miércoles, 30 de mayo de 2018



¿ABSTENCIÓN O REBELIÓN POPULAR?
Gehard Cartay Ramírez
Nadie en su sano juicio puede sentirse sorprendido por lo sucedido el pasado domingo 20 de mayo.
¿Podría sorprender a alguien un nuevo fraude electoral del chavomadurismo? Si existe algún sorprendido, obviamente  no está en sus cabales o carece de contacto con la realidad. Porque si algo sabemos casi todos los venezolanos, por experiencia propia, es que desde el año 2000 las prácticas fraudulentas del CNE para favorecer al régimen se han convertido en usuales y corrientes. Desde entonces, no ha habido un solo proceso electoral donde las trampas no hayan favorecido siempre a los candidatos del chavomadurismo.
Y es que sólo los ingenuos o los cínicos pueden creer que el sistema electoral venezolano, implantado por el chavomadurismo en estas dos décadas, ofrece garantías de imparcialidad y pulcritud. Por eso sorprenden la candidez y simpleza de quienes critican a los que no votamos argumentando que le “regalamos” seis años más a Maduro o que -lo que vendría a ser lo mismo- “impedimos” que el candidato Falcón ganara el 20 de mayo.
Son argumentos pueriles por donde se les analice. ¿Cómo creer, por ejemplo, que un candidato de oposición pueda ganar con el actual sistema electoral, diseñado íntegramente para producir siempre un resultado favorable al régimen? Y ello es así porque el sistema automatizado sólo produce resultados en tal dirección, con un registro electoral inflado, nunca depurado de vicios y trampas, y, por si fuera poco, un mecanismo de escrutinios convertido en una verdadera caja negra, a la que sólo tienen acceso partidarios del régimen.
A pesar de ello, hay cierta gente despistada que piensa que el fraude sólo se realiza el día de los comicios. No se han dado cuenta, por lo visto, que se trata de una cadena de hechos sistémicos, que se ejecutan transversal y paralelamente en varias direcciones, con suficiente antelación, y que se perfecciona, al final, con el anuncio oficial de los resultados “irreversibles” del CNE.
Puertas afuera, el órgano electoral siempre asume una actitud de impunidad total frente al ventajismo del régimen, mediante la más impúdica utilización de recursos del patrimonio público, así como de equipos de movilización y comunicaciones, incluidas las numerosas estaciones televisivas y radiales propiedad del Estado, de cuyo uso y abuso hace gala el partido oficialista.
¿A quién podría sorprender entonces lo que algunos han llamado abstencionismo y que de manera demoledora denunció ante el mundo el descomunal fraude del pasado 20 de mayo? A nadie, debería responderse. Pero no ha sido así. Por desgracia, algunos dirigentes políticos, en especial los que acompañaron a Falcón, si bien no podrían sentirse sorprendidos, pareciera que no entendieron lo ocurrido. Y no sólo eso: la han emprendido contra quienes no votamos, culpándolos del fracaso de su candidato y achacándonos la “victoria” de Maduro.
Pareciera que olvidan los más recientes e ignominiosos hechos que nos han traído hasta aquí. Olvidan que el régimen, a través de su TSJ, despojó a la oposición de las dos terceras partes que obtuvo en la Asamblea Nacional durante las elecciones de 2015. Olvidan la burda maniobra que anuló la elección de los diputados de Amazonas en 2016. Olvidan que ha revocado casi todas las decisiones de la AN. Olvidan que no permitieron la realización del revocatorio contra Maduro. Olvidan que más tarde convocaron su fraudulenta asamblea constituyente. Olvidan que también desconocieron –entre muchas otras trampas- la elección de los gobernadores del Zulia y Bolívar, a pesar de que el primero fue proclamado, mientras el segundo era despojado de su triunfo al desconocerle las actas que lo demostraban.
Igualmente olvidan que luego la inefable presidente de la constituyente madurista declaró que “más nunca entregarían el poder”, lo que, por lo visto, no era una simple amenaza. También olvidaron que, a la usanza de Ortega en Nicaragua, el régimen hasta se dio el lujo de escoger los demás candidatos, inhabilitando aquellos que consideraba inconvenientes y permitiendo sólo a quienes les resultaban más cómodos.
Y ahora pretenden convertir en verdad el cuento chino de que los que no votamos somos culpables de la derrota de Falcón y del “triunfo”  de Maduro, como si nada de lo anterior hubiera ocurrido y como si aquí existiera una democracia verdadera. Por cierto, el propio Falcón desconoció esas elecciones utilizando los mismos argumentos que tuvo la inmensa mayoría para no votar. ¿Hará falta agregar algo más?
En estas circunstancias, hasta los que siempre hemos creído en el voto popular teníamos el deber de reaccionar ya, justamente porque aquí el régimen acabó con el sufragio para elegir, y lo ha convertido en una trampa sistémica que siempre lo favorecerá mientras no cambien radicalmente las actuales condiciones electorales. ¿Será muy difícil entender esto?
¡Y todavía algunos se preguntan por qué la gran mayoría de los venezolanos se rebelaron y no votaron el pasado 20 de mayo!
@gehardcartay
LAPATILLA.COM
Martes, 29 de mayo de 2018.
 

