sábado, 3 de noviembre de 2012

BARINAS Y LA REGIÓN ANDINA

Discurso del diputado
GEHARD CARTAY RAMÍREZ
en el acto de instalación de las III Jornadas de Trabajo del Bloque Parlamentario de Los Andes

(Barinas, 5 de noviembre de 1982)

Por primera vez se reúne en la ciudad de Barinas el Bloque Parlamentario de los Andes. Lo hace para celebrar su III Jornada de Trabajo, atendiendo a lo dispuesto en el artículo 103 del Reglamento Interior y de Debates del Congreso de la República, cuyo artículo 101, luego de la reforma aprobada recientemente, institucionalizó la figura de los Bloques Parlamentarios, agrupados conforme a las regiones administrativas del país.
La verdad es que esta jornada se reúne en medio de una singular expectativa. Como se sabe, la representación del Estado Barinas no se ha incorporado al Bloque Parlamentario de los Andes. Esa circunstancia se ha debido a numerosas razones, desde aquellas que tienen que ver con la funcionalidad de este tipo de agrupaciones, hasta las que se refieren a la consideración -presente desde siempre- sobre la conveniencia de que el Estado Barinas se encuentre integrado a una región que, como la andina, guarda características muy disímiles a la de nuestra realidad llanera.
No venimos, sin embargo, los parlamentarios de Barinas a plantear aquí actitudes separatistas o disidentes a ultranza. Pero sería ciertamente insincero si no me hiciera eco de una inquietud que comparten gruesos sectores de la comunidad barinesa y la totalidad de la representación parlamentaria de la entidad, en torno al descontento y el escepticismo que se observa en relación a nuestra presencia en la región andina.
Sin entrar a considerar cuestiones de orden sociológico o idiosincrático y -menos aún- sin tener que hacer un análisis histórico sobre el particular, Barinas se ha sentido siempre como la parte menos compensada, a pesar de ser la de mayores riquezas naturales y la de mayor extensión territorial dentro de la llamada región andina. Desde siempre se nos tratado en forma discriminada, sobre todo en lo que respecta a los centros de decisión de los organismos públicos de la zona, ya de por sí débiles a causa del excesivo centralismo que caracteriza a la actual estructura administrativa venezolana. Podría citar, por vía de ejemplo, que Barinas apenas es sede de uno solo de los organismos oficiales del Poder Central, mientras que los demás estados, sobre todo Táchira y Mérida, monopolizan la casi totalidad de las jefaturas de región de las entidades nacionales, todo lo cual configura un trato desigual e irritante que debe modificarse urgentemente en aras de la propia existencia de la llamada región andina.
Anótese además la circunstancia de que Barinas se ha venido convirtiendo aceleradamente en una zona receptora de amplios contingentes humanos, provenientes del área de los Andes, que a diario llegan a esta tierra en procura de trabajo, progreso y bienestar en sus zonas agrícolas y pecuarias. No obstante esa realidad, el Estado Barinas, siendo como es un emporio agropecuario a nivel nacional, no cuenta ni siquiera con una instancia jerárquica, aunque sea de aquellas que se relacionan con los organismos de la reforma agraria y de la producción del campo.
Lamentablemente -hay que decirlo-, desde hace mucho tiempo se nos ha venido dejando de lado, a consecuencia, justo es reconocerlo también, más que por circunstancias externas, por la abulia y el conformismo que históricamente han venido condicionando el desarrollo de Barinas y sus habitantes.
Quienes creemos en el futuro de esta promisoria región, porque sabemos de sus posibilidades y potencialidades, vamos a luchar con denuedo y constancia para que se haga justicia a sus moradores y al papel protagónico que el Estado Barinas está llamado a desempeñar en los días por venir.
Tenemos, gracias a Dios, excelente tierra para la agricultura y la ganadería, agua en cantidades suficientes para su cabal utilización, formidables bosques de buena madera, a pesar de los depredadores que se empeñan en acabarlos de una sola vez; y toda una insospechada porción de recursos para la agroindustria, la minería no metálica y el sector petrolero, que convenientemente explotados colocarían a Barinas en un polo de desarrollo de importancia capital en la zona occidental del país. Por esas razones, también hemos anunciado nuestra rotunda oposición a cualquier intento de desmembrar a nuestro Estado para beneficiar intereses de grupos económicos presentes en la región de los Andes.
Este reclamo cordial y franco que hoy hacemos a la representación parlamentaria y administrativa de la región andina, no nos impedirá sin embargo, ya hechas las anteriores consideraciones, colaborar con los objetivos y fines del Bloque Parlamentario aquí reunido. Se trata, al fin y al cabo, de una realidad impuesta por la normativa interna del Congreso de la República, motivada, a su vez, por nobles y auspiciosos esfuerzos de los congresantes de la provincia venezolana, cansados ya de las injusticias que contra nosotros ha venido cometiendo el centralismo macrocéfalo que hoy, por cierto, agota y asfixia a la capital del país.
Pero dentro de esta visión estratégica, los parlamentarios de Barinas asumimos el compromiso de trabajar mancomunadamente por nuestro Estado, esperando, desde luego, mayor comprensión a nuestra realidad regional y confiados en que juntos podremos corregir pronto los yerros que en esta materia nunca debieron producirse. Por esta y otras razones, no hemos descartado y estamos haciendo el análisis y los estudios correspondientes, la conveniencia futura de crear la Región Barinas, como fórmula de acción realista y positiva en función de nuestros intereses.
