martes, 18 de septiembre de 2012


VENTAJISMO CORRUPTO Y GUERRA SUCIA
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay


El candidato oficialista está definitivamente desesperado ante su segura derrota este siete de octubre.
Por eso apela a su grotesco ventajismo corrupto y corruptor y a la guerra sucia contra Henrique Capriles Radonski, a quien todo indica que será el ganador del venidero proceso electoral y, por tanto, el próximo presidente de la República.
Se trata, insisto, de un último y vergonzoso acto de desesperación por parte del candidato eterno a presidente vitalicio. Sabiendo, como lo saben, que tiene perdidas las elecciones presidenciales, él y su cúpula podrida acuden a este tipo de acciones miserables, que sólo sirven para desenmascararlos en toda su pestilencia inmoral, porque, en definitiva, no le van a garantizar una hipotética victoria que -por donde se analice- le resulta ya imposible de alcanzar.
Se trata, una vez más, de la miseria del poder en toda su desnudez moral. Porque nunca antes ha tenido mayor vigencia aquella máxima de Lord Acton, según la cual “el poder corrompe y el poder total corrompe totalmente”, como bajo el actual régimen. Nunca antes, amigo lector. Cualquier comparación entre los corruptos del pasado y la cúpula podrida del chavismo deja a aquellos como niños de pecho o simples roba gallinas, según dijera alguien años atrás.
Nunca antes se había usado y abusado el poder de manera corrupta e inescrupulosa como ahora. Esta práctica inmoral no sólo ha beneficiado a sus altos capitostes, hasta convertirlos en gente con grandes riquezas cuando antes eran unos “pata en el suelo”, sino que, como cualquiera puede constatarlo, ha entronizado también un ventajismo sin precedentes al usar los milmillonarios recursos del Estado venezolano para financiar y respaldar la candidatura reeleccionista del actual presidente de la República, algo nunca visto antes.
Porque hay que recordar aquí, una vez más, que entre 1958 y 1998 nunca tuvimos un presidente en ejercicio haciendo campaña por su reelección, abusando del poder y sus inmensos recursos económicos en una orgía de corrupción y ventajismo inigualables, como sucede en estos momentos. Entonces no existía la reelección inmediata, consagrada en la Constitución de aquel año por unos constituyentes irresponsables y adulantes que, por lo visto, no se dieron cuenta del trágico daño que le ocasionarían al país.
Desafortunadamente, con la reelección inmediata -y ahora indefinida- se abrieron las puertas al ventajismo más obsceno y desvergonzado que se haya visto en Venezuela. La verdad es que toda reelección presidencial (y de cualquier otra índole) siempre supone un riesgo. Por ello, los constitucionalistas más preclaros se han pronunciado en su contra. Pero, ahora y aquí, sus perjuicios han sido y son catastróficos en manos de un paranoico enfermo de poder, sin escrúpulos morales y éticos, para quien nada es más importante que él mismo y su obsesión por ser presidente vitalicio.
Hoy no existe la sana práctica de separar los recursos financieros del Estado venezolano de los recursos con que pueda contar el partido de gobierno. Por el contrario, los presupuestos públicos oficiales -que son propiedad de todos los venezolanos- son manejados como les dá la gana por la cúpula corrupta del régimen y su jefe único. Y, desde luego, al creer que son de su propiedad absoluta, se apropian de ellos no sólo para enriquecerse en lo personal, sino también para ofrecer el bochornoso espectáculo de una mil millonaria campaña electoral hecha a los realazos, avasallante y abusiva, pocas veces vista antes también, y que, lamentablemente para ellos, no les va producir mayor respaldo sino todo lo contrario a la hora de escrutar los votos.
Con el mayor cinismo y desparpajo, hoy casi todas las dependencias del gobierno nacional -y las gobernaciones y alcaldías que controlan- están convertidas en comandos de campaña electoral del candidato vitalicio a presidente eterno, mientras sus jefes y altos empleados no cumplen con sus responsabilidades como servidores públicos (que es lo que son, al fin y al cabo), mientras crecen los problemas en todas partes. Incluso algunas dependencias militares, violando el artículo 328 de la Constitución Nacional, incurren en la desvergüenza de poner la figura del candidato oficialista en grandes anuncios, como sucede en el Destacamento 14 de la Guardia Nacional de esta ciudad.
Pero no contentos con su milmillonaria campaña electoral peculadora a costa de los recursos presupuestarios públicos, el régimen ha puesto en marcha una gigantesca operación de guerra sucia contra la candidatura triunfante de Henrique Capriles Radonski.
Para ello acuden a las más descabelladas y engañosas acusaciones. Han inventado un supuesto programa de gobierno oculto del candidato presidencial Capriles Radonski, como si los venezolanos fueran una recua de idiotas para creerse este cuento chino. La desesperación los ha llevado a pensar que cualquier truculencia en su contra va a servir para bajarlo en las encuestas que hoy favorecen ampliamente al candidato de las fuerzas democráticas.
Y lo peor es que utilizan, a tales efectos, a ciertos personajes de la picaresca política nacional, devaluados y desprestigiados, como ciertos ex gobernadores chavistas que, en su momento, saltaron la talanquera y fueron acusados de corruptos por el jefe único del régimen y su cúpula putrefacta. Ahora los han recogido nuevamente, luego de ordenar a sus jueces que los absuelvan. Y los han dotado de maletines repletos de dólares, buscando a quien comprar en el campo opositor, creyendo que con esta burda operación delincuencial van a detener la marcha de Capriles Radonski hacia la presidencia de la República.
Nada de eso los va a salvar de su segura derrota este siete de octubre. Digan lo que digan, hagan lo que hagan, gasten lo que gasten, compren a quien compren, su alicaído candidato presidencial ya tiene marcada la derrota electoral en su frente.
Y eso lo saben hasta las piedras.

LA PRENSA de Barinas - Martes, 18 de septiembre de 2012