jueves, 13 de febrero de 2014

ESTAMOS MAL Y VAMOS PEOR
Gehard Cartay Ramírez
El país está peor que antes, salvo en las épocas de las guerras de Independencia y Federación.
La anterior no es una afirmación exagerada. Basta mirar el entorno para darnos cuenta de la colosal crisis que nos agobia. Una crisis de proporciones inéditas, tanto en el campo político y moral, como en lo económico, social y general.
Esa crisis nos toca a todos, menos a la cúpula podrida del régimen en razón de su carácter de élite privilegiada en un país cuya gente se empobrece cada vez más. Los demás somos víctimas de la creciente pobreza, la inflación galopante, la inseguridad generalizada, los servicios públicos colapsados y un sin fin de calamidades.
Este fin de semana se publicaron cifras y estadísticas al respecto, dadas a conocer por empresas consultoras y reputados académicos, aparte del mismísimo Fondo Monetario Internacional. Todos sus datos coinciden en que bajo el actual régimen Venezuela es el país petrolero con los peores indicadores.
Esos estudios, por supuesto, no harían falta para darnos cuenta de la crisis que nos agobia. Basta simplemente constatar la inseguridad que produce su ración diaria de asesinatos y violencia, hacer mercado, conversar con la gente, sufrir nuestros pésimos servicios públicos -es decir, contactar nuestra dramática realidad- para confirmar que estamos peor que antes en todos los sentidos.
Sin embargo, los datos a que hago referencia reflejan la profundidad de la problemática venezolana. Veamos algunos: “En 15 años el precio del petróleo venezolano aumentó 363% y lo que vemos es escasez de divisas y una inflación 9 veces más alta que el promedio de América Latina y 41 veces por encima de los países industrializados”, dijo David Alayón, de Director de Kapital Consultores (El Nacional, 09-02-2014)
Dicho en lenguaje llano lo que afirma es que mientras nuestro petróleo ha sido vendido cada vez más caro desde que el chavismo llegó al poder, esos dólares han sido despilfarrados, robados y regalados. Por desgracia, esos petrodólares ahora son escasos y los precios de alimentos, bienes y servicios cada vez más caros, por lo que Venezuela tiene hoy la más alta inflación de América y del mundo.
Por su parte, British Petroleum informó que mientras la producción de los demás países petroleros aumentó en 27%, “la de Venezuela cayó 18% entre 1997 y 2012”. El Fondo Monetario Internacional también informó que la economía venezolana registró en 2013 una brusca desaceleración; que su tasa de inflación es de 56,2%, la más alta del mundo; y que su déficit fiscal (15%) es el más elevado del planeta.
Por contraste, agrega el informe, Noruega, un país petrolero como Venezuela, tiene en cambio una inflación de apenas el 1,73%, superávit fiscal de 12,3% del Producto Interno Bruto y ahorros superiores a los 800 mil millones de dólares por concepto de venta de petróleo. ¡Todo lo contrario a Venezuela!
Otros datos vergonzosos para el régimen de Maduro y su combo es que Venezuela tiene peores indicadores económicos que Libia, un país en guerra civil, luego de la dictadura de Kaddafi, e Irán, al que se le han impuesto ahora sanciones económicas por su programa nuclear. ¡Y aún así estamos peores que ellos!
Mientras tanto, un grupo de países latinoamericanos se aprovechan de la crisis de Venezuela, producida por el chavismo desde 1999. Así, Brasil, Argentina, Uruguay, Ecuador y Nicaragua nos venden comida, luego de que el extinto presidente y sus compinches destruyeran nuestra producción agropecuaria e industrial. México, por su parte, abre parte de su industria petrolera a la inversión privada y avanza en esta materia, mientras PDVSA está prácticamente hoy en ruinas si se la compara con su pasado esplendoroso.
Estamos, pues, cada vez peor. Esta es una realidad que nadie puede negar. Que no necesita estudios ni estadísticas para corroborarlas. A los venezolanos sólo nos basta sufrirla en carne propia, como lo venimos haciendo desde largos años ya.
Sin embargo, es importante que desde afuera lo analicen y comenten. Hoy Venezuela es un ejemplo de lo que no debe ser un país que estaba condenado al éxito y hoy vive su más dramática crisis en mucho tiempo.

(LA PRENSA de Barinas - Martes, 11 de febrero de 2014)