CONSTITUYENTE FRAUDULENTA Y NEFASTA
Gehard Cartay Ramírez
La constituyente madurista no resolverá ninguno de nuestros problemas,
los agravará aún más y creará otros peores.
Así profundizará entonces el calvario que sufrimos ahora, si se
aprueba ese instrumento diseñado en Cuba con el despropósito de atornillar a la
oligarquía castrocomunista venezolana –por ahora en el poder– y seguir chupando
nuestros petrodólares desde La Habana. Porque, aparte de espuria y fraudulenta,
la Constituyente madurista nos terminará de destruir como República y permitirá,
si los venezolanos lo aceptamos, consolidar esta dictadura aún más.
No quiero ser agorero, ni creo
que todo se acabe este domingo que viene, cuando el régimen y su CNE impongan
fraudulentamente la criminal constituyente de Maduro y su cúpula podrida, en
contra de la voluntad mayoritaria de los venezolanos. En tal caso, nuestra
lucha para salir de esta pesadilla tendrá que continuar, con más fuerza aún,
porque si algo está demostrado es que el pueblo venezolano es indomable y no se
va a calar una dictadura como la cubana. Estos ciento y pico de días de
presencia popular en las calles y los ciento y pico de jóvenes asesinados, los
miles de heridos, torturados, presos, secuestrados y exiliados por la dictadura
madurista así lo demuestran, si es que alguien duda.
Pero aquí nadie puede llamarse a engaño: vendrán días más difíciles, a
menos que se produzca un cambio radical esta misma semana. Si no es así, esa
Constituyente madurista va a empeorar más la situación, ya que su único
objetivo es que esta cáfila de ladrones e ineptos siga disfrutando del poder,
destruyendo el país, empobreciendo aún más su gente y robando a manos llenas, y
que Venezuela continúe siendo colonia de la dictadura castrocomunista cubana.
Lo peor de todo es la hipocresía y el cinismo criminal de Maduro y su
claque purulenta cuando prometen soluciones imposibles, ya que ellos mismos
saben que no pueden resolver la gigantesca crisis que han creado y que los
venezolanos los rechazan cada día más por esa misma causa. ¿Cómo podría nuestro
pueblo votar por sus hambreadores, por quienes lo han empobrecido ominosamente,
le han robado el futuro a sus hijos y se han apropiado de la riqueza más
cuantiosa que ha tenido este país como nunca antes?
La verdad es que la cúpula del
régimen no puede ofrecer soluciones a ninguno de nuestros problemas. Si no los
resolvieron en estos fatídicos 18 años, cuando dilapidaron y se robaron los
ingresos de petrodólares más cuantiosos de la historia de Venezuela, ¿los van
resolver ahora, cuando en estas casi dos décadas convirtieron a una de las
naciones más ricas del mundo en un país pobre, hambriento, sin comida ni
medicinas y con más de dos millones de compatriotas que se han marchado al
exterior en procura de mejores condiciones de vida?
¿Cómo pueden ahora –insisto– llegar
al cinismo y la hipocresía de prometer que con su fulana constituyente van a solventar
los problemas que ellos mismos crearon durante los últimas dos décadas, a pesar
de haber recibido los más altos ingresos petroleros? ¿Cómo pueden ofrecer paz y
progreso si ellos mismos destruyeron a la Venezuela de progreso, paz y
desarrollo que consiguieron cuando llegaron al poder en 1998?
Ahora estamos peor que antes en todo sentido. Este régimen forajido y
terrorista nos ha convertido en un país que ya es el centro de una gravísima crisis
geopolítica que nos arrastra a un conflicto armado de proporciones
inimaginables, si el madurismo sigue en el poder.
Porque, aparte de habernos hipotecado a Rusia y China mientras
seguimos financiando la dictadura castrocomunista, ya estamos invadidos por
aves de rapiña rusas, chinas, iraníes y cubanas, aparte de la narcoguerrilla
colombiana y cárteles criollos de narcotraficantes vinculados al poder.
Nuestras grandes reservas petroleras, el rico arco minero de Guayana, la
posible presencia de uranio y coltán en el Amazonas, están siendo entregadas
vilmente a esas aves de rapiña. No hay que ser muy zahorí para darse cuenta de
que Estados Unidos adoptará medidas en lo que ellos consideran una zona que
afecta su seguridad como nación…
Son hechos y presagios trágicos para los venezolanos si la
Constituyente de Maduro es aprobada, porque a esa cúpula podrida sólo le
interesa continuar en el poder, a costa del hambre, la pobreza, las
enfermedades y la inseguridad que nos acogota a los venezolanos.
Un gran venezolano, Arístides Calvani, de cuyo natalicio se cumplirán
cien años en 2018, siempre nos decía: “Sólo el pueblo salva al pueblo”.
Ahora más que nunca debemos tenerlo presente.
@gehardcartay
LA PÑRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 25 de junio de 2017.
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