lunes, 16 de diciembre de 2013

VENEZUELA Y BARINAS DESPIERTAN
Gehard Cartay Ramírez
Los resultados electorales de este domingo pasado constituyen una nueva derrota para el régimen de Maduro y su claque.
Y esto es así, a pesar de los esfuerzos del régimen y del CNE por convertir en una aparente “victoria” suya lo que a todas luces es una indiscutible derrota del oficialismo. La misma presidenta del CNE, al momento de dar los resultados, manipuló su presentación de manera favorable a los intereses oficialistas, en otra treta para engañar pendejos.
Insistamos en este aspecto. Las ciudades más pobladas del país fueron ganadas por los candidatos de la Unidad Democrática. Esto significa que el régimen ha perdido, de nuevo, los centros urbanos más grandes, y aunque ha ganado mayor número de alcaldías -fundamentalmente en los municipios menos poblados-, también es obvio que en votos populares sufre una nueva derrota.
Maduro, la noche de las elecciones, trató también de presentar la votación del PSUV como un “triunfo” suyo. No hay tal cosa, desde luego. Y para demostrarlo, vamos a utilizar las mismas cifras que dio el CNE: PSUV sacó 44,12 %, más 1,6 % del PCV. Eso suma 45,72. El resto de los votos de la oposición totalizan 54.28 % de los votos. Luego, al dársele carácter plebiscitario a esta elección, resulta irrebatible afirmar que quienes adversamos al oficialismo hemos logrado una gran victoria.
Por supuesto que la mentira del régimen hablando de su “victoria” ha sido magnificada por el férreo control que tienen sobre  los medios, fundamentalmente, la televisión y la radio. Todos sabemos que la oposición fue censurada en la mayoría de esos canales (en especial el día de las elecciones) y silenciada absolutamente por la TV del Estado, usada con un ventajismo grosero a favor del oficialismo. Sin embargo, allí están los resultados: sus medios televisivos y radiales no lograron engañar a las grandes mayorías venezolanas. Y este es un aspecto que debe destacarse a futuro.
Por esto mismo, la otra importante conclusión es la de que el régimen continúa debilitándose. A la derrota de Maduro el 14 de abril pasado -convertida en “victoria” gracias al CNE-, se añade este nuevo revés. En realidad, el régimen está seriamente comprometido en su base de sustentación. Su debilidad es escandalosa, y si alguna columna lo sostiene hoy no es otra que la Fuerza Armada Nacional, porque las grandes mayorías vienen dándole la espalda y rechazando sus políticas hambreadoras.
Analicemos ahora el caso de Barinas. Como ya se ha señalado, la victoria de José Luis Machín como nuevo alcalde del municipio capital constituye una atronadora derrota para el régimen. Porque, sin duda, Barinas, la llamada por ellos “Cuna de la Revolución”, al votar mayoritariamente por la Unidad Democrática, ha dado un ejemplo extraordinario frente al despotismo, el ventajismo y la corrupción del oficialismo. Y todo ello justamente “el Día de la Lealtad a Chávez”, que con el mayor abuso decretó Maduro en la misma fecha de las elecciones.
(Por cierto que de nada les sirvió, nuevamente, apelar a la figura de Chávez. Lo hicieron el 14 de abril, con los resultados ya conocidos, y ahora acaban de hacerlo en este proceso electoral. Deberían dejar descansar en paz a su extinto jefe, vistos los resultados obtenidos.)
La victoria de Machín le augura un mejor destino a Barinas. Y es que luego de casi 12 largos años en poder del chavismo, nuestro municipio capital se encuentra en deplorables condiciones, cuando era lógico suponer que hoy debería ser poco menos que “una tacita de oro”. Lo digo por la muy significativa circunstancia de que, por primera vez, un hijo de Barinas fue electo presidente y estuvo en el cargo casi 15 años, al mismo tiempo que su padre y un hermano fueron gobernadores. Lo menos que pudieron haber hecho era darle un tratamiento regio a Barinas, resolviendo sus problemas más importantes y ejecutando obras de beneficio colectivo. Lamentablemente, no fue así.
Por eso mismo, el alcalde Machín tiene ante sí una tarea ciclópea. Pero estoy seguro de que lo hará bien, por cuanto se trata de un luchador social probado, honesto, capaz, con gran sensibilidad y definitivamente comprometido con Barinas.
El triunfo de Ronald Aguilar, un joven carismático y fajador, como nuevo alcalde del municipio Sucre, alienta los nuevos liderazgos, y el de Adelsi Rodríguez en Rojas demuestra el descontento de la base chavista en aquella región. Y no tengo dudas de que la victoria que intentan escamotearle a Lincol Pérez en Sosa, y el descontento popular que ha generado tal injusticia, son pruebas de la reciedumbre de nuestra gente. En los demás municipios, la oposición debe replantearse sus liderazgos y analizar las fallas.
Vendrán nuevas batallas, amigos lectores. Seguiremos conversando, si Dios quiere.  
(LA PRENSA de Barinas - Martes, 10 de diciembre de 2013)