lunes, 25 de abril de 2016

HACIA UNA CRISIS HUMANITARIA



HACIA UNA CRISIS HUMANITARIA
Gehard Cartay Ramírez
Todo indica que en Venezuela nos aproximamos a una crisis humanitaria de grandes proporciones.
Sin embargo, el régimen imperante nada hace para enfrentarla y resolverla. Lo que sucede, en realidad, es que siendo obra suya exclusivamente -producto de estos 17 largos años de saqueo y destrucción del país-, resulta imposible que pueda remediarla en lo más mínimo. Porque, en dos platos, el régimen es el problema. Y la única manera de resolver esta colosal crisis que sufrimos es cambiándolo. Así de sencillo. No hay otra forma, amigo lector.
Hoy no hay comida suficiente porque el régimen arruinó la agricultura y la cría que las producían y, en paralelo, destruyó la industria nacional que la procesaba. A unas y otras las expropió o las mandó invadir, apelando a su criminal demagogia. Así de sencillo. El régimen creyó que podía sustituirlas mediante una política indiscriminada de importaciones de alimentos de otros países, a punta de los abundantes petrodólares que dilapidó en todos estos años. Así, terminó arruinando a ganaderos y agricultores nacionales y enriqueciendo a sus colegas argentinos, nicaragüenses, bolivianos, brasileños y uruguayos.
Por esa razón, millones de venezolanos están sometidos hoy al calvario y la humillación de largas y aberrantes colas para tratar de comprar los pocos alimentos que se consiguen en estos tiempos de escasez y a precios muy altos, por cierto. Y eso no es obra de la casualidad, ni de ninguna “guerra económica”, ni del “imperio” o “la derecha”. Todo esto es culpa del régimen y su proyecto de destrucción nacional.
Hoy no hay seguridad para los venezolanos y sus bienes, porque el régimen -desde sus inicios- se asoció con el malandraje nacional, los armó y los ha venido utilizando para aterrorizar a sus adversarios. Así de sencillo. Hoy esos “colectivos de paz” -como cínicamente los llaman- controlan importantes zonas de ciudades venezolanas, donde no entra la policía ni ningún organismo de seguridad.
Por esa razón, ya van más de 250 mil venezolanos asesinados y millones de ellos heridos o robados. Y no es obra de la casualidad, sino consecuencia directa de la impunidad y la falta de medidas oficiales para enfrentar eficazmente la delincuencia.
Hoy no hay medicinas porque la mayoría de los laboratorios que las fabricaban se fueron del país, a consecuencia de que el régimen no les ha pagado una milmillonaria deuda acumulada, por efectos del control cambiario, el mismo que ha permitido el robo de más de 300 mil millones de dólares y el regalo de muchos millones más a gobiernos extranjeros, pretendiendo comprar un liderazgo mundial, cuyo altísimo costo nos tiene hoy al borde de la hambruna y la escasez generalizadas.
Por esa razón, hoy los pacientes de cáncer, hipertensión, diabetes y muchas enfermedades más no consiguen las medicinas que les pueden curar esas enfermedades y prolongar su vida. La irresponsabilidad y la insensibilidad de quienes mandan desde 1999 los condena ahora a una muerte anticipada y cruel.
Lo mismo pasa con los repuestos de vehículos, sus baterías y cauchos o los artículos de aseo personal (desodorantes, champús, jabones y cremas dentales, pañales, papel sanitario, etc.), cada vez más escasos porque se han dejado de producir por el cierre de sus fábricas. Así de sencillo.
Los servicios públicos están colapsados como nunca antes, a consecuencia de la ineptitud del régimen para mejorarlos cuando recientemente tuvimos los más altos precios petroleros de la historia. Por eso no deja de ser una paradoja criminal que siendo Venezuela el país con las riquezas energéticas más grandes del mundo, hoy estemos sometidos a apagones diarios y a las puertas de un apagón generalizado. Ya se sabe que el dinero que debió gastarse en comprar generadores eléctricos se los robaron los testaferros de la cúpula podrida y que se descuidó el mantenimiento de las hidroeléctricas que se construyeron en la segunda mitad del siglo pasado.
Por eso hoy sufrimos apagones constantes, luego de que el régimen le resolviera problemas de electricidad a Cuba, Nicaragua, Bolivia y varios países del Caribe. Nunca como ahora se puede aplicar el refrán de que han sido “luz en la calle y oscuridad en la casa”.
Como queda dicho, estamos a las puertas de una gravísima crisis humanitaria, por más que el régimen la niegue y pretenda desviar la opinión pública con sus trapos rojos y sus mentiras mediáticas.    
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 19 de abril de 2016.