jueves, 18 de septiembre de 2014

LA TRAGEDIA DE LA SALUD



LA TRAGEDIA DE LA SALUD

Gehard Cartay Ramírez

La salud, como todo en Venezuela, también sufre una gravísima crisis.

Se trata de una problemática que se intensifica de manera dramática, sin que el régimen haga lo conducente para resolverla o, al menos, reducirla en sus efectos nocivos. Por el contrario, tal como es su costumbre, en lugar de instrumentar las soluciones respectivas, la cúpula podrida que manda (pero que no gobierna) sólo apela a la represión contra quienes la denuncian.

El caso de la extraña epidemia que se ha presentado en hospitales de Aragua lo demuestra una vez más. Su cuestionado gobernador ha solicitado investigaciones penales contra los médicos que alertaron sobre la gravedad de la situación, en lugar de ocuparse de enfrentar la debacle sanitaria de la entidad. Igual actitud asume la ministra de Información, quien también solicitó sanciones contra los medios de comunicación que han informado al respecto.

Toda esta absurda situación revela una vez más -insisto- la absurda manera de “enfrentar” los problemas que siempre ha demostrado el régimen desde 1999. El régimen nunca es responsable de nada malo. Siempre son los demás. Al ridículo disco rayado que siempre culpa al imperialismo, al capitalismo o la CIA -argumento pueril que ya no cree casi nadie-, se agrega ahora la persecución y la represión contra quienes denuncian la crisis. Entonces se les acusa de golpistas y otras sandeces más. Porque lo que se persigue es descalificar la denuncia, con el propósito de silenciar los problemas, en lugar de resolverlos.

Lamentablemente, mientras el régimen reprime a quienes advierten sobre el desastre de la salud, este, sin embargo, nos amenaza a todos. No faltan quienes plantean, incluso, que estamos próximos a una tragedia sanitaria. Y no pareciera una exageración, por cierto.

 Todos los días se conocen distintas facetas de la grave problemática de la salud. Aparte del pésimo funcionamiento de la red hospitalaria pública por falta de insumos, equipos, camas, personal, medicinas, etc -y que a diario sufren los sectores pobres de la población-, ahora se suma la crisis en los servicios privados de salud. Hoy, clínicas y centros hospitalarios particulares también padecen los mismos problemas de los hospitales públicos, como consecuencia de la falta de insumos, medicinas y todos los instrumentos que se han dejado de importar por la negativa del régimen a venderle dólares, tal y como acontece en todas las áreas de los bienes y servicios que no se producen en el país.

Una investigación al respecto, publicada el pasado sábado por El Nacional, reveló los graves contornos de lo que podría ser una inminente crisis sanitaria.

Veamos: según las normas establecidas por la Organización Mundial de la Salud cada país debe tener 30 camas hospitalarias por cada 10.000 habitantes. Por lo tanto, Venezuela debería contar por lo menos con 130.000 camas de este tipo, a fin de atender una población de 30,2 millones de habitantes.

Por desgracia, nuestro país sólo cuenta con 42.500 camas hospitalarias: apenas 13.500 en los hospitales públicos y 7.600 en las clínicas privadas. Lo grave es que sólo están en funcionamiento el 50.3 por ciento. Y no sólo eso: los hospitales del régimen ahora no reciben a la mayoría de los enfermos, como debería ser, sino que son las clínicas privadas las que atienden al 55 por ciento de aquellos. Eso es lo que explica que el sector privado de la salud, al igual que la red pública de hospitales, también esté colapsado.

En un país petrolero como el nuestro, la situación debería ser al contrario: los hospitales públicos tendrían que estar atendiendo a la mayoría de la población. Hoy ocurre al revés: el 38 por ciento de los pacientes que iban a la red pública hospitalaria ha migrado a las clínicas privadas, y estas, en la práctica, son ya insuficientes (El Nacional, 13-09-2014).

Por si fuera poco, la falta de medicamentos para diversas enfermedades (cáncer, hipertensión arterial, diabetes, etc) afecta a millones de venezolanos. Igualmente,  la carencia de reactivos para exámenes de laboratorio y de insumos para operaciones quirúrgicas, también contribuyen a agravar la caótica situación de la salud en nuestro país. Y eso para no referirnos a la reaparición de enfermedades ya extinguidas.

Lo dicho, amigos lectores: el régimen no se ocupa de la crisis de la salud, sino de perseguir a quienes la denuncian.   
Twitter: @gehardcartay
LA PRENSA de Barinas - Martes16 de septiembre de 2012.