martes, 4 de diciembre de 2012

Verdades
BARINAS: DESAFÍO Y ESPERANZA
Gehard Cartay Ramírez
El país, como bien se sabe, pocas veces estuvo tan mal como en estos aciagos años.
Pero Barinas seguramente nunca ha estado peor. Los males que se viven, a lo largo y ancho de Venezuela -lo cual ya es mucho decir-, aquí en la tierra de los Chávez resultan multiplicados en todos los sentidos.
¿Qué hemos hecho los barineses para soportar esta desgracia regional? Porque, en verdad, la situación es dramática, dicho sea sin ninguna exageración. La crisis que nos acogota es de tal magnitud que no aparecen, por ningún lado, márgenes para ser benevolentes en algo con la pésima gestión de la llamada familia real desde hace ya 15 largos años.
Ya he repetido, tal vez en demasía y excúseme el lector por ello, que los barineses tenemos pleno derecho a exigirle mucho más al gobierno de los Chávez que a cualquier otro partido político que estuviera en el lugar de estos.
Las razones son tan notoriamente obvias que los Chávez no tienen excusas para justificar, en modo alguno, su colosal fracaso desde la Gobernación del Estado Barinas. Y tal circunstancia obligaba, tanto al hijo como al padre y al hermano mayor en función de gobernadores desde 1999, así como al resto de la familia, a conjugar esfuerzos y recursos para haber acometido en Barinas una obra realmente excepcional, tanto desde el punto de vista de los recursos presupuestarios como también en orden de las realizaciones de todo tipo.
No ha sido así, lamentablemente. Pudo más la incapacidad de todos ellos, su insensibilidad y su falta de amor por esta tierra, que la posibilidad de haber utilizado sus posiciones privilegiadas, uno en la máxima posición del país y los otros en la cúpula del ejecutivo regional, para sacar adelante a la entidad federal.
Ha resultado todo lo contrario. Barinas ha sido presa -desde hace 15 largos años- de la anarquía, la corrupción y la incapacidad.
Anarquía, porque aquí no ha habido ni hay gobierno. Nadie está protegido en sus personas ni en sus bienes. No hay garantías de seguridad y de mantenimiento del orden público. No hay respeto al Estado de Derecho, ni se cumple el principio de la legalidad. Se vive en medio de una auténtica “ley de la selva”, donde los protegidos del chavismo hacen lo que les viene en gana, en detrimento de los demás, que han pasado a ser ciudadanos de segunda en su tierra.
Lo de la corrupción no necesita mayores detalles. Los barineses han sido testigos de que mientras ellos, en su mayoría, se han empobrecido aún más, quienes mandan en Barinas, comenzando por su cúpula, en cambio, se han enriquecido groseramente. Y lo han hecho, porque carecen de escrúpulos y de control alguno que los limiten. No deja de ser, por tanto, un colosal monumento al cinismo el enriquecimiento portentoso y acelerado de todos ellos, mientras el pueblo llano sufre necesidades de todo tipo, en medio de la mayor pobreza que se haya visto en los últimos años.
Y en cuanto a la incapacidad, ¿hará falta mayor patetismo? Realmente asombran la improvisación, el cretinismo y la falta de imaginación de quienes ocupan la administración pública regional. Ahora hay mayor miseria, hambre, desempleo y pesimismo en Barinas, a pesar de que las autoridades y el partido de gobierno digan lo contrario.
(Aquí, como en todas partes, se aplica a Tesis Giordani, según la cual “la revolución necesita de los pobres para poder existir”. Eso es lo que explica que miles de personas estén sin trabajo, muchas familias sin poder comer completo, con sus hijos sin educación, viviendo en ranchos y en condiciones de salud terribles.)
Por desgracia, tampoco hay obras importantes para justificar la inversión de los cuantiosos recursos mal administrados; la salud está en coma; los servicios públicos colapsados; la agricultura y la cría en ruinas; las industrias cerradas; la inseguridad matando gente todos los días; las invasiones creando zozobra, en fin, algo dantesco y trágico.
¡Y pensar que, como pueblo, los barineses vivimos una de las más catastróficas situaciones, precisamente cuando un paisano es el presidente de la República y su padre y su hermano mayor han sido gobernadores de la región desde 1999! Bien lo dice el refrán popular: ¡que no hay peor cuña que la del mismo palo!
De allí la importancia de elegir este 16 de diciembre a Julio César Reyes, el candidato de las fuerzas democráticas, como Gobernador del estado Barinas. Él está obligado, junto a un equipo lo más amplio, capaz y honesto posible, a revertir toda esta situación en el menor tiempo, a pesar de las enormes dificultades que deberá que enfrentar.
Pero tendrá que aguzar inteligencia, capacidad y habilidad para cumplir su compromiso, si los barineses lo eligen gobernador. Y esto no es cualquier desafío. Implica, por de pronto, varios retos muy importantes.
El primero de todos, por supuesto, es el de ganar las elecciones, tan contundentemente como sea posible. Y ello lo afirmo por razones obvias: Barinas es el feudo particular de la familia presidencial, lo cual dice mucho. Segundo, al ganar, deberá cobrar su victoria. Y esta es otra lucha colosal. Tercero, está obligado a gobernar bien y en medio de una expectativa general.
Tiene, en todo caso, elementos muy importantes a su favor en esta empresa histórica. Y si lo acompañamos los barineses, con decisión y coraje, entonces podrá cumplirla como todos esperamos.

 LA PRENSA de Barinas - Martes, 04 de diciembre de 2012.