viernes, 12 de agosto de 2016

LA IZQUIERDA CÍNICA



LA IZQUIERDA CÍNICA
Gehard Cartay Ramírez
La ofensiva dictatorial de Daniel Ortega en Nicaragua y la espectacular corrupción del partido de Lula y Rouseff en Brasil y del kirchnerismo en Argentina confirman la degeneración de la izquierda cínica en el continente.
 En Venezuela, como bien se sabe, tuvimos que llegar a este desastre para que la izquierda cínica en el poder también se desnudara y mostrara tal cual es.
La denomino cínica porque los mismos vicios e irregularidades que condenó en el pasado hoy los “legitima” desde el poder y en nombre del “proceso”. Por eso mismo -lo que es más infame aún-, también ahora los practica inescrupulosamente. No menos cínico es el otro argumento al que echan mano algunos de esos izquierdistas cínicos cuando ya no encuentran como justificarse: alegan que esas perversiones suyas de hoy “también existían en el pasado”. Total: el fin justifica los medios, sostiene la religión marxista. 
Y pensar que esa izquierda cínica es la misma que fue furibunda denunciante de la corrupción en el pasado, y ahora es furibundamente corrupta. Hoy dirige el gobierno más corrupto de la historia venezolana, con el argumento impúdico de que “antes también hubo gobiernos corruptos”, sólo que en sus guisos no participaba la izquierda cínica, al menos no en la gigantesca proporción de hoy. Por eso mismo, esa izquierda cínica acumula miles de millones de bolívares mal habidos, lo que ha convertido a los corruptos de antes en unos vulgares “roba gallinas”.
Y pensar que esa izquierda cínica es la misma que antes fue furibunda antimilitarista, y ahora es furibunda militarista. La misma que acusaba -entre 1958 y 1998- a nuestras Fuerzas Armadas de ser aliadas del imperialismo, de criminales y asesinas, de socias de la oligarquía y otras cuantas majaderías más, pero que ahora la saluda como a un nuevo Ejército Libertador y se le hace agua la boca magnificando las “bondades” de la alianza cívico-militar hoy en el poder. Y todo ello porque la mal llamada revolución bolivariana necesita el apoyo de la Fuerza Armada. Esa izquierda cínica de hoy es la misma que denunciaba rabiosamente -a través de José Vicente Rangel, entre otros farsantes- la corrupción militar, acusando a los militares de “perros de la guerra”, y hoy calla escandalosamente ante esos mismos temas, con el agravante de que el actual régimen es el que más armamento militar ha comprado en toda nuestra historia.
Y pensar que esa izquierda cínica también es la misma que antes fue furibunda anticaudillista y hoy se postra ante los altares donde se riega incienso al caudillo extinto y su sucesor. Lo que antes fue malo, hoy es bueno. Al fin y al cabo, también esa misma izquierda cínica cantó antes las mismas loas a Stalin y Fidel Castro, jefes de por vida de sus revoluciones funestas.
Y pensar que esa izquierda cínica es la misma que antes condenaba furibundamente los dictadores de derecha y hoy aplaude furibundamente las dictaduras de izquierda. Es la misma izquierda cínica de siempre, esa que considera que hay dictadores malos -los de derecha- y dictadores buenos -los de izquierda-, por lo que glorifica los suyos mientras desprecia a los otros. Así, Franco y Pinochet fueron dictadores y asesinos, pero Fidel Castro es el héroe digno de imitación por sus “valores”, aunque su tiranía llegue a los 50 años y tenga sobre sus espaldas miles de muertos.
Y pensar que esa izquierda cínica es la misma que antes defendía furibundamente la autonomía universitaria y hoy aplaude furibundamente las amenazas de intervención de las universidades autónomas por parte del régimen. Antes defendían la autonomía porque las universidades eran su coto cerrado. Hoy la atacan porque el proceso necesita copar todas las instituciones en nombre de la mal llamada revolución bolivariana.
Y pensar que esa izquierda cínica es la misma que antes defendía furibundamente la libertad de expresión porque le servía para comunicarse con el país y hoy apoya furibundamente los zarpazos del régimen contra los periódicos independientes, “porque el proceso necesita una clara hegemonía comunicacional”. Puro cinismo, amigo lector. Ausencia absoluta de escrúpulos, de moral y de ética. Porque para esa izquierda cínica sencillamente el fin justifica los medios. Y si la mal llamada revolución bolivariana se ha propuesto liquidar la libertad de expresión y de información, pues la izquierda cínica apoya esa decisión, no importa que antes se presentara como defensora de la libre opinión e información en Venezuela.
Ya llegará el momento en  que tendrán que ser juzgados por su cinismo y sus crímenes. Mientras tanto, esa izquierda cínica  ha disfrutado con creces los petrodólares robados a los venezolanos de hoy.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas - Martes, 09 de agosto de 2016.