Verdades
VENEZUELA EN RETROCESO
Gehard
Cartay Ramírez
gehardcartay@gmail.com
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com
Que Venezuela va en franco retroceso se
comprueba al observar el resto de los
países latinoamericanos.
(Aquí mismo, en la vecina Colombia, las
cosas andan mejor que en nuestro país, incluso en materia de seguridad de
personas y bienes, para no hablar de crecimiento económico, fuentes de empleo,
lucha contra la pobreza o de la inversión nacional y extranjera. Hace apenas
unos quince años ocurría exactamente lo contrario. Y es que hasta en asuntos
como la vialidad, cualquiera que visite Cúcuta, por ejemplo, constatará la
ruinosa carretera entre San Cristóbal y San Antonio, y la diferencia abismal
con la autopista que enlaza la frontera con la capital del Departamento Norte
de Santander.)
Resulta
doloroso afirmarlo, pero así es. Casi todos los países latinoamericanos avanzan
hacia el progreso, menos nosotros. Irónicamente, algunos lo están haciendo
incluso con nuestros petrodólares, esos mismos que de manera irresponsable y
criminal ha venido regalando el actual régimen, en su ridículo esfuerzo por comprar
un liderazgo continental mientras la pobreza y el desempleo afectan a la
mayoría de los venezolanos.
Y todo ello es responsabilidad del Gran
Hablador y su nefasta permanencia en el poder desde hace ya trece largos años.
En este ominoso tiempo, insisto, el país ha retrocedido en todo sentido. Usted,
amigo lector, puede hacer un simple ejercicio intelectual al respecto, tratando
de buscar alguna materia donde el régimen haya hecho avanzar a Venezuela.
Basta ir a los hechos: ni siquiera su más reiterada
mentira, repetida por algunos extraños “opositores”, de “colocar a los pobres
en la agenda”, puede mostrar signos de avance. Todo lo contrario: hoy hay más
pobres que antes, más ranchos, más miseria, más desempleo y peor calidad de
vida en todos los sentidos.
El daño mayor que nos ha hecho el régimen
ha sido permitir y amparar el genocidio que cada día comete la delincuencia
contra los venezolanos. Genocidio he dicho, y no es una exageración. Casi
200.000 asesinatos desde 1999 -cometidos por el hampa armada que reina en casi
todo el territorio nacional, sin que las autoridades hagan algo para combatirla-
resulta una cifra dramática, que revela precisamente cómo estamos ante un
descomunal genocidio, perpetrado con la impunidad y hasta la protección del
actual régimen.
El otro crimen del chavismo en el poder ha
sido la eliminación de millones de empleos al propiciar el cierre de más de
diez mil empresas e industrias, incluyendo fincas y fundos agropecuarios,
entregados por lo general a aventureros, invasores y traficantes improductivos.
Quien desee comprobarlo, que vaya a las antiguas zonas industriales de
Valencia, Maracaibo, Barquisimeto o Puerto La Cruz y constate los galpones
abandonados, la mayoría desvalijados o invadidos. También puede darse una
vuelta por la antigua Zona del Hierro en Guayana y conseguirá desempleo y
pobreza, en lugar de industrias y empleos florecientes.
Mientras todo
esto ocurre, Venezuela se ha convertido en un país importador de todo, hasta de
gasolina -algo insólito años atrás-, por obra de la destrucción del aparato
productivo nacional a todos los niveles. Mientras nuestros ganaderos son
arruinados, los de Brasil, Uruguay, Argentina y Centroamérica, se han
convertido en los “toñecos” del régimen, que les compra carne a precios más
altos y con el pago de las comisiones respectivas a los corruptos de aquí y de
allá.
Mientras
nuestros agricultores, en general, son castigados y perseguidos por una falsa
reforma agraria y arruinados en todo sentido, los de otros países son
enriquecidos por las milmillonarias importaciones que hace el régimen. Qué
nefasto comportamiento, que en nombre del “socialismo del siglo XXI” arruina a
nuestros productores, mientras enriquece a la todopoderosa burguesía
capitalista agropecuaria e industrial de otros países, y todo ello en función de
una enfermiza ambición de poder vitalicio, tan corrupta y criminal como
ineficiente y destructora!
Todos ellos
son, ni más ni menos, crímenes de lesa humanidad contra los venezolanos del
presente y del futuro. Al igual que sucedió con la demagogia y el populismo
militaristas de Perón en Argentina, a mediados del siglo pasado y que todavía
sufre el pueblo de aquella nación, esta cruel y destructora experiencia del chavismo
en el poder también dejará graves secuelas que no se resolverán en lo
inmediato, una vez que lo echemos del poder el siete de octubre próximo.
Lo importante es acabar ya con esta
pesadilla y enfrentar con decisión y coraje la ciclópea tarea que tenemos por
delante.