miércoles, 25 de julio de 2012

Verdades
PATÉTICO, AGOTADO Y RAYADO
Gehard Cartay Ramírez

Es patética la situación del candidato vitalicio a presidente eterno.
Después de 14 años en el poder, ya no tiene nada nuevo que decir. Luce agotado, rayado, sin que pueda ofrecerles a los venezolanos un mensaje y una oferta que los atraiga. Repite y repite el mismo discurso, las mismas promesas refritas, los mismos recuerdos, la misma cantaleta, los mismos chistes malos, las mismas mentiras y, por supuesto, su nunca bien ponderada ignorancia delirante, como bien la calificó Arturo Uslar Pietri, a quien -por cierto- en días pasados le atribuyó la novela Cantaclaro, obra de Rómulo Gallegos, sin faltar su tesis de que “5 por 3 es igual a 18”, o sus “adquerir” y “felisidad”, dando “clases” por TV hace algún tiempo.
No la tiene fácil esta vez el candidato vitalicio a presidente eterno. ¿Qué puede ofrecer un sujeto que tiene ya 14 años mandando, sin otro resultado como no sea la destrucción del país, de sus instituciones, de su economía y de sus posibilidades? ¿Cómo puede convencer si, luego de casi tres lustros de haber llegado al poder, Venezuela está peor que antes, a pesar de que nunca como ahora hemos recibido los mayores ingresos por concepto de los altos precios petroleros?
No la tiene fácil esta vez el candidato vitalicio a presidente eterno. La gente se hartó de él, de su cháchara permanente, de sus interminables cadenas, de su omnipresencia en todas partes, de su rostro repetido en todos lados, del chocante culto a su personalidad por parte de aduladores y jalamecates. ¿Y que se creyó el sujeto? ¿Que la gente no se iba aburrir de él, entrepiteando todos los días en los televisores de las casas y en las radios de los autos y autobuses?
(Si hasta de los ídolos de la TV y del cine, de sus actrices y cantantes, se hastía la gente y por eso, sabiamente, siempre optan por un retiro discreto, ¡cómo no se van a hartar de un presidente de la República con 14 años en el poder, que habla y habla, promete y promete, sin cumplir y en todo este largo tiempo no ha solucionado ningún problema, los ha agravado todos y ha terminado destruyendo al país!)
No la tiene fácil esta vez el candidato vitalicio a presidente eterno. Luego de haber cerrado más de 10.000  industrias; arruinado miles de fincas agropecuarias, hoy invadidas o destruidas por traficantes y funcionarios corruptos; 20.000 profesionales y trabajadores de PDVSA despedidos por el régimen; decenas de miles de ingenieros, médicos y otros profesionales, perseguidos y exilados, que hoy trabajan en otros países; miles de jóvenes que huyen al exterior al cerrárseles los horizontes de progreso en Venezuela… ¿Alguien puede pensar, seriamente, que el país va a reelegir al culpable de esta gran tragedia nacional?
No la tiene fácil esta vez el candidato vitalicio a presidente eterno. Eso de creerse el indispensable, el único, el insustituible, suscita -incluso entre su propia gente- un cansancio y una molestia indiscutibles. Si él es el único que puede ser presidente, el único que puede decidir sobre cualquier cosa, el único que escoge a los candidatos a gobernadores, alcaldes y diputados  (visto que a la presidencia de la República sólo él puede aspirar), aparte de nombrar ministros y altos funcionarios… tiene que haber, puertas adentro, muchas molestias que -por ahora- la cobardía y el oportunismo impiden que se expresen.
No la tiene fácil esta vez el candidato vitalicio a presidente eterno. Tiene ya 14 años como el presidente que mayor poder ha tenido en toda nuestra historia. Tiene ya 14 años siendo el presidente que ha despilfarrado la mayor cantidad de dinero como nunca jamás lo hizo ninguno otro antes. Tiene ya 14 años manejando el país como si fuera su finca personal. Tiene ya 14 años anunciando que va a hacer lo que no ha hecho en todo este largo tiempo, ofreciendo lo que ha dejado de hacer desde 1999 y prometiendo que, ahora sí, va a cumplir lo que no ha cumplido en casi tres lustros!
Los venezolanos ya se hartaron de quien se burló de ellos, porque habiendo sido electo como presidente para les sirviera, por el contrario, sólo se ocupó de servirse a sí mismo y a su cúpula podrida, de promover una “revolución” que nadie le pidió, de pretender influir en otros países sin tener derecho a ello y de comprar con nuestros petrodólares un liderazgo internacional. Y mientras tanto, Venezuela y los venezolanos cada vez peor.
El país ya se cansó de sus mentiras, de su egolatría, de su despotismo y de su mesianismo. Ahora los venezolanos están buscando un nuevo liderazgo, modesto y serio, que, sin creerse un nuevo Bolívar, ni mucho menos un líder mundial, humildemente se ocupe de resolver nuestros problemas.
Eso es lo que explica el avance indetenible de Henrique Capriles Radonski, pueblo por pueblo, confundido con su gente, ofreciendo cosas necesarias y razonables, diciendo lo que está dispuesto a hacer por su país, despojado de megalomanías, paranoias y mesianismos, prometiendo que será un presidente que hará mucho y hablará poco, justamente lo que hoy reclama la mayoría de los venezolanos.

El CNE: celestino y alcahuete
Vergonzosa, celestina, arrastrada y escandalosa la actitud de las cuatro madamas (sí: madamas) del Consejo Nacional Electoral, las únicas que, por lo visto, no ven no oyen ni sienten el repulsivo ventajismo y abuso de poder puesto en marcha para favorecer la alicaída candidatura continuista y vitalicia del jefe del régimen y su Polo Patético.
Este es el colmo de los colmos: el supuesto árbitro avala al candidato del régimen para que utilice todo el poder de que dispone, corrupta e inescrupulosamente, violando la Constitución y las leyes. En cambio, ese mismo CNE amenaza a los medios de comunicación privados con sanciones y al propio candidato de las fuerzas democráticas.
A ellos también hay que derrotarlos este siete de octubre con una avalancha de votos que sepulte tanto ventajismo y abuso de poder.