miércoles, 27 de junio de 2012


¿ESTADO COMUNAL… O COMUNISTA?
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com

El actual regimen se encamina hacia una dictadura comunista, a juzgar por el paquete de leyes que acaba de dictar.
La más importante de todas, en función del proyecto dictatorial del actual presidente y su cúpula podrida, es la Ley de Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras Atribuciones, con la que se pretende establecer el mal llamado Estado Comunal, cuando, en realidad, es simple y llanamente un Estado Comunista al estilo de la actual dictadura castrista de Cuba.
La verdad verdadera es que a través de la citada ley se persigue eliminar gobernaciones y alcaldías, con el propósito de establecer una relación directa entre el Presidente de la República y los Consejos Comunales que controla su partido, a quienes se les entregarán las competencias que actualmente corresponden a los gobiernos regionales y municipales.
No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta de que en un sistema personalista como este, sin instituciones elegidas por el pueblo (gobernadores y alcaldes, en este caso), se liquidaría todo el sistema de contrapesos que por definición es la democracia. Las opciones quedan entonces al descubierto y, en el fondo, vienen a ser una sóla cosa: en una primera etapa, despojar de sus competencias y recursos a los gobiernos regionales y municipales, y luego, ineluctablemente, hacerlos desaparecer.
No es nueva esta pretension de establecer un régimen donde el caudillo tenga una relación directa y vertical con grupúsculos que, a su vez, dicen representar a las comunidades, aunque, en realidad, sólo son comisarios politicos del régimen para controlar todo en función de una perversa ambición vitalicia de poder. 
Se trata del mismo esquema que el teórico neofascista Norberto Ceresole le recomendó al fuhrer sabaneteño cuando lo asesoraba poco antes de llegar al poder, y que resumiera en la ecuación caudillo-ejército-pueblo. En el fondo -por aquello de que fascismo y comunismo son la misma miasma-, se trata del mecanismo de dominación que impera en Cuba para permitir que la dictadura de los hermanos Castro siga imponiendo su yugo a aquel sufrido pueblo.
 Y es también lo mismo que hizo el fallecido dictador libio Mohammar Gadafi, quien acabó con todas las instancias de gobiernos regionales, municipales y locales, y creó una suerte de “consejos comunales”, a los cuales directamente les entregaba dinero, siempre y cuando estuvieran identificados con su dictadura y le profesarán acatamiento y lealtad perruna.
En nuestro caso, la fulana Ley de Gestión Comunitaria de Competencias, Servicios y otras Atribuciones resulta absolutamente inconstitucional e ilegal desde todo punto de vista. En efecto, por una parte, viola la Constitución Nacional en sus capítulos referidos a las competencias exclusivas de los Estados y Municipios. Y por la otra, contradice las leyes especiales que se refieren a las funciones de gobernaciones y alcaldías.
Debo recordar, a estos efectos, que la Constitución Nacional de 1961, al igual que la actual, señalaba muy claramente las competencias y atribuciones del Poder Público en sus respectivos niveles nacional, regional y municipal. En 1989, al aprobarse la elección directa de gobernadores y alcaldes, comenzaron a promulgarse leyes específicas mediante las cuales se precisaba el alcance de las competencias en referencia.
Fue así como en 1990 se discutió y sancionó la Ley de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público. En aquellos debates legislativos me correspondió, siendo diputado al Congreso Nacional, actuar como portavoz parlamentario de mi partido al momento de discutirse y aprobarse el referido instrumento legal, que otorgó y transfirió entonces funciones propias y específicas a las gobernaciones y municipios.
La actual Constitución Nacional de 1999 mantuvo ese marco de referencia. Lamentablemente, esta nueva ley obligará a los gobiernos regionales y municipales a entregar sus competencias y recursos presupuestarios propios a las Consejos Comunales, contrariando lo establecido en la Carta Magna. Se trata de otro golpe de Estado perpetrado por los golpistas que, por ahora, ejercen el poder. Un verdadero golpe de Estado contra gobernadores y alcaldes y contra la descentralización, la regionalización y el nuevo federalismo.
Este adefesio jurídico obligará a gobernaciones y alcaldías a entregar algunas de sus competencias exclusivas, como la administración y manejo de centros de salud, deportivos y culturales,  la recolección de desechos sólidos, programas sociales e industriales, construcción de obras, prestación de servicios públicos diversos, etcétera, etc.
    Por esas razones, en el supuesto negado de que el actual regimen ganara las elecciones y con el paquete de leyes dictadas últimamente, sólo los idiotas pueden negar que seremos otra Cuba castrocomunista.
    Queda muy claro entonces que al golpista de 1992 y candidato vitalicio a la reelección hay que derrotarlo y, en su lugar, elegir a Capriles Radonski como nuevo presidente de la República, un hombre que viene de ser alcalde y gobernador y está resteado con la regionalización, la descentralización y el nuevo federalismo.
LA PRENSA de Barinas - Martes, 26 de junio de 2012.