sábado, 26 de mayo de 2018

EN LOS CIEN AÑOS DEL NATALICIO DE ARVELO LARRIVA



Intervención del diputado GEHARD CARTAY RAMÍREZ en la Cámara de Diputados para proponer un Acuerdo con motivo del centenario del nacimiento del ilustre poeta barinés.

(Sesión del día 24 de mayo de 1983)



EL PRESIDENTE: Tiene la palabra el diputado Gehard Cartay Ramírez.

DIPUTADO CARTAY RAMÍREZ (GEHARD): Ciudadano Presidente; ciudadanos diputados:
Mañana 25 de mayo se cumplen 100 años del nacimiento del ilustre poeta barinés Alfredo Arvelo Larriva.
Nacido en Barinitas en 1883, hijo de Alfredo Arvelo Rendón y Mercedes Larriva, este ilustre compatriota se consagró en las primeras décadas del presente siglo como uno de los más importantes poetas de Venezuela.
Arvelo Larriva sobresalió entonces como uno de los precursores del modernismo, tan en boga a principios del siglo, y publicó una trascendental obra literaria, lamentablemente dispersa a consecuencia de que la misma apareció en diarios, revistas y publicaciones de la época. Fue muchos años después de su muerte, concretamente en 1977, cuando la Biblioteca de Temas y Autores Barineses publicó sus obras completas –poesía y prosa– en dos volúmenes.
Desde niño, y en su propio suelo nativo, se había distinguido ya como un aprovechado y preocupado estudiante, a través de una precaria escolaridad inicial, así como también por su propia cuenta, dada la escasez de instituciones escolares en su pueblo natal. Posteriormente, siendo aún joven, su espíritu aventurero y audaz lo llevó a viajar por lejanos rincones del país.
Entre 1899 y 1903 estuvo explotando caucho en el Amazonas venezolano, junto a su padre, sus tíos Nicandro y Numa, y su primo Martín Matos Arvelo. Viajará luego durante un año por Manaos y Belem, ciudades brasileñas. De nuevo en Venezuela, a finales de 1904, conoce en Calabozo al bardo guariqueño Francisco Lazo Martí. En 1905 viaja a Caracas por primera vez y luego a Ciudad Bolívar, rumbo otra vez al Territorio Federal Amazonas, acompañando al escritor Rufino Blanco Fombona, recién designado gobernador de tal entidad. Por desgracia no podrá continuar ese viaje. En la capital del estado Bolívar sostendrá una discusión violenta, durante la cual muere su adversario. Será condenado a permanecer prisionero durante ocho largos años en las cárceles de Ciudad Bolívar, Maracaibo y Caracas.
En este tiempo de cautiverio, Arvelo Larriva publicará dos libros: Enjambre de rimas, en 1906, y Sones y canciones, en 1909, funda la revista Sagitario y escribe con frecuencia en la prensa caraqueña y en algunas publicaciones especializadas, como El Cojo Ilustrado y La Lectura Semanal. Los estudiosos de la literatura de aquellos días lo ubican en la segunda generación modernista venezolana, junto a Jesús Semprún, Luis Correa, Sergio Medina y José Tadeo Arreaza Calatrava, entre otros.
