miércoles, 3 de julio de 2013

PATRIA SIEMPRE TUVIMOS * Gehard Cartay Ramírez

PATRIA SIEMPRE TUVIMOS
Gehard Cartay Ramírez
Patria siempre tuvimos desde que nos la legaron los Padres Libertadores.
Por eso resulta una ridícula superchería esa mentira oficialista según la cual “ahora tenemos Patria”.
     Pero no es sólo eso, sino también una ofensa incalificable contra quienes lucharon para declararnos independientes y liberarnos del imperio español. Una ofensa indigna de los próceres civiles que, encabezados por el barinés Juan Antonio Rodríguez Domínguez, firmaron el 5 de Julio de 1811 el Acta de la Independencia, y contra el Libertador Simón Bolívar y el general José Antonio Páez, comandantes de aquella proeza militar que libraron al frente de un ejército popular como pocas veces se ha visto en la historia latinoamericana.
Patria siempre tuvimos desde que Páez fundó la República en 1830. Y la tuvimos en los años sucesivos, pues si bien es cierto que entonces sufrimos las taras del caudillismo, autoritarismo y militarismo, los conductores de la República -militares o civiles- jamás permitieron que un gobierno de otro país atentara contra nuestra soberanía de patria libre e independiente.
Porque en esta materia hay que ser claros. No es verdad que la historia venezolana sólo registre tres momentos estelares, como pretende el actual régimen, que serían la Independencia, la Federación y la mal llamada “revolución bolivariana”. No es verdad. La historia venezolana es un todo, con sus claros y oscuros, pero también matizada con todos los colores que existan. Desde 1830 hemos tenido Patria, gracias a buena parte de sus gobernantes, civiles o militares, quienes, al lado de sus errores, fueron consecuentes con el legado de los Libertadores.
Y aunque pueda parecer antipático ahora cuando casi todos quieren sacarle provecho a la negación sistemática del pasado -los chavistas por avispados y los opositores por ingenuos-, no es verdad que todo fue condenable y perjudicial. Esa versión escolar y maniquea de la historia podrán tragársela algunos estúpidos, pero quienes han investigado nuestro devenir no pueden admitirla.   
Patria siempre tuvimos gracias a la valentía y el coraje de un Cipriano Castro que, en su momento, enfrentó la pretensión de potencias extranjeras de cobrar por la fuerza las deudas que el país había contraído con algunas de ellas.
Patria siempre tuvimos cuando el general Pérez Jiménez - apartando los crímenes de su dictadura- defendió la soberanía venezolana sobre Los Monjes y completó una red vial que llegó hasta apartados sitios fronterizos.
Patria siempre tuvimos gracias a la valentía y al coraje de un Rómulo Betancourt que enfrentó las pretensiones invasoras del castrocomunismo cubano contra nuestra soberanía en los años sesenta del siglo pasado. Entonces, desde La Habana se financiaron y se armaron grupos de guerrilleros para atentar contra nuestro país, su independencia y su democracia. Y fueron derrotados, políticamente por el gobierno democrático de AD y Copei, y también militarmente por unas Fuerzas Armadas, esas sí nacionalistas, valientes y a la altura de su patriotismo. 
Patria siempre tuvimos cuando el gobierno democrático del presidente Leoni concluyó con éxito el complejo siderúrgico y eléctrico de Guayana, que nos dio entonces soberanía energética.
Patria siempre tuvimos cuando el gobierno democrático del presidente Caldera pacificó al país e hizo retornar a la lucha civil a quienes se habían alzado en armas contra la democracia, aupados por la dictadura de Fidel Castro. Y también cuando en 1972 se aprobó la reversión petrolera para asegurar la soberanía sobre la infraestructura de la industria, a fin de preparar su futura nacionalización.
Patria siempre tuvimos cuando el gobierno democrático del presidente Pérez nacionalizó el petróleo y el hierro en 1976, con lo que  Venezuela pasó a manejarlos de manera autónoma e independiente, sin la intervención directa de consorcios extranjeros.
Patria siempre tuvimos cuando el gobierno democrático del presidente Herrera culminó exitosamente el cambio del patrón de refinación petrolera, mediante el cual se modernizaron sus instalaciones y Amuay pasó a ser la planta refinadora de petróleo más grande del mundo. Y también cuando en 1982 planteó ante las Naciones Unidas la reclamación venezolana sobre el Esequibo, hoy abandonada.
Patria siempre tuvimos cuando el gobierno democrático del Presidente Lusinchi rechazó enérgicamente la presencia de la corbeta colombiana Caldas en aguas venezolanas de Castillete, en lo que se interpretó como una absurda pretensión del gobierno del vecino país por internacionalizar el diferendo que aún tenemos con Colombia en materia de límites en aquella región.
Siempre tuvimos patria desde 1830. Desde entonces, durante algo más de 160 años, tuvimos Patria libre y soberana, hasta que un grupo de atarantados -hace algo más de una década- la entregaron al régimen cubano, convirtiéndola en tierra ocupada por un gobierno extranjero, algo que no había ocurrido en Venezuela desde que fuera liberada en 1821.
Tuvimos Patria hasta que los castrocomunistas cubanos fueron invitados por el actual régimen para ocupar nuestras aduanas, aeropuertos, puertos, sistemas de inteligencia, identificación y extranjería, notarías, registros, instalaciones militares, centros de salud, riquezas minerales estratégicas, que siempre antes fueron manejadas -como tiene que ser- por nuestros gobiernos y por ciudadanos venezolanos.   
Por eso resulta un cinismo absoluto que, siendo el actual régimen una colonia cubana, sus jerarcas griten a cada rato que “ahora tenemos patria”, cuando la realidad de los hechos demuestra plenamente todo lo contrario.

(LA PRENSA de Barinas - Martes, 02 de julio de 2013)