lunes, 30 de julio de 2012

Verdades
POBREZA EN AUMENTO
(O el derrumbe de otro del mito del régimen)
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com

Una de las mentiras más repetidas por el régimen -y por algunos opositores pendejos- es la de que “puso en su agenda a los pobres” y que ha logrado algunos avances para mejorar su situación.
Mentira total, por donde se la analice. Si algo hoy no merecería discusión alguna es que la pobreza ha aumentado exponencialmente desde 1999, cuando el candidato vitalicio a presidente eterno llegó al poder.
Una cosa muy distinta sería tomar en serio la habladera de paja demagógica que el actual régimen y su jefe único consideran suficiente para luchar contra la pobreza. O sea, pretender que con sus gargarismos socialistas alabando a los pobres y prometiéndoles de todo, pero sin cumplirles nada, ya “los puso en la agenda”, como ellos se llenan la boca diciéndolo y lo repiten -insisto- algunos comeflores opositores.
La verdad es que, desde el mismo momento en que el candidato vitalicio a presidente eterno afirmó que “ser rico es malo” -algo en lo que no cree ni su propia familia-, ya podíamos comprobar fácilmente porqué su régimen en 14 años no ha hecho lo que debería para sacar de la pobreza a millones de venezolanos que hoy pasan hambre, sin un techo digno y sin un empleo estable y remunerado.
Esta actitud es la que explica también porqué el actual régimen ha destruido el aparato productivo del país, cerrado y quebrado miles de empresas  y fincas, con el resultado obvio de la eliminación de millones de puestos de trabajo.

“Ser rico es malo” (para los pobres)
En consecuencia, si creer que “ser rico es malo” -como lo ha dicho el fuhrer de Sabaneta- y, en paralelo, su régimen ha acabado con millones de empleos, está muy claro que su estrategia es conducirnos a todos a la pobreza, a excepción de la cúpula podrida que lo rodea.
Y si lo logra, como parece hasta ahora, con el apoyo del rico Estado petrolero que maneja como si fuera su finca personal, el objetivo final es instalarnos a todos en una cola de Mercal, con una tarjeta de racionamiento al estilo castrocomunista cubano y, si acaso, ponernos a participar por largas horas en una inmensa cola para cobrar una miseria en algún banco del régimen.
Por ese camino no crece sino la pobreza, como se puede comprobar fácilmente. Y no hace falta acudir a los datos estadísticos más recientes para comprobar que ahora hay más pobres que nunca en Venezuela. Sólo basta darse una vuelta por las zonas marginales de nuestros pueblos y ciudades para constatar cómo hoy hay más ranchos que antes, más desempleados, más niños hambrientos y más familias que se acuestan sin cenar.
Sólo basta detenerse en la mayoría de los semáforos del país para ver niños de la calle -esos que mismos que el candidato vitalicio a presidente eterno dice que ya no existen- limpiando los parabrisas de los autos por unas cuantas monedas, buhoneros vendiendo cualquier cosa para medio comer, maromeros tratando de ganar algún dinero, sin faltar los indigentes que simplemente piden limosna.
(Esos son los “empleos” que ha creado el actual régimen, junto a ese otro de los cuidadores de carros en todas partes, trabajos que por necesidad y a veces con mucha dignidad tienen que acometer los desempleados por el chavismo, y que junto a los otros “oficios” apenas les permiten unos pocos bolívares para mal comer y, por supuesto, sin seguro social y sin beneficios laborales, sin posibilidades de jubilación, etcétera, etc.)
Por eso mismo, el candidato del progreso, Henrique Capriles Radonski ha denunciado que más de 800.000 familias venezolanas se acuestan con hambre. Como era de esperarse, tal declaración ha provocado la ira jupiterina del candidato vitalicio a presidente eterno. Y así como quien no quiere la cosa, ha dicho que sólo son 400.000 familias las que no comen cada noche.
Pero esa cifra, si se multiplica por seis, es todavía tan alarmante como escandalosa. Y lo que revela, en todo caso y por boca del propio jefe del régimen, es su fracaso colosal e imperdonable luego de 14 años mandando con  los más altos precios petroleros venezolanos de toda la historia.

Crear riqueza, único camino
Está demostrado que la pobreza sólo puede combatirse eficazmente creando riqueza, lo que supone atraer inversiones nacionales y extranjeras, abrir nuevas empresas, fortalecer la industria y la actividad agropecuaria, generando fuentes de empleos, estables y bien remunerados. En una palabra, haciendo cierto aquel viejo dicho chino, según el cual “en lugar de regalarle un pescado a alguien es mejor enseñarlo a pescar”.
Pero aquí, por desgracia, el actual régimen hace todo lo contrario: cree que con las boronas que caen de la mesa donde sus jefes comen hasta el hartazgo -gracias a la renta petrolera-, los pobres tienen más que suficiente y que, por tanto, los van a tener siempre a su lado.
 Ningún Estado y su gobierno, por muchos recursos que tengan, pueden crear riqueza apelando al asistencialismo y la limosna a los pobres. Por eso se acabó la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, pues su práctica comunista sólo generó pobreza y miseria. Por eso mismo, los actuales gobernantes chinos, luego de terribles hambrunas que dejaron millones de muertos entre 1950 y 1980, decidieron eliminar la economía comunista que impuso Mao Tse-Tung y se abrieron a la economía de mercado. El resultado, luego de casi 20 años, es que 600 millones de chinos han dejado de ser pobres.
Pero como aquí el anacrónico jefe único del régimen pretende perpetuarse en el poder, entonces piensa -no sin razón, por cierto- que lo puede lograr empobreciéndonos a todos para controlarnos a todos, al estilo de lo que ha hecho su ídolo Fidel Castro en la sufrida Cuba desde hace 50 años.
Por eso hay que derrotarlo este siete de octubre y abrirle a Venezuela el camino del progreso, con la candidatura victoriosa de Henrique Capriles Radonski.

LA PRENSA de Barinas,Martes 31 de julio de 2012