En 1913 el poeta bariniteño saldrá en libertad, pero inmediatamente regresará a la cárcel, acusado de conspirar contra la dictadura gomecista junto al general Román Delgado Chalbaud, quien recién había roto su relación de amistad y obsecuencia con el tirano. Serán otros ocho años más en las mazmorras de Gómez, hasta que es liberado en 1921. Entre 1922 y 1927 vivirá en Caracas, disfrutando de una relativa tranquilidad, tiempo en el cual le servirá de tutor a su primo, el también joven poeta barinés Alberto Arvelo Torrealba.    
Al referirse al Arvelo Larriva de estos años, el también poeta barinés Rafael Ángel Insausti señaló lo que a continuación, con la venia de la presidencia (asentimiento), me permito leer: «La época en que escribió, saturada de la influencia de Rubén Darío, explica algunas excelencias y algunos defectos y debilidades de su poesía. Pero al revés de innúmeros hispanoamericanos que vivieron y murieron en olor de imitación, él intentó desde sus primeros poemas definir y acentuar las cualidades de que estaba inconfundiblemente dotado (…) Supo singularizar su verso, ágil, ecoante (sic), conciso, viril por la fuerza de su textura y por el prurito de crearse a cada paso dificultades, no más que para saborear los placeres de la lid y del vencimiento (…) Había nacido para las grandes audacias, de esas que casi cambian la fisonomía de los idiomas. Lástima que se satisficiera con poco».
En 1927, el poeta Arvelo Larriva viajará a Europa, y aunque volverá en 1928, cumpliendo tareas conspirativas bajo la jefatura del general Román Delgado Chalbaud, una vez fracasada la aventura del buque de guerra Falke en las costas de Cumaná, se trasladará en 1929 a Colombia y México, luego a Barcelona de España y, finalmente, a Madrid, donde morirá el 13 de mayo de 1934, a los 51 años de edad, víctima de un infarto.
Quiero terminar esta breve intervención citando –y de nuevo con permiso de la presidencia (asentimiento)– el juicio que sobre la obra del Arvelo Larriva escribiera el también poeta Ramón José Medina: “El suyo era un modernismo peculiar, nada ortodoxo, nutrido con especiales énfasis, en el cual aparece, con fuerza irrebatible, la sólida presencia del mundo venezolano, repartido en seres, realidad, geografía, esencia histórica y aspiración a una definición de la idiosincrasia nacional”.
Y como este testimonio de Medina, podríamos citar muchos otros pronunciados por autores venezolanos tan autorizados como Lisandro Alvarado, el ya citado Rafael Ángel Insausti y Miguel Otero Silva. Por cierto, Otero Silva señaló en algún momento que Arvelo Larriva ha sido uno de los poetas injustamente olvidados en este país, al no habérsele rendido el reconocimiento que su personalidad y obra merecen.
Ahora, con motivo del centenario de su nacimiento, la Cámara de Diputados en representación del pueblo venezolano, puede rendirle un justo homenaje.
A continuación daré lectura al proyecto de acuerdo que propongo para su debida consideración:

