domingo, 3 de agosto de 2014

EL CAMBIO EN LA EDUCACIÓN BARINESA (II) PROMESAS Y REALIDADES (1993-1996)



EL CAMBIO EN LA EDUCACIÓN BARINESA
PROMESAS Y REALIDADES (II)
(1992-1996)


LA DESCENTRALIZACIÓN EDUCATIVA, UNA NECESIDAD EN ESTOS TIEMPOS


DISCURSO PRONUNCIADO POR EL GOBERNADOR DEL ESTADO BARINAS, GEHARD CARTAY RAMIREZ,
 EN EL ACTO DE CONDECORACION DE DISTINGUIDOS DOCENTES CON LA ORDEN “27 DE JUNI0” Y “JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ”

(Barinas, 27 de junio de 1993)

Apreciados docentes barineses:
Me complace en sumo grado acudir, por primera vez como Gobernador del Estado Barinas, a este solemne acto en el que serán condecorados distinguidos docentes con las Órdenes “27 de Junio” y “Juan Antonio Rodríguez Domínguez”.
Por cierto que ya el pasado 17 de junio tuve la ocasión de participar en otro acto de gran significación, como lo fue la toma de posesión de las nuevas autoridades de la Universidad Nacional de los Llanos Occidentales “Ezequiel Zamora” (UNELLEZ), elegidas por primera vez de manera democrática y autónoma.
Me valgo hoy de esta extraordinaria ocasión para compartir con Ustedes algunas reflexiones que se traducen en la razón de mis aspiraciones, esperanzas y desvelos como Gobernador de Barinas: La educación barinesa, pues un gobierno que se considere verdaderamente democrático debe ofrecerle todo el apoyo posible al proceso educativo como instrumento liberador. Por ello, a decir de Don Andrés Bello:

“En los gobiernos populares, más que en otros, la extensión de
los derechos políticos está íntimamente unida a la difusión de
la enseñanza preparatoria indispensable”.

Decimos, igualmente, con Jesús Manuel Núñez Ponte:

“Los gobiernos están obligados a distribuir a los pueblos el pan de la enseñanza y de la educación; y los pueblos obligados asimismo a dejarse instruir y educar”

