domingo, 11 de septiembre de 2016

EL RÉGIMEN ESTÁ DERROTADO



EL RÉGIMEN ESTÁ DERROTADO
Gehard Cartay Ramírez
Ya no hay quien dude del éxito total de la Toma de Caracas y de que el régimen actual está contra las cuerdas, rumbo a un nocaut fulminante por parte de los venezolanos.
Y es que, sencillamente, la conclusión más importante de tan extraordinaria concentración humana no puede ser otra que la confirmación de que Maduro y su cúpula podrida se encuentran en franca minoría y que, debido a su colosal fracaso, no tienen ninguna probabilidad de cambiar esta situación en los próximos años.
Porque esta es otra verdad que no admite discusión, amigos lectores: este régimen está derrotado políticamente. Es, ni más ni menos, un leproso político, de quien todo el mundo se aleja y a quien nadie quiere acompañar en sus estertores finales.
Como lo demostró la elección de la nueva Asamblea Nacional en diciembre pasado, el régimen cuenta con un masivo rechazo entre el electorado, repudio que crece cada día en la medida en que sus políticas se han convertido en un calvario para los venezolanos. Y este primero de septiembre se demostró, igualmente, que así como ha perdió por paliza aquellas elecciones, consiguientemente ha perdido la calle y que su capacidad de movilización, aún con los recursos del patrimonio público, se ha reducido a casi nada.
El régimen es hoy una minoría en declive. Cada día que pasa su desprestigio aumenta exponencialmente, aquí y fuera del país. Luego de haber arruinado al país, haciendo a los venezolanos cada vez más pobres, su cúpula podrida se hizo milmillonaria y es cada vez más rica. Un contraste que dice mucho acerca de la incapacidad y corrupción de quienes encabezan este nefasto régimen, tal vez el peor en toda la historia de Venezuela, del continente y probablemente del mundo.
Pero esa minoría está desesperada y eso la hace más peligrosa, al igual que un tigre herido de muerte. Esa minoría que hoy es el régimen actual sabe que se acerca su final, aunque se niega aceptarlo. Sociópatas como son, reos de delitos de lesa humanidad, corruptos de siete suelas, culpables de la ruina y destrucción de un país, también saben que tiene ya no tienen opciones, y tal vez por ello juegan al desastre, pretendiendo arrastrarnos a todos los demás en su caída al abismo.
A esa circunstancia obedece que la cúpula que manda, en su desesperación, apele a la represión y el terrorismo contra quienes lo adversan, entrando así en el túnel sin salida de las prácticas dictatoriales. Sólo que, al no hacerle el juego a esa criminal actitud, la oposición los ha sorprendido, como pasó con la Toma de Caracas. Y es que, como todos sabemos, el régimen puso en marcha una gigantesca operación de terrorismo contra los opositores, queriéndolos atemorizar, como si con ello evitaría la masiva concurrencia que hubo. Luego apeló a la represión y al bloqueo de las entradas de Caracas en un esfuerzo desesperado por hacer fracasar aquella multitudinaria concentración.
 Pero centenares de miles de venezolanos superaron con valentía todos esos obstáculos, sin caer en el terreno de la violencia que pretendía la cúpula podrida del régimen. Y se dio entonces la mayor manifestación pública que se haya hecho en Venezuela, lo que también pone en evidencia -una vez más- el contundente rechazo que tiene el régimen entre las grandes mayorías populares.
Por eso mismo, la MUD debe seguir actuando con inteligencia, sin radicalismos estúpidos y sin caer en la estrategia del adversario. Hay por allí algunos que no han entendido lo que está en riesgo -o juegan a sus propios intereses, de manera suicida, por cierto- que ahora señalan que la Toma de Caracas no cumplió sus objetivos, como si entre ellos hubiera estado alguna vez hacerle el juego a la estrategia violenta del régimen o lograr ese día su deposición.
La MUD tendrá que agotar hasta el último recurso para el cambio democrático. Por supuesto que si el régimen persiste en bloquear todas las salidas constitucionales -como hasta ahora-, se plantearían entonces, como resulta lógico, nuevas situaciones y con ellas nuevas propuestas. Lo que sí debe quedar muy claro es que los venezolanos no nos vamos a calar una dictadura, y creo que a este respecto ha habido contundentes demostraciones. Y las habrá, por supuesto, si siguen siendo necesarias. 
 Como en toda actividad humana, los resultados son los que nos dicen si se ha hecho bien o mal. Lo cual implica que debemos continuar movilizando al pueblo para lograr la convocatoria inmediata del Referendo Revocatorio, a fin de salir este régimen por las vías democráticas y constitucionales cuanto antes.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 06 de septiembre de 2016.