La Cámara de Diputados de la República de Venezuela

Considerando:
Que el próximo 25 de mayo se cumplen cien años del natalicio del destacado poeta barinés Alfredo Arvelo Larriva;

Considerando:
Que el poeta Alfredo Arvelo Larriva se destacó así mismo como un combativo y esforzado luchador por el destino democrático de Venezuela, habiendo sufrido cárcel y destierro durante la dictadura de Juan Vicente Gómez;

Considerando:
Que es deber de la Cámara de Diputados exaltar las figuras eminentes que, como la del poeta Arvelo Larriva, son ejemplo permanente para el pueblo venezolano y en especial para las nuevas generaciones;

Acuerda:
Primero: Expresar su júbilo por la celebración de los cien años del natalicio del ilustre poeta Alfredo Arvelo Larriva.
Segundo: Asociarse a los actos que con motivo de tan importante acontecimiento se celebrarán en la ciudad de Barinitas, cuna de tan destacado compatriota, y hacerse representar en los mismos a través de una comisión especialmente designada al efecto.
Tercero: Entregar copia caligrafiada del presente Acuerdo al Ilustre Concejo Municipal del Distrito Bolívar del Estado Barinas y darle publicidad.
Muchas gracias, señor presidente, señores diputados (Aplausos). 












sábado, 19 de mayo de 2018

EL CIERRE DE “LA PRENSA” DE BARINAS


EL CIERRE DE “LA PRENSA” DE BARINAS
Gehard Cartay Ramírez
El martes pasado escribí mi última columna de opinión en el diario "La Prensa" de Barinas, acosado de tal manera que dejará de publicarse este domingo 20 de mayo de 2018.
En lo personal, no deja de ser doloroso, luego de 22 años ininterrumpidos publicando mis reflexiones cada martes en sus páginas, saber que esta ventana de los barineses se cierra ante las dificultades que afrontan sus editores para seguir haciéndole llegar el periódico a sus miles de lectores en la geografía barinesa y más allá.
Su cierre es, pues, otra nefasta consecuencia de la “hegemonía comunicacional” que, desde sus inicios, viene ejecutando el régimen chavomadurista, y que no es otra cosa que la liquidación de la libertad de opinión y de información en Venezuela, tal como aconteció en los países nazifacistas y acontece aún donde el cadáver insepulto del comunismo lo sostiene una cáfila perversa y corrupta, como ahora en Venezuela.
El cierre de La Prensa de Barinas se suma al de otros numerosos diarios regionales y nacionales, a los que el monopolio del régimen se niega a venderles los insumos para su edición. Como se sabe, desde que el chavomadurismo llegó al poder, y a través del control de cambio, se convirtió en el único importador -y, por tanto, el único vendedor también- del papel periódico, la tinta y los demás materiales que hacen posible la impresión de un periódico.
Se trata, entonces de una espada de Damocles que les permite acabar con cualquier periódico que no les guste, así como a través de Conatel también han venido cerrando emisoras y televisoras independientes. Por desgracia, en su lugar el régimen funda periódicos, radios y televisoras a través de las cuales sólo difunden su propaganda totalitaria y les niegan a quienes lo adversan cualquier posibilidad de emitir su opinión o de informar su posición.
En el caso concreto del cierre de La Prensa hay que destacar varias cosas. En primer lugar, se cierra un medio de comunicación que durante más de 30 años ha estado al servicio de Barinas y de sus mejores causas, así como un instrumento formidable, a través del cual las comunidades exponían sus problemas y reclamos, porque fue también una cantera de periodismo sensible y atento a las inquietudes y necesidades de la gente. 
La Prensa también ha sido un medio plural y abierto a todos, gracias a la amplitud, ecuanimidad y excelente criterio de su director fundador, nuestro amigo don Alberto Santeliz Meléndez, hijo adoptivo de Barinas, a quien mucho le debe la región, así como a su recientemente desaparecido editor, don Ruvico Ramírez.
El cierre de un medio siempre es muy lamentable y en este caso, cuando nos abrió sus páginas en muchas ocasiones, lo es más aún. En lo personal, tanto en mi lucha opositora como cuando por decisión del pueblo de Barinas fui electo su gobernador (1993-1996), La Prensa se comportó de manera plural y abierta, por lo que siempre y en toda ocasión contó también con mi respeto y consideración.
Por desgracia, y como consecuencia del totalitarismo en marcha, aquí y en toda Venezuela hoy la sociedad civil se muestra impotente y en muchos casos temerosa, en lugar de protestar y luchar contra la hegemonía comunicacional chavomadurista. Estos diarios y emisoras de radio y TV obligados a cerrar o cerrados por la censura oficial, y que siempre fueron sus portavoces, muchas veces no cuentan con la necesaria solidaridad de las comunidades a las cuales prestaron tantos servicios, lo cual no deja de ser muy lamentable.
Con La Prensa se cierra también una pujante empresa que fue fuente de empleos para muchos barineses durante más de tres décadas, así como promotora de servicios y bienes para la comunidad.
Se trata, en definitiva, de otro medio de comunicación que cae víctima de eso que el chavomadurismo ha llamado “hegemonía comunicacional”, uno de sus rasgos dictatoriales más despreciables.
@gehardcartay
El Blog de Gehard Cartay Ramírez
LA PRENSA de Barinas (Venezuera) - Martes, 15 de mayo de 2018.

