viernes, 20 de septiembre de 2019


Los 90 años del nacimiento de Carlos Rangel (Caracas, 19 de septiembre de 1929), pensador, escritor y periodista venezolano, han pasado inadvertidos, lo cual constituye una injusticia y un olvido imperdonables.
Que lo haya ignorado el régimen chavomadurista es comprensible: al fin y al cabo, muchos años antes de que la actual tragedia nos alcanzara, Rangel no se cansó de advertirnos en todo tiempo y lugar sobre su infausta posibilidad. Lo grave es que el mundo civil, democrático y libertario también lo haya ignorado.
Carlos Rangel fue un estudioso en profundidad de los fenómenos del Tercer Mundo, un analista incisivo del marxismo y sus mitos y un intelectual de avanzada en un momento en que sus ideas eran satanizadas por cierto izquierdismo fanático y maniqueo.
Tuve el gusto de conocerlo y de participar en varias ocasiones en el prestigioso programa televisivo "Buenos Días", que moderaba junto con su esposa, la periodista Sofía Imber. Una de esas ocasiones fue en febrero de 1987 con motivo de la aparición de mi libro "Caldera y Betancourt, Constructores de la democracia". Entonces me hizo el honor de comentarlo favorablemente, tanto antes del programa como durante el mismo.
Pocos venezolanos como Carlos Rangel han dejado una obra tan trascendente y significativa. Dos de sus libros: "Del buen salvaje al buen revolucionario" (1976) y "El tercermundismo" (1982), así lo corroboran y constituyen materia de obligada lectura para quienes quieran profundizar en la comprensión de los problemas latinoamericanos y venezolanos.