LA SEGURA DERROTA
DEL RÉGIMEN
Gehard Cartay Ramírez
La mejor demostración de la segura derrota del régimen son las declaraciones desesperadas de Maduro y su cúpula podrida en los últimos días.
La
última, por ejemplo, es de antología: “Vamos a ganar como sea”, dijo el sujeto.
Si esta confesión pública no es la más clara demostración de que no tienen los
votos para una victoria el seis de diciembre próximo, entonces tampoco mañana
saldría el sol, como cada día. Eso de “ganar como sea” no tiene ninguna validez
en un sistema verdaderamente democrático. Porque la única forma de ganar una
elección es con votos, bien contados y sin fraude de por medio. No hay otra
manera.
Antes,
el siete de octubre pasado, había dicho que él (Maduro) sería el primero “en
lanzarse a la calle si la MUD tomara la AN”, al exhortar a la militancia de su
partido “a tomar las calles si la revolución llega a
perder las elecciones parlamentarias”. Sin duda, otra revelación pública suya
sobre la segura derrota del régimen. “A confesión de parte, relevo de prueba”,
reza el aforismo jurídico.
Con
anterioridad, el teniente Cabello, segundo jerarca del régimen (y dicen
que “el poder detrás del trono”), se mandó otra de sus altaneras declaraciones
al afirmar que la oposición "no volverá a gobernar ni por las buenas ni
por las malas". De lejos, esta aparente amenaza excreta un tufillo de
indiscutible culillo, igual al de quien atraviesa de noche un cementerio
silbando para disimular el miedo.
No deja de ser cómico, por cierto, que
simultáneamente con tales desplantes declarativos el régimen propusiera la
firma de un acuerdo entre las partes para respetar los resultados del seis de
diciembre. ¿Cómo se puede suscribir un compromiso como ese, si los voceros
oficialistas -encabezados por quien ocupa la presidencia de la República- se la
pasan amenazando con desconocer el triunfo de la oposición? Porque no tiene
ninguna lógica decir que ellos van “a ganar como sea” y “a tomar las calles si
gana la oposición” y, al propio tiempo, proponer un acuerdo para respetar los
resultados electorales,
Y no nos vamos a detener aquí a ponderar esa
otra “perla” madurera cuando afirmó también que si “la derecha” gana las
elecciones, “el pueblo” saldrá a protestar. Se supone que si eso que él llama
falsamente “la derecha” obtiene la victoria es, sencillamente, porque la
mayoría de los venezolanos -es decir, el pueblo- así lo decidirá. ¿O es que
acaso el pueblo es ahora la cúpula corrupta que manda desde hace 16 años?
Tampoco se han ahorrado amenazas y
predicciones de mal agüero ante el triunfo de la oposición. Han anunciado un
“apocalipsis” poco menos que nuclear. Y como si los electores fueran unos niños
de esos que antes atemorizaban con el fulano “coco”, algún dirigente
oficialista llegó al descaro de decir que sólo si el régimen gana esas
elecciones “aquí habrá paz”. Un burdo chantaje, pues.
Toda
esta situación de contradicciones, absurdas idas y venidas e inocultable
nerviosismo retrata la conducta derrotista que se ha apoderado ya de la cúpula
podrida del régimen. Porque si aquí todo el mundo sabe que van a ser
derrotados, ¿cómo no lo van a saber ellos mismos? Ellos mejor que nadie saben
que el pueblo está indignado y molesto con el infierno que sufrimos aquí día a
día, producto de 16 años de desgobierno, incapacidad y corrupción.
Pero
las declaraciones jaquetonas y a lo
Jalisco de los jefes del régimen tienen también un objetivo desesperado:
tratar de meterle miedo a algunos votantes inseguros -ojalá que escasos- y no
muy valientes ellos. Eso de que “si no ganan, arrebatan”, puede crear temor en
algunos pobres de espíritu. Y lo que se persigue entonces, a última hora, es
estimular la abstención, especialmente entre los votantes que se oponen al
régimen y quieren un proceso de cambio cuanto antes. En esa perversa tarea cuentan
con la inescrupulosidad de su incondicional Consejo Nacional Electoral.
Como
hemos repetido otras veces, la derrota segura del régimen lo ha convertido en
un tigre herido de muerte y, por tanto, sumamente peligroso. Van a hacer todo
lo posible para impedirla, y con tal propósito actuarán sin escrúpulos,
comprando a quien sea y tratando de torcer la voluntad de mucha gente.
Pero
dudo que puedan impedir esa segura derrota que ya tienen marcada en la frente.
Por tanto, hay que salir a votar masivamente y luego defender la victoria
arrolladora de la oposición. Y punto.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 20 de octubre de 2015.