martes, 17 de junio de 2014

"CACERÍA DE BRUJAS"



“CACERÍA DE BRUJAS”
Gehard Cartay Ramírez
Desesperado por su imperdonable fracaso y apoyado en su abierta vocación totalitaria, el régimen profundiza su “cacería de brujas” contra líderes opositores.
Esto no es nuevo, desde luego. A partir del 2002 (luego de la gigantesca movilización del 11 de abril y la subsiguiente la masacre de Miraflores, que produjo la renuncia de Chávez, la insólita interinaria de Carmona, su golpe palaciego y el regreso de aquel), el régimen comenzó una inclemente “cacería de brujas” contra sus adversarios.
Entonces sus primeras víctimas fueron Simonovis y los comisarios de la Policía Metropolitana de Caracas, quienes ya llevan 12 años presos sin que se les probara culpabilidad en aquellos sucesos. En cambio, ciertos dirigentes chavistas y algunos militares que fueron fotografiados disparando contra la multitud siguen libres. Nunca fueron detenidos ni juzgados. Todo lo contrario: con el mayor cinismo los convirtieron en “héroes” del proceso, con un monumento que los “honra” en el sitio donde se produjo la masacre contra la marcha opositora.
Tanto cinismo y caradurismo fue entonces ejecutado a propósito, de manera calculada y fría, con el objetivo de reescribir la versión oficialista de aquellos lamentables hechos que dejaron cerca de 20 muertos y unos cuantos heridos. De allí en adelante, como se lo han aconsejado los capitostes de la dictadura castrocomunista de Cuba, sus policías, fiscales y jueces sólo juzgan una cara de los hechos, siempre para condenar a los opositores y siempre para librar a los partidarios del régimen.
Se trata de una versión criolla de los llamados “juristas del horror”, que Hitler y los nazis usaron para criminalizar a sus opositores. Con tales esbirros, la “justicia nazi” tenía despejada la vía para enjuiciar y mandar a prisión a cualquiera que le diera la gana, sin que necesariamente hubiera cometido otro “delito” que no fuera enfrentar aquella siniestra dictadura.
Aquí en Venezuela, en todos estos años y bajo el presente régimen, se han venido produciendo detenciones y juicios contra ciertas figuras de la disidencia opositora. Se apartan así dirigentes que incomodan al oficialismo. Hubo un tiempo en que el extinto jefe de proceso ordenaba en cadena de radio y TV contra quienes debía actuarse, como sucedió con el ex candidato presidencial y ex gobernador zuliano Manuel Rosales -hoy en el exilio- o la ex jueza María Lourdes Afiuni, que sigue presa. Apenas oída aquella orden del “comandante supremo”, automáticamente se producía la “cacería institucional” de los señalados, operación digna de la muy precisa relojería suiza y no de un régimen de ineptos e incapaces como el que venimos padeciendo desde 1999.
Ahora la cacería de brujas se desata contra figuras emergentes como Leopoldo López, el joven líder de Voluntad Popular y ex alcalde de Chacao. Hay que recordar que varios años antes le hicieron lo mismo al entonces alcalde de Baruta, Henrique Capriles Radonsky, luego candidato presidencial opositor y actual gobernador de Miranda, quien estuvo preso algún tiempo.
 A López le imputan un delito surrealista, pero muy propio de la justicia fascista: que su discurso “subliminal” produjo los sucesos que se desencadenaron luego de 12 de febrero pasado. Por eso está preso en la cárcel militar de Ramo Verde y han decidido juzgarlo en tales condiciones, sin que se aporten pruebas convincentes de su presunta culpabilidad.
Esta chavista “cacería de brujas” alcanzó luego a los entonces alcaldes Enzo Scarano, de San Diego (Carabobo), y Daniel Ceballos, de San Cristóbal (Táchira), destituidos y condenados por la justicia express del régimen. Por fortuna, el pueblo que los eligió en diciembre acaba de sustituirlos por sus respectivas esposas, en una bofetada popular a tanto abuso. Aquí en Barinas, como se sabe, el régimen también mantiene detenidos a la joven pareja de abogados Hernando Garzón y Sandra Flores, a quienes les hacemos llegar nuestra solidaridad y afecto. 
En la lista sigue la corajuda María Corina Machado -contra quien se ha cebado la misoginia oficialista- y también gente respetable, como el exgobernador carabobeño Henrique Salas Römer y el profesor universitario y ex parlamentario Gustavo Tarre Briceño, a quienes ha citado la Fiscalía como testigos del supuesto magnicidio, disco rayado al que de nuevo apela el oficialismo.  También incluyen al ex ministro Diego Arria y a Pedro Mario Burelli, experto petrolero residenciado en el exterior.
Por supuesto que ya se sabe que resulta consustancial a toda dictadura la judicialización y criminalización contra quienes se le oponen. Así, terminan encarcelándolos en sus ergástulas y desmoralizándolos. Todo ello para que los demás se vean en ese espejo y el miedo los paralice. De allí a liquidar la resistencia hay un trecho muy corto, siempre que la valentía y el coraje de esta última lo impidan.
Y eso estamos ahora mismo.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas- Martes, 10 de junio de 2014.