Creo que mejor momento no se me pudiese haber presentado; tiempo de celebraciones en donde tanto el Gobierno Nacional como el Gobierno Regional estimulan a sus docentes con los reconocimientos “Orden 27 de Junio” y “Juan Antonio Rodríguez Domínguez”, respectivamente.
Con ellos también se honra, en primer lugar, la fecha memorable de la publicación del documento que en 1870, hace 123 años, decretó la instrucción Gratuita y Obligatoria en el país bajo el gobierno de Antonio Guzmán Blanco, y que fuese refrendado por el Ministro de Fomento, Dr. Martín José Sanabria. El Decreto contemplaba que quienes tuviesen a su cargo personas entre los siete y veintiún años debían enseñarles lectura, escritura, gramática, moral, aritmética, sistema métrico y la Constitución.
En segundo lugar, al Licenciado en Derecho Civil Juan Antonio Rodríguez Domínguez, barinés nacido en Nutrias, quien tomó parte activa en los movimientos del 19 de Abril de 1810 y del 5 de Julio de 1811. Este ilustre barinés fue, a decir de Virgilio Tosta, “de los más entusiastas por la Declaratoria de la Independencia Nacional, y tocándole también la más alta, de ser él, el que en presencia de tan célebre Congreso y del pueblo de Caracas allí congregado en sus barras, proclamara a la faz del mundo la Independencia absoluta de Venezuela, firmando el Acta de aquel solemne día”.
También digo que es el mejor momento para la reflexión porque “Abajo/ el pueblo anhela latitudes lejanas/ y ha honda plaza igualadora de almas/ se abre como la muerte, como el sueño/”, en palabras del poeta mexicano Octavio Paz.
Y es que este auditórium iguala a los educadores. Aquí no hay linderos entre estadales y nacionales, entre los de preescolar, básica, media diversificada y educación superior. Aquí somos uno, gobierno local y sus educadores, que entendemos que la Democracia, como sistema de gobierno y como forma de vida, en Venezuela ha tenido aciertos y errores.
Entre los aciertos destaca el hecho de que todos los ciudadanos tengan la posibilidad de acceder al Sistema Educativo, tal y como lo consagra la Constitución Nacional, como un derecho que tienen los niños a su alfabetización, de asomarse al mundo de la cultura; como una prerrogativa que tienen los jóvenes de prepararse para contribuir al desarrollo del país, al incorporarse a sus actividades productivas, económicas y sociales; la exención que tenemos todos los venezolanos a una más y mejor educación, a seguir aprendiendo durante toda nuestra existencia, a lograr un ascenso en el nivel y calidad de vida.
Los años de vigencia democrática han señalado un favorable crecimiento de la cobertura de la educación. Así, aproximadamente, entre 1960 y 1990 en Venezuela ha habido un incremento acelerado en ella, que se traduce en cifras que alcanzan los 5.000.000 alumnos que asisten a 17.500 planteles, atendidos por 500.000 docentes. Esos guarismos son indicadores del bien ganado epíteto de “monstruo de mil cabezas”  para el Ministerio de Educación, organismo que gerencia la educación venezolana y que ha colapsado debido a los números que acabo de citar.
La administración del Sistema Educativo Venezolano se caracteriza por ser ineficiente, poco moderna y efectiva. El Plan Decenal de Educación (1992) refiere algunos problemas relacionados con la organización y desarrollo de dicho sistema. Destaca “el crecimiento y cambio acelerado del sistema educativo, sin que se hayan “internalizado” suficientemente los alcances de esos cambios por parte de la mayoría de quienes trabajan en organizaciones educativas y por la sociedad como un todo. Escasa calidad en la formación de algunos docentes y bajos resultados de su gestión, profesional. Demanda educativa en continuo ascenso. Disminución de recursos financieros, en términos reales. Escasa adecuación del producto del Sistema Educativo, desde el punto de vista de las entidades productoras de bienes para el mercado. Falta de adecuación del Sistema Educativo a las contingencias y complejidad de hoy”.
Vale la pena hacer un alto para referirnos a la problemática que confronta la educación básica, traducida en un elevado índice de deserción y repitencia y una baja tasa de rendimiento. Debe observarse que entre 1980-1985 este nivel, de primero a sexto grado, excluyó del sistema al 42% de los niños y, al decir de Nacarid Rodríguez (1989), las actividades que se realizan fundamentalmente en el aula de clase son: oír explicaciones, copiar de la pizarra o del libro, tomar dictado y sacar cuentas, actividades éstas que están muy lejos de los principios fundamentales de ese nivel educativo.
Frente a estos hechos, no extraños al Estado Barinas, en mi Programa de Gobierno oferté, como línea central de mi gestión gubernamental, un gobierno que dignifique a la persona humana”, en donde la educación va a jugar un papel fundamental.
En mi Programa de Gobierno, en materia educativa, dedico especial referencia a la Descentralización de la Educación, en la creencia de que este proceso es una estrategia política, un proyecto factible, para solventar problemas educativos. De su lectura y exposición se infiere que con ello se busca asumir las recomendaciones de organismos internacionales como las Naciones Unidas (1982), el Banco Mundial (1983) y la Organización de Estados Americanos (1987) en esta materia.
Se deduce, igualmente, un planteamiento ecléctico en cuanto a las racionalidades que conducen a esta propuesta. Se necesita abordar la administración educativa con criterio de eficiencia en cuanto a la toma de decisiones; que ésta posea autonomía, asumida por las regiones, en cuanto a poder y recursos, para resolver conflictos, con lo que se busca una democracia participativa. Por otra parte, se aspira una descentralización que faculte a nuestro Estado en el ejercicio de un poder de decisión real fundamentalmente en el manejo financiero, la elaboración del curriculum local y la administración y gestión educacional.
La descentralización contribuirá a mejorar la eficiencia y modernizar la administración del sistema educativo, la gestión administrativa que generará una mayor participación y profundizar los grandes niveles de la educación. Los recursos disponibles serán utilizados más eficientemente en un sistema descentralizado y la efectividad del Sistema será aumentada con un currículo uniforme y descentralizado.
Estoy claro en que, al principio, la descentralización de la educación tendrá costos, especialmente en la formación del personal y equipamiento e infraestructura. Esto es un reto y lo vamos a asumir, para de esta forma colocar a la gestión educativa más cerca de los usuarios, es decir, acercar la Escuela a la Comunidad. Estos usuarios podrán supervisar la tarea educativa y la Escuela deberá oír y ajustarse permanentemente a los reclamos de la localidad. Así, la educación entonces será más auténtica, eficiente, participativa y democrática.
La descentralización se hará progresivamente, por niveles educativos y por áreas; para ello debemos superar el clientelismo político que ha permitido saturar la nómina con personal no calificado, sin matrícula y sin aulas. Con la descentralización del curriculum se respetará a la educación igualitaria, pero permitirá a nuestros niños el aprendizaje de la Historia, la Geografía y la Literatura Regional.
Vamos a mejorar la calidad de la educación elevando los niveles de excelencia tanto cognoscitivos como pedagógicos y andragógicos del personal docente, facilitando y apoyando su formación, actualización, mejoramiento y reciclaje, propiciando el desarrollo de la investigación educativa como eje de cualquier proyecto de desarrollo y transformación educativa y promoviendo
Como una forma de viabilizar este Proyecto Educativo para el Estado Barinas, hemos concebido el Consejo Regional de Educación y la Comisión para la Reforma Educativa de Barinas, ambos entes abordados desde una visión pluralista y heterogénea en cuanto a las áreas del conocimiento y fundamentalmente técnica.
A la par de esta tarea, estamos recibiendo las propuestas que los gremios han ofertado para la discusión del IV Contrato Colectivo, discusión que siempre estará signada por nuestro compromiso con la dignificación de los barineses, y en este caso concreto, con la dignificación del docente regional.

