EL CAMBIO EN LA EDUCACIÓN BARINESA
PROMESAS Y REALIDADES (II)
(1992-1996)
LA
DESCENTRALIZACIÓN EDUCATIVA, UNA NECESIDAD EN ESTOS TIEMPOS
DISCURSO PRONUNCIADO
POR EL GOBERNADOR DEL ESTADO BARINAS, GEHARD CARTAY RAMIREZ,
EN EL ACTO DE CONDECORACION DE DISTINGUIDOS
DOCENTES CON LA ORDEN “27 DE JUNI0” Y “JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ
DOMÍNGUEZ”
(Barinas, 27 de junio de 1993)
Apreciados docentes
barineses:
Me complace en sumo
grado acudir, por primera vez como Gobernador del Estado Barinas, a este
solemne acto en el que serán condecorados distinguidos docentes con las Órdenes
“27 de Junio” y “Juan Antonio Rodríguez Domínguez”.
Por cierto que ya el
pasado 17 de junio tuve la ocasión de participar en otro acto de gran
significación, como lo fue la toma de posesión de las nuevas autoridades de la
Universidad Nacional de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora” (UNELLEZ),
elegidas por primera vez de manera democrática y autónoma.
Me valgo hoy de esta
extraordinaria ocasión para compartir con Ustedes algunas reflexiones que se
traducen en la razón de mis aspiraciones, esperanzas y desvelos como Gobernador
de Barinas: La educación barinesa, pues un gobierno que se considere
verdaderamente democrático debe ofrecerle todo el apoyo posible al proceso educativo
como instrumento liberador. Por ello, a decir de Don Andrés Bello:
“En los gobiernos populares,
más que en otros, la extensión de
los derechos
políticos está íntimamente unida a la difusión de
la enseñanza
preparatoria indispensable”.
Decimos, igualmente,
con Jesús Manuel Núñez Ponte:
“Los gobiernos están obligados a distribuir
a los pueblos el pan de la enseñanza y de la educación; y los pueblos obligados
asimismo a dejarse instruir y educar”
Creo que mejor
momento no se me pudiese haber presentado; tiempo de celebraciones en donde
tanto el Gobierno Nacional como el Gobierno Regional estimulan a sus docentes
con los reconocimientos “Orden 27 de Junio” y “Juan Antonio Rodríguez Domínguez”,
respectivamente.
Con ellos también se
honra, en primer lugar, la fecha memorable de la publicación del documento que
en 1870, hace 123 años,
decretó la instrucción Gratuita y Obligatoria en el país bajo el gobierno de Antonio
Guzmán Blanco, y que fuese refrendado por el Ministro de Fomento, Dr. Martín
José Sanabria. El Decreto contemplaba que quienes tuviesen a su cargo personas
entre los siete y veintiún años debían enseñarles lectura, escritura,
gramática, moral, aritmética, sistema métrico y la Constitución.
En segundo lugar, al
Licenciado en Derecho Civil Juan Antonio Rodríguez Domínguez, barinés nacido en
Nutrias, quien tomó parte activa en los movimientos del 19 de Abril de 1810
y del 5 de Julio
de 1811. Este ilustre barinés
fue, a decir de Virgilio Tosta, “de los más entusiastas por la Declaratoria de la
Independencia Nacional, y tocándole también la más alta, de ser él, el que en
presencia de tan célebre Congreso y del pueblo de Caracas allí congregado en
sus barras, proclamara a la faz
del mundo la Independencia absoluta de
Venezuela, firmando el Acta de aquel solemne día”.
También digo que es
el mejor momento para la reflexión porque “Abajo/ el pueblo anhela latitudes lejanas/ y ha honda plaza igualadora
de almas/ se abre como la muerte, como el sueño/”, en palabras
del poeta mexicano Octavio Paz.
Y es que este auditórium
iguala a los educadores. Aquí no hay linderos entre estadales y nacionales,
entre los de preescolar, básica, media diversificada y educación superior. Aquí
somos uno, gobierno local y sus educadores, que entendemos que la Democracia,
como sistema de gobierno y como forma de vida, en Venezuela ha tenido aciertos
y errores.