domingo, 13 de mayo de 2018

ROBO Y DESPOJO, POLITICA DEL RÉGIMEN


ROBO Y DESPOJO, POLITICA DEL RÉGIMEN

Gehard Cartay Ramírez
Por regla general, no acostumbro a tratar temas personales o familiares en esta columna. Su contenido casi siempre lo constituye el análisis de la terrible situación del país y sus lamentables consecuencias.
Sin embargo, en esta oportunidad las circunstancias me obligan a referirme a un tema que me toca muy de cerca: la invasión, robo y despojo de que han sido objeto los propietarios de la finca “La Primavera”: los hermanos Febres Villalba, es decir, mi esposa Marisela, e Isilio, Mariana, Fernando y Gerardo.
Este viernes, un simple twiter del presidente del Instituto Nacional de Tierras (@luiSoteldopapel) anunció que había hecho “efectivo el rescate de 749 hectáreas del Hato La Primavera, entregadas a 20 colectivos campesinos de la parroquia Alto Barinas”.
Hasta el momento en que escribo estas notas, mediodía del lunes 07 de mayo, los afectados por este vulgar despojo de su legítima propiedad privada no habían recibido ni siquiera una notificación oficial al respecto, lo que dice mucho de la forma inconstitucional, ilegal y contraria a los derechos humanos con que manejan estos asuntos el régimen y sus funcionarios.
Este es uno, por supuesto, de los miles de casos en que el chavomadurismo –tal como lo viene haciendo desde sus inicios– desconoce el derecho de propiedad privada y actúa de manera arbitraria, demagógica e irresponsable contra fincas e industrias en plena producción con el argumento mentiroso de que se encuentran ociosas, y procede a entregárselos a sus “colectivos”, sin fórmula de juicio y en abierta violación de la Constitución, las leyes e, incluso, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Este proceso de invasión, robo y despojo contra la finca “La Primavera” y otros predios adyacentes comenzó cumpliendo el libreto chavomadurista al respecto: el dos de febrero de 2016, sus invasores penetraron de manera violenta en la propiedad privada de los Febres Villalba, y desde entonces, no hubo forma ni manera de desalojarlos, ni de garantizar, en consecuencia, la siembra de las 700 hectáreas de maíz que desde hace décadas venía produciendo esa finca, mucho menos la integridad personal de los trabajadores, amenazados por sujetos armados y violentos.
Se conformó, desde entonces, un cuadro de impunidad a favor de los invasores, algunos de ellos traficantes de tierra también. Fueron numerosas las diligencias de los propietarios ante los organismos de seguridad y orden público de la gobernación y del gobierno nacional solicitando el cumplimiento del decreto contra las invasiones, firmado por el maestro Chávez como gobernador. Ninguna de esas peticiones fue atendida. Se procedió a “ruletearlas”, es decir, a remitirlas a otros organismos y estos, a su vez, las devolvían, en una burla siniestra y recurrente.
Fueron dos años de absoluta impunidad en beneficio de los invasores, y de burla y desconsideración contra los propietarios de la finca “La Primavera”. El objetivo siempre fue amparar a los invasores y negar los derechos de los Febres Villalba. De nada valieron la tradición legal de la propiedad, adquirida por su bisabuelo hace cien años, ni que gozara de una medida judicial de protección agroalimentaria, ni que estuviera certificada como finca mejorable, ni que durante cuatro generaciones “La Primavera” siempre hubiera sido una finca en permanente producción agropecuaria. 
Mientras tanto, la invasión dio paso al robo de parte de la maquinaria agrícola (entre ellos, un tractor y un camión, hechos denunciados formalmente) y de sus componentes, insumos de siembra, transformadores eléctricos con sus respectivos postes y cables, árboles maderables y, finalmente, saqueo y destrucción de la casa de la finca. Todo ello se puso en conocimiento de las autoridades competentes en su momento y ninguna se dio por enterada, mucho menos alguna de ellas procedió a detener el desvalijamiento de la propiedad.
Así se llegó al despojo definitivo por parte del régimen, repitiendo una vez más política de saqueo y robo de una unidad agrícola en plena producción, despropósito que repiten desde hace varios años, y que explica en parte la escandalosa falta de alimentos y su carestía, gravísimo problema, entre muchos otros, que hoy afecta a la gran mayoría de los venezolanos. En premio a su acción vandálica e ilegal, las tierras de la finca “La Primavera” han sido entregadas a los invasores, en flagrante violación de la Constitución y de las leyes respectivas.  
El despojo y robo de la finca de “La Primavera” es apenas uno entre muchos. Pero revela, una vez más, la tragedia que viene afectando a Venezuela desde la llegada del actual régimen al poder y que se sintetiza en la violación constante de los derechos humanos, de la propiedad privada, de la iniciativa personal y en la ruina creciente del aparato productivo privado, el único que garantiza la producción, la productividad y miles de empleos, visto que las empresas expropiadas por el Estado hoy se encuentran quebradas y acabadas.
@gehardcartay
El Blog de Gehard Cartay Ramírez
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 08 de mayo de 2018.
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