Bienvenidos, pues, a Barinas, la “Muy noble y muy leal” ciudad del llano, tierra buena para la siembra de la amistad y del trabajo. Aquí nos reuniremos a trabajar con entusiasmo los asuntos de la agenda de esta reunión. Discutiremos el proyecto de Estatuto Común para los Bloques Parlamentarios. Así mismo, evaluaremos los proyectos, obras de infraestructura y planes prioritarios de la región, y los aportes que a tales fines debe contemplar la Ley de Presupuesto para cada una de las entidades que aquí representamos. Y se ha programado también un foro abierto sobre la situación agropecuaria de la región, durante el cual haremos un esfuerzo común de participación sana y constructiva, seria y responsable, alejada de contingencias subalternas que puedan existir, como una contribución del equipo parlamentario que representa a nuestras entidades federales en el Congreso de la República.
Creo conveniente destacar acá la importancia de los numerosos planes y proyectos que se refieren al Estado Barinas y sus posibilidades de financiamiento para el venidero Ejercicio Fiscal de 1983. Debemos comprometernos, particularmente los parlamentarios de la entidad, al logro cabal de todas aquellas peticiones razonables y necesarias que puedan incorporarse al proyecto de Ley de Presupuesto que se discutirá en breve en la Cámara de Diputados.
Como seguramente lo expondrá el ciudadano presidente de la Corporación de los Andes, están en fase de ejecución importantes proyectos de desarrollo regional. Se trata de llevar adelante toda una estrategia de progreso, mediante la cual puedan obtenerse objetivos realistas y razonables en un plazo que esperamos sea medianamente breve. Dentro de este contexto de planificación y ejecución, el Estado Barinas espera igualmente que puedan concretarse algunas de las metas planteadas, particularmente las que se refieren a la producción agropecuaria, agroindustrial y agroforestal. A este respecto, debemos apuntalar toda iniciativa destinada a garantizar las fuentes de financiamiento, ajustadas a los requerimientos de moderación y austeridad de la hora actual, con una efectiva jerarquización de las prioridades y una más conveniente coordinación inter institucional.
Debemos recordar, dentro de este orden de ideas, que nuestras economías regionales demandan, cada vez con mayor frecuencia, nuevas y complejas exigencias que comprometen, así mismo, una adecuada complementación de los Poderes Públicos, en especial los de las ramas ejecutiva y legislativa. Se plantea así, urgentemente, una concertación efectiva y eficaz de todos los que -de una u otra forma- tienen que decir una palabra a la hora de tomar las decisiones institucionales a ejecutar.
Sea propicia, pues, esta jornada parlamentaria para convocar, una vez más, al esfuerzo y el trabajo de todos, por encima de las naturales diferencias que puedan existir. Nos hace mucha falta, por lo menos en lo que respecta al Estado Barinas, crear una mejor conciencia sobre las posibilidades de una empresa superior que nos una a todos, instituciones, personalidades y colectivo en general, en el propósito común de encausar y consolidar nuestras potencialidades de desarrollo. Para cumplir este desafío tan trascendente, es menester ponernos de acuerdo todos en la búsqueda de prioridades muy concretas, más allá -insisto- de los intereses parciales, que hasta ahora vienen siendo una limitante odiosa y mezquina frente al reto que representa el esfuerzo unido y solidario de quienes vivimos en esta tierra.
Permítanme ustedes, finalmente, una reflexión personal en torno a un problema que se hace cada vez más insoslayable. Me refiero a la contradicción surgida entre el centralismo excesivo y las comprensibles aspiraciones de la postergada provincia venezolana. No poca tinta se ha derramado sobre el papel y no pocas voces se han dejado oír para denunciar tan injusta realidad. Quienes hemos padecido esta anomalía de la Venezuela de las últimas décadas -sin dejar de ser, como lo ha sido, un mal secular-, sabemos cuántas frustraciones y dificultades ha creado esa perversión centralista que desborda nuestro sistema político y administrativo. Esa estructura oligárquica del proceso de decisiones, que todo lo concentra en Caracas, no puede ser la que rija en los años futuros. El país no puede seguir soportando ese centralismo enfermo e indolente, situado de espaldas a los intereses del resto de la Nación. Hay que hacerle saber que fuera de Caracas hay una Venezuela que reclama y tiene derecho a participar de manera más definida en la toma de todas aquellas decisiones que le competen y le afectan.
Justamente en función de esta idea se institucionalizaron los Bloques Parlamentarios. Lo que nosotros podamos hacer como miembros del Parlamento al aprobar una legislación que institucionalice y defina, de una vez por todas, la descentralización, la regionalización y el neo federalismo, conjuntamente con los proyectos de desarrollo regional que se adelanten por parte del Gobierno Nacional, bien pueden ser la siembra de un destino mejor para la provincia venezolana, cuya cosecha obtendremos en la medida en que nuestra vocación, constancia y altura de miras así lo permitan.
Al reiterar nuestros votos por el éxito de las deliberaciones de esta III Jornada de Trabajo del Bloque Parlamentario de los Andes, permítanme ustedes expresarles, en nombre de los senadores y diputados electos por el Estado Barinas, nuestros mejores deseos porque de esta reunión surjan conclusiones y propósitos realistas que coadyuven al desarrollo de la región y, en particular, de la entidad federal cuya representación orgullosamente ejercemos.
Muchas gracias (Aplausos).