Entre los aciertos
destaca el hecho de que todos los ciudadanos tengan la posibilidad de acceder
al Sistema Educativo, tal y como lo consagra la Constitución Nacional, como un
derecho que tienen los niños a su alfabetización, de asomarse al mundo de la
cultura; como una prerrogativa que tienen los jóvenes de prepararse para contribuir
al desarrollo del país, al incorporarse a sus actividades productivas,
económicas y sociales; la exención que tenemos todos los venezolanos a una más
y mejor educación, a seguir aprendiendo durante toda nuestra existencia, a
lograr un ascenso en el nivel y calidad de vida.
Los años de vigencia
democrática han señalado un favorable crecimiento de la cobertura de la
educación. Así, aproximadamente, entre 1960
y 1990 en Venezuela ha habido un incremento acelerado en ella, que
se traduce en cifras que alcanzan los 5.000.000 alumnos que asisten a 17.500
planteles, atendidos por 500.000 docentes. Esos guarismos son indicadores del
bien ganado epíteto de “monstruo de
mil cabezas” para el
Ministerio de Educación, organismo que gerencia la educación venezolana y que
ha colapsado debido a los números que acabo de citar.
La administración
del Sistema Educativo Venezolano se caracteriza por ser ineficiente, poco
moderna y efectiva. El Plan Decenal de Educación (1992) refiere algunos
problemas relacionados con la organización y desarrollo de dicho sistema.
Destaca “el crecimiento
y cambio acelerado del sistema educativo, sin que se hayan “internalizado”
suficientemente los alcances de
esos cambios por parte de la mayoría de quienes trabajan en organizaciones
educativas y por la sociedad como un todo. Escasa calidad en la formación de algunos docentes y bajos resultados de su gestión, profesional. Demanda
educativa en continuo ascenso. Disminución de recursos financieros, en términos reales. Escasa
adecuación del producto del Sistema Educativo, desde el punto de vista de las entidades productoras de bienes
para el mercado. Falta de adecuación del Sistema Educativo a las contingencias
y complejidad de hoy”.
Vale la pena hacer
un alto para referirnos a la problemática que confronta la educación básica,
traducida en un elevado índice de deserción y repitencia y una baja tasa de
rendimiento. Debe observarse que entre 1980-1985
este nivel, de primero a sexto grado, excluyó del sistema al 42% de los niños y,
al decir de Nacarid Rodríguez (1989), las actividades que se realizan
fundamentalmente en el aula de clase son: oír explicaciones, copiar de la
pizarra o del libro, tomar dictado y sacar cuentas, actividades éstas que están
muy lejos de los principios fundamentales de ese nivel educativo.
Frente a estos
hechos, no extraños al Estado Barinas, en mi Programa de Gobierno oferté, como línea
central de mi gestión gubernamental, “un gobierno que dignifique a la persona humana”, en
donde la educación va a jugar un papel fundamental.
En mi Programa de
Gobierno, en materia educativa, dedico especial referencia a la
Descentralización de la Educación, en la creencia de que
este proceso es una estrategia política, un proyecto factible, para solventar
problemas educativos. De su lectura y exposición se infiere que con ello se
busca asumir las recomendaciones de organismos internacionales como las
Naciones Unidas (1982), el Banco Mundial (1983) y la Organización de Estados Americanos
(1987) en esta materia.
Se deduce, igualmente,
un planteamiento ecléctico en cuanto a las racionalidades que conducen a esta
propuesta. Se necesita abordar la administración educativa con criterio de eficiencia en
cuanto a la toma de decisiones; que ésta posea autonomía, asumida por las
regiones, en cuanto a poder y recursos, para resolver conflictos, con lo que se
busca una democracia
participativa. Por otra parte, se aspira una descentralización que
faculte a nuestro Estado en el ejercicio de un poder de decisión real
fundamentalmente en el manejo financiero, la elaboración del curriculum local y
la administración y gestión educacional.
La descentralización
contribuirá a mejorar la eficiencia y modernizar la administración del sistema
educativo, la gestión administrativa que generará una mayor participación y
profundizar los grandes niveles de la educación. Los recursos disponibles serán
utilizados más eficientemente en un sistema descentralizado y la efectividad
del Sistema será aumentada con un currículo uniforme y descentralizado.
