lunes, 29 de diciembre de 2014

¿FELIZ AÑO 2015?
Gehard Cartay Ramírez
Se estila siempre por estos días desear a todos lo mejor en la Navidad y el Año Nuevo.
Sin embargo, ante la colosal crisis que sufrimos los venezolanos, muchos se preguntan si esos buenos deseos serán posibles. Porque, la verdad sea dicha, las expectativas son cada vez más difíciles, pues el país cae aceleradamente por el precipicio de su peor crisis política, económica y social en mucho tiempo.
No se trata, por cierto, de simples elucubraciones. Casi todos los economistas serios de aquí y del exterior coinciden en subrayar la gravedad de la catástrofe en que estamos metidos.
Así, por ejemplo, Felipe Pérez Martí, ex ministro de Cordiplan del presidente Chávez, al participar el pasado martes en un foro convocado por la MUD, advirtió algo sumamente grave, sobre todo viniendo de alguien que estuvo en la actual cúpula gobernante años atrás: “Venezuela vive una crisis económica exponencial, que si no se soluciona pronto tendrá peores resultados que un nuevo Caracazo entre los meses de febrero y marzo del año entrante” (Portal digital La Patilla, 10-12-2014).
No se quedó allí el exministro chavista, sino que agregó: “El deterioro de la economía es exponencial, esto se ve a simple vista en el hambre que pasa la gente actualmente: una familia necesita 15.000 bolívares fuertes para comer, es decir, al menos 3 salarios mínimos. Esto significa que una persona que tenga un sueldo de 20.000 Bsf no puede sobrevivir. Estamos en una condición sumamente grave y esa situación está empeorando”.
Otro economista, José Guerra, no dejó de mostrar su preocupación: “Venezuela no podrá mejorar la crisis económica si se continúan rentando los activos petroleros. El PIB cayó en el último trimestre de este año 4.4 por ciento. Vemos una clara aceleración de la inflación, que crece a una velocidad absurda como en ningún otro país del mundo”.
Calificó como muy grave que el régimen de Maduro le haya  entregado a China un pedazo de la Faja Petrolífera del Orinoco a cambio de liquidez, por lo que “los despachos petroleros de China van a aumentar y nosotros seguiremos endeudados. La pregunta que debemos hacernos es si efectivamente vale la pena sacrificar los activos para pagar un pasivo”. Agregó que la inflación seguirá aumentando y alcanzará tres dígitos en 2015.
Luis Oliveros, el tercer ponente del foro en cuestión, dijo que para el próximo año “el escenario es difícil”, al estimar entre 60 y 65 dólares el barril de petróleo, lo que significa que se dejarán de percibir 18.000 millones de dólares. Denunció, además, que como el régimen no ahorró durante los 15 largos años de bonanza petrolera, “de tener 15% de las reservas de la OPEP en 1998, pasó ahora a poseer 1%”, sin saber cómo se honrarán los compromisos pendientes (El Nacional, 10-12-2014).
Si a este sombrío panorama sumamos la tragedia social que sufren los venezolanos (pobreza y desempleo crecientes, terrorífica inseguridad que todos los días asesina y roba a nuestros conciudadanos, colapso de los servicios públicos elementales, crisis de nuestros hospitales y centros de salud, carestía de la vida, escasez y desabastecimiento, galopante corrupción, etc.) no es exagerado afirmar que estamos muy mal y estaremos peor si aquí no se toman ya rectificaciones drásticas y eficaces.    
Entre esas medidas, la primera es de orden político: hay que acelerar el cambio del actual régimen cuanto antes, ya que, en sí mismo, es la causa de todos nuestros problemas. Se trata de un régimen neocomunista, con un programa económico que privilegia al Estado por sobre los ciudadanos. Un régimen que lo invade todo, ahogando la iniciativa de los particulares, desmantelando y estrangulando el aparato productivo del sector privado, mientras las industrias y servicios que ha expropiado u ocupado han sido arruinados.
Se trata entonces de un régimen ineficiente y corrupto en grado sumo. Lo que en los antiguos países comunistas (y todavía hoy en Cuba y Corea del Norte) se llamó la Nomenklatura -la cúpula podrida, pues- y que conformaba la élite ladrona y corrupta, mientras los demás se empobrecían, hoy en Venezuela es una realidad que no se puede esconder y que se ha apoderado ya de cientos de miles de millones de dólares.
Como ocurrió con Carlos Andrés Pérez en 1993, hoy por razones de Estado está planteada la salida de Maduro y su claque. Esta sería la primera solución a la catástrofe que nos ahoga. Luego tendrían que venir las necesarias rectificaciones en materia económica y social.
De todas maneras, y porque no podemos perder la fe en un futuro mejor, envío mi saludo navideño a todos. Ojalá que 2015 nos traiga a los venezolanos la esperanza de un mejor país.
Estaremos de vuelta, si Dios quiere, el martes seis de enero de 2015.
@gehardcartay
LA PRENSA de Barinas (Venezuela)  - Martes, 16 de diciembre de 2014.