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Hace escasos 24 días asumí la Gobernación del Estado Barinas por mandato de nuestro pueblo. Hace menos de siete meses presenté a los barineses las bases de mi Programa de Gobierno para el Sector Educativo, bajo la premisa de mejorar en todo sentido su calidad y eficacia a nivel regional.
Hoy, en este solemne acto, quiero reiterar los compromisos adquiridos entonces, a pesar de las gravísimas dificultades que hemos encontrado en el sector al tomar posesión del gobierno; a pesar de la incomprensión de ciertos sectores politiqueros en el ámbito sindical y a pesar de la perversa carga de clientelismo político que atiborra las nóminas de la Dirección de Educación del gobierno regional, perversión que -por cierto- llegó a extremos tales como la existencia de “maestros” que acaso si sabían leer y escribir o de aquellos que nunca cumplieron con su obligación de enseñar en las aulas de sus escuelas, dedicados a otras actividades que nada tiene que ver con su responsabilidad.
No será fácil superar estos escollos. Por lo general, las ideas transformadoras encuentran siempre una fuerte resistencia en sectores interesados en que nada cambie. Sé muy bien, por tanto, que en la medida en que pisemos los callos e intereses de esos sectores, automáticamente cerrarán filas para impedir los cambios sustanciales que queremos adelantar en materia educativa y también en otros ámbitos. Son tantos años de indolencia, de corrupción y de mediocridad, que las mafias creadas a su amparo no cejarán en defender sus privilegios y vicios con todos los recursos políticos, económicos y gremiales a su alcance.
Ninguno de estos obstáculos, a pesar de su gravedad, nos va apartar del compromiso que tenemos con el sector educativo, aunque no puedo dejar de insistir en que quienes los instrumentan tienen detrás de sí el apoyo de sectores refractarios al cambio, que privilegian sus intereses políticos y partidistas por encima de los intereses de educandos y educadores.
Sabemos, sin embargo, que la razón está de nuestra parte.  Contamos con ustedes para esta formidable empresa de darles una mejor educación a los niños y jóvenes barineses que tanto la necesitan. (Aplausos)