viernes, 11 de abril de 2014

LOS AUTÉNTICOS FASCISTAS
Gehard Cartay Ramírez
Acusan a sus adversarios de fascistas, pero en realidad son ellos -Maduro y su combo- los auténticos fascistas.
Comencemos por la definición de lo que es fascismo, y me dirá el lector si no calza como anillo al dedo en el caso del actual régimen venezolano. Según la Gran Enciclopedia Espalsa -de donde extraigo esta y las demás citas- el fascismo es una ideología “totalitaria, antiliberal y antidemocrática, anti individualista y corporativa (…) que exaltaba la fuerza y la violencia”.
Para el fascismo -agrega la publicación- “la expresión política de la nación era el Estado, fuerte, indiscutido y totalitario: ‘todo dentro del Estado, nada en contra del Estado, nada fuera del Estado´, en palabras de (Benito) Mussolini. El Estado debía preservar la integridad de la nación y asegurar el fin de las luchas sociales. Para lograr esto se contemplaba un control estatal de la economía, abandonando las prácticas del capitalismo liberal por medio de empresas nacionalizadas que se integrasen a todos los niveles de producción”.
Pues bien, esta definición de fascismo retrata igualmente al régimen chavista -y ahora madurista- que sufrimos desde 1999. Claro que el lector notará las similitudes del fascismo con el socialismo y el comunismo, porque todos ellos son, en cierto modo, hermanos gemelos. Los tres derivan del estatismo colectivista y totalitario. Por eso, Mussolini y Hitler se definían como nacionalsocialistas, y socialista fue también José Stalin, el todopoderoso jefe comunista de la extinta Unión Soviética.
Pero el régimen actual ha seguido también al pie de la letra los símbolos y modos de alienar a su gente, propios del fascismo, cuyo Estado -agrega Espalsa- “necesitaba grandes dosis de legitimación y movilización social para constituirse y sobrevivir. Para ello, la ideología fascista primó la emotividad y la irracionalidad sobre la reflexión. En lugar de la exposición de programas doctrinales, se recurrió a la explotación de símbolos y mitos, muchas veces extraídos de la tradición histórica, y a un cierto misticismo y unas expresiones rituales (uniformes, saludos y desfiles) que exaltaban las cualidades de la nación y del líder”.
Y aquí hay que detenerse, porque este aspecto revela también el verdadero carácter fascista del llamado “socialismo del siglo 21”: la exaltación del líder, comandante, jefe, caudillo, o como quiera llamársele. “La figura sacralizada de un líder carismático, adornada de cualidades sobrehumanas, era necesaria para suscitar la adhesión por parte de la población, convertida en ‘pueblo´ al que el líder conducía hacia la consecución de sus metas históricas”, agrega la citada enciclopedia.
Pero dejemos hasta aquí las citas, suficientemente ilustrativas sobre la naturaleza fascista del régimen de Maduro y su combo, así como del llamado “comandante eterno”, terminología también fascista por donde se le mire. Resulta muy claro entonces que todas estas coincidencias nos llevan a la lógica conclusión de que quienes por ahora mandan en Venezuela son unos fascistas en el fondo y aunque lo nieguen.
Hay otros elementos concomitantes que también ilustran el carácter fascista del régimen chavista. Uno de ellos lo constituye el desmantelamiento de la institucionalidad democrática, tal como en su momento lo hizo el fascismo, una vez llegado al poder. Por eso hoy en Venezuela existe una dictadura que acabó con la separación de poderes, anuló al parlamento como institución al servicio de la democracia y la libertad, convirtió a la Fuerza Armada en un ente al servicio de sus intereses políticos partidistas, y ahora pretende destruir a la disidencia -a la que no reconoce ni tolera- mediante una brutal represión y persecución, a través de sus fiscales y tribunales del terror, otra práctica nazi fascista a la que apelan.
En estos últimos días, el régimen ha apelado a sus bandas terroristas para que junto a la policía y la guardia nacional repriman, torturen y asesinen a estudiantes y otros ciudadanos. Incluso la semana pasada, cuando reprimieron una manifestación pacífica dentro de la Universidad Central de Venezuela, esas bandas armadas del régimen dispararon contra estudiantes desarmados y llegaron al colmo de desnudar, humillar y apalear a algunos, típica práctica fascista en la Italia y Alemania de Mussolini y Hitler durante el siglo pasado.
Pues bien, esas bandas terroristas que el régimen con el mayor cinismo llama “colectivos de la paz”, son la reencarnación de los camisas negras fascistas y de los camisas pardas nazis de aquellos tiempos. Estas eran bandas armadas que apaleaban y mataban a sus adversarios, y actuaban con la mayor impunidad pues el Estado y sus tribunales los protegían, por lo que nunca fueron condenados por sus crímenes bajo los gobiernos nazi-fascistas. Lo mismo hace el régimen de Maduro hoy en Venezuela.
¿Hará falta seguir citando otras prácticas fascistas del régimen para concluir en que ellos son los auténticos fascistas, y no sus adversarios, a quienes acusan todos los días de serlo?  
  Twitter: @gehardcartay
El blog de Gehard Cartay Ramírez


  
       


 LA PRENSA de Barinas - Martes, 08 de abril de 2014