18 AÑOS DE DESTRUCCIÓN
Gehard
Cartay Ramírez
En
estos 18 ya largos años, el chavomadurismo hundió a Venezuela y
destruyó el país que veníamos siendo.
En cambio,
en apenas
12 años el presidente Franklin Delano
Roosveelt sacó a Estados Unidos de la gran depresión, reactivó su economía,
rescató a millones de ciudadanos de la pobreza, creó millones de puestos de
trabajo -derrotando así el desempleo descomunal creado por el crack del año 29-, construyó grandes
obras de infraestructura como autopistas, represas y centrales eléctricas,
convirtiéndolo en la primera potencia industrial y militar, y hasta ganó la
segunda guerra mundial, aliado con los ingleses y los soviéticos, derrotando
así nazifascismo, encabezado por Hitler y
Mussolini.
En sólo 12 años, Konrad Adenauer, el gran líder demócrata cristiano europeo, a través de lo que
históricamente se ha conocido como “el milagro alemán”, levantó a Alemania
Federal de sus propias cenizas, recuperó la economía, creó empleo y
productividad para sacar a millones de compatriotas de la pobreza y la miseria,
reconstruyó la infraestructura destruida por la guerra, colocó a su país entre
las grandes potencias mundiales e instauró la Economía Social de Mercado y de
Democracia Política, que sería -andando el tiempo- la pionera del Estado de
Bienestar, hoy imperante en buena parte del continente europeo.
En apenas 12 años, Inglaterra, conducida por el formidable liderazgo de Winston
Churchill, también salió del saldo trágico de la segunda guerra mundial,
durante la cual sus ciudades sufrieron los rigores de los incesantes bombardeos de la implacable aviación de Hitler. Y, sin embargo, sus gobernantes, en poco tiempo, construyeron una nueva economía, reabrieron sus
fábricas y medios de producción destruidos, crearon nuevos empleos, mejoraron
los niveles de calidad de vida y hoy están integrados a las economías más
sólidas.
En sólo 12 años, los demócratas cristianos italianos, encabezados por Alcide
De Gásperi, también lograron rescatar su país de las consecuencias devastadoras
del delirio y la demencia de Mussolini y los efectos del conflicto bélico mundial. Durante ese
tiempo, reactivaron el aparato productivo, rebajaron los índices de pobreza y hambre
entre sus ciudadanos, se integraron a la economía mundial y reconstruyeron a Italia, hoy convertida en una de las economías más fuertes del planeta.
En apenas 12 años, los japoneses resucitaron a su destruido país, luego de la
locura de sus militares guerreristas al aliarse con Hitler y Mussolini y perder
la guerra, sufrieron los efectos devastadores de las dos primeras bombas
atómicas que destruyeron Hiroshima y Nagasaki, con saldo terrible de cientos de miles de muertos. Aún
así, doce años después, el Japón civilista y democrático ya había reconstruido
su economía e infraestructura, convirtiéndose en una potencia industrial como
pocas y entrado en el selecto grupo de los países plenamente desarrollados del
mundo.
En el caso venezolano -sin haber sufrido, por
supuesto, los estragos de un conflicto bélico de gran magnitud-, también es
cierto que, a partir de 1959 y hasta 1972, exactamente en un período similar de
12 años, nuestro país también logró grandes avances, sin disponer entonces de
los altos precios petroleros que desde
hace una década ha dilapidado el régimen chavomadurista. Así, por ejemplo,
masificó la educación, se construyeron miles de escuelas, cientos de liceos y
decenas de universidades, así como numerosos hospitales, centrales eléctricas,
autopistas y carreteras, cientos de miles de viviendas,
aparte de haberse reactivado la economía y el aparato productivo como pocas
veces antes. Y, sin embargo, por si fuera poco, entre 1960 y 1968, esos gobiernos
tuvieron que enfrentar al golpismo militar
de derecha e izquierda y las guerrillas terroristas
financiadas por Fidel Castro.
Traigo a colación todas estas experiencias de
gobierno exitosas en apenas 12 años, para que nos demos cuenta del espectacular
fracaso del actual régimen desde 1999, a pesar
de que ha tenido mucho más tiempo, pero también muchísimos más recursos financieros.
Sin embargo, Venezuela es hoy una nación en ruinas. De aquel pujante
país que teníamos hace 18 años sólo quedan recuerdos y más nada. Hoy somos una
población insólitamente empobrecida cada vez más por el régimen, sin comida
suficiente, sin medicinas, azotada por la inseguridad, con la mayor corrupción
e inflación del planeta. En definitiva, el chavomadurismo ha resultado una
maldición para todos.
Los más de
950 mil
millones de dólares que el chavomadurismo ha despilfarrado
y robado en estos 18 largos años no los gastaron los países europeos ya señalados para
alcanzar su reconstrucción y salir adelante; ni siquiera los gobiernos republicanos
de Venezuela desde 1830 hasta 1998.
Por
eso los venezolanos no pueden perdonarlos. Que los perdone Dios, si acaso.
@gehardcartay
El Blog de Gehard Cartay
Ramírez
LA PRENSA de Barinas (Venezuela) - Martes, 26 de septiembre de 2017.
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