radios y televisoras y estrangular a los medios independientes, como lo hacen siempre los gobiernos totalitarios de cualquier signo.
Hace algunos años, la familia Chávez -que manda en Barinas como si fuera su feudo personal- decidió no pagarle a La Prensa una deuda millonaria de la Gobernación por concepto de publicidad oficial. Fue la primera maniobra para tratar de “ablandarla”. Al no lograrlo, entonces decidieron, no sólo no cancelar aquella deuda legítimamente contraída con este diario, sino quitarle todo tipo de publicidad oficial, a la que tiene perfecto derecho porque se paga con el presupuesto público. Y no sólo eso, sino que fueron más allá: obligaron a los demás órganos del gobierno nacional y a las alcaldías a negarle también sus pautas publicitarias oficiales. De esta manera pretendieron cercarlo económicamente y obligarlo a cerrar.
No lo lograron, gracias a Dios, a los anunciantes y a sus miles de lectores. Ya son varios años sin publicidad oficial, con lo que ha demostrado que puede existir sin ella. Y, sin embargo, en un gesto de consecuencia con sus lectores -que provienen de todas las tendencias políticas y clases sociales-, este periódico nunca ha dejado de publicar las actividades e informaciones provenientes del gobierno nacional y regional o de las alcaldías de Barinas. Una actitud hidalga, que dice mucho de la seriedad de La Prensa y particularmente de su editor y director.
Ahora la amenazan con un juicio inicuo y absurdo, utilizando sicarios “institucionales” y apelando a argumentaciones tan maliciosas como ilógicas. Todo ello, por supuesto, con el mismo fin: tratar de estrangular y poner contra la pared a este periódico. Lamentablemente para ellos, La Prensa seguirá existiendo cuando todos ellos sean un pésimo recuerdo y sus descendientes seguramente se avergonzarán por la actitud que hoy asumen.
Estas prácticas fasciocomunistas del actual régimen hablan por sí solas sobre la intolerancia, indignidad y totalitarismo que los caracteriza. Piensan que por estar ahora en el poder pueden “pulverizar” y liquidar a quienes no piensan como ellos o se atreven a criticarlos. Por supuesto, nuevos ricos como son, ahora a través de sus testaferros compran radios, televisoras y diarios para ponerlos al servicio del régimen
Definitivamente, no han aprendido la lección de la historia: ellos pasarán, insisto, pero los medios de comunicación independientes seguirán existiendo e informando, más allá de estos crímenes contra la libertad de expresión.
  
LA PRENSA de Barinas - Martes, 20 de marzo de 2012.