Estoy claro en que,
al principio, la descentralización de la educación tendrá costos, especialmente
en la formación del personal y equipamiento e infraestructura. Esto es un reto
y lo vamos a asumir, para de esta forma colocar a la gestión educativa más cerca
de los usuarios, es decir, acercar la Escuela a la Comunidad. Estos usuarios
podrán supervisar la tarea educativa y la Escuela deberá oír y ajustarse
permanentemente a los reclamos de la localidad. Así, la educación entonces será
más auténtica, eficiente, participativa y democrática.
La descentralización
se hará progresivamente, por niveles educativos y por áreas; para ello debemos
superar el clientelismo político que ha permitido saturar la nómina con personal
no calificado, sin matrícula y sin aulas. Con la descentralización del
curriculum se respetará a la educación igualitaria, pero permitirá a nuestros
niños el aprendizaje de la Historia, la Geografía y la Literatura Regional.
Vamos a mejorar la
calidad de la educación elevando los niveles de excelencia tanto cognoscitivos
como pedagógicos y andragógicos del personal docente, facilitando y apoyando su
formación, actualización, mejoramiento y reciclaje, propiciando el desarrollo
de la investigación educativa como eje de cualquier proyecto de desarrollo y
transformación educativa y promoviendo
Como una forma de
viabilizar este Proyecto Educativo para el Estado Barinas, hemos concebido el Consejo
Regional de Educación y la Comisión para la Reforma Educativa de Barinas, ambos
entes abordados desde una visión pluralista y heterogénea en cuanto a las áreas
del conocimiento y fundamentalmente técnica.
A la par de esta
tarea, estamos recibiendo las propuestas que los gremios han ofertado para la
discusión del IV Contrato Colectivo, discusión que siempre estará signada por
nuestro compromiso con la dignificación de los barineses, y en este caso concreto,
con la dignificación del docente regional.
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Hace escasos 24 días asumí la Gobernación
del Estado Barinas por mandato de nuestro pueblo. Hace menos de siete meses
presenté a los barineses las bases de mi Programa de Gobierno para el Sector Educativo,
bajo la premisa de mejorar en todo sentido su calidad y eficacia a nivel
regional.
Hoy, en este solemne acto, quiero reiterar
los compromisos adquiridos entonces, a pesar de las gravísimas dificultades que
hemos encontrado en el sector al tomar posesión del gobierno; a pesar de la
incomprensión de ciertos sectores politiqueros en el ámbito sindical y a pesar
de la perversa carga de clientelismo político que atiborra las nóminas de la
Dirección de Educación del gobierno regional, perversión que -por cierto- llegó
a extremos tales como la existencia de “maestros” que acaso si sabían leer y
escribir o de aquellos que nunca cumplieron con su obligación de enseñar en las
aulas de sus escuelas, dedicados a otras actividades que nada tiene que ver con
su responsabilidad.
No será fácil superar estos escollos. Por lo
general, las ideas transformadoras encuentran siempre una fuerte resistencia en
sectores interesados en que nada cambie. Sé muy bien, por tanto, que en la
medida en que pisemos los callos e intereses de esos sectores, automáticamente
cerrarán filas para impedir los cambios sustanciales que queremos adelantar en
materia educativa y también en otros ámbitos. Son tantos años de indolencia, de
corrupción y de mediocridad, que las mafias creadas a su amparo no cejarán en
defender sus privilegios y vicios con todos los recursos políticos, económicos
y gremiales a su alcance.
Ninguno de estos obstáculos, a pesar de su
gravedad, nos va apartar del compromiso que tenemos con el sector educativo,
aunque no puedo dejar de insistir en que quienes los instrumentan tienen detrás
de sí el apoyo de sectores refractarios al cambio, que privilegian sus
intereses políticos y partidistas por encima de los intereses de educandos y
educadores.
Sabemos, sin embargo, que la razón está de
nuestra parte. Contamos con ustedes para
esta formidable empresa de darles una mejor educación a los niños y jóvenes barineses
que tanto la necesitan. (Aplausos)