lunes, 1 de octubre de 2012

Verdades
¡EL CAMBIO VA!
Gehard Cartay Ramírez
@gehardcartay
gehardcartay.blogspot.com

Nadie mejor que el candidato oficialista pudo explicar con mayor claridad por qué debemos derrotarlo este próximo domingo.
Fue en un discurso suyo en Maturín el pasado viernes. Al reconocer tardíamente -luego de 14 años, ¡nada menos!- los múltiples fracasos de su régimen, y apelando a su acostumbrada soberbia, agregó que nada de eso importaba ahora.
Dijo entonces: “El 7 de octubre no se trata de cualquier cosa lo que está en juego. Puede haber gente nuestra que pudiera estar inconforme por fallas de nuestro Gobierno, que no le arreglaron la calle, que no llegó la luz, que se le fue el agua, que no conseguí empleo, que no me han dado mi casa. Eso podrá ser cierto en muchos casos y yo asumo la autocrítica (…) y uno de mis compromisos para el próximo período es mayor eficiencia en el gobierno” (El Universal, 29-09-2012).
En tan pocas palabras -cosa curiosa en él-, el Gran Hablador hizo una exacta autopsia de su régimen ya cadáver, pero (“la burra siempre coge pal monte”, dice el refrán popular), con el mayor cinismo y caradurismo ofreció que en los próximos seis años -supuesto negado- su régimen “sí iba a ser eficiente”. ¡Y tiene los riñones de hacer tal promesa cuando en 14 largos años ha presidido una de las gestiones más ineptas, corruptas e ineficientes que conozca la historia venezolana!
Lo que vino después fue la apoteosis de su vanidad personal y su egolatría enfermiza. Fue cuando insistió en que hay muchos problemas no resueltos por su régimen, algo que hace años sabemos los venezolanos, pero que eso, en su opinión,  “no tenía importancia”. Lo importante, agregó, son los comicios del siete de octubre, y frente a estos “no está en juego si asfaltaron o no la calle, si me han dado la casa o no, o si peleamos o estoy bravo con los dirigentes regionales. ¡No! Lo que está en juego es mucho más que eso, camaradas: Nos estamos jugando la vida de la patria”.
Y aquí fue cuando su paranoia explotó. Porque si él se cree “el corazón de la patria”, según la cursilería de su principal consigna electoral, entonces él mismo es “la patria”…  y los demás al carajo.
Al carajo los inmensos y numerosos problemas de los venezolanos, porque lo único importante es el candidato reeleccionista.
Al carajo los 200.000 venezolanos asesinados desde que asumió el poder.
Al carajo los millones de venezolanos que se acuestan sin comer.
Al carajo los millones de desempleados a lo largo y ancho del país.
Al carajo los millones de venezolanos que viven en la pobreza creciente.
Al carajo los millones de compatriotas que no tiene vivienda.
Al carajo los millones de venezolanos que carecen de servicios eficientes de salud.
Al carajo los millones de venezolanos que sufren los apagones frecuentes.
Al carajo los millones de compatriotas que carecen de servicios públicos eficientes.
Al carajo los millones de venezolanos que viven cada vez peor.
Al carajo todo el mundo… menos él, que se cree el imprescindible, el único que puede ser presidente, el ungido para estar en el poder hasta que se muera, mientras destruye a Venezuela, sin importarle más nadie sino su criminal ambición de poder.
¿Quién, en su sano juicio y pensando en el país, podría votar por un energúmeno como este?
¿Quién, que esté en sus cabales y le duela Venezuela, podría reelegir a alguien como este sujeto, que luego de 14 años desaprovechó una oportunidad histórica, dilapidó miles de millones de nuestros petrodólares y ha destruido al país en todo sentido?
 ¿Quién, que no esté obnubilado por el fanatismo o la estupidez, podría llegar al colmo del masoquismo para votar otra vez por alguien que ha tenido ya demasiado tiempo en el poder y todos los recursos para resolver nuestros problemas, y, sin embargo, ha hecho precisamente todo lo contrario?
¿Quién, en verdad, que no esté cegado por la idiotez, podría ser tan pendejo para creer en las promesas refritas de alguien que como el candidato oficialista va a cumplir 14 años en la presidencia, y no ha resuelto uno sólo de los problemas del país, creado nuevos problemas y agravado todos los que consiguió en 1999?
Habrá gente, por supuesto, que todavía le creerá sus mentiras al führer de Sabaneta, sobre todo su cúpula podrida caraqueña y en estados y municipios. Habrá gente que cuida sus intereses económicos, quienes han aprovechado este régimen para enriquecerse. Y habrá gente ingenua y candorosa todavía que no se han quitado la venda de los ojos.
Pero la gran mayoría de los venezolanos quiere cambio y está dispuesta este domingo a votar por Henrique Capriles Radonski para lograrlo. Las multitudinarias concentraciones en su apoyo, realizadas en todo el país, pero especialmente las de Barinas y Caracas, son evidencia irrebatible al respecto.
Son millones de venezolanos que quieren a su país, millones de jóvenes esperanzados, millones de mujeres que aspiran una Venezuela mejor, millones de trabajadores y campesinos que desean superar su nivel de calidad de vida actual y salir de la crisis que sufren, millones de compatriotas que piensan y creen en un país de oportunidades y de progreso.
¡Por eso, el cambio va! Que nadie lo dude. Esta Venezuela de futuro se ha levantado ya definitivamente y nadie la podrá detener el próximo domingo siete de octubre cuando una aplastante mayoría elegirá a Capriles Radonski para transitar el camino del progreso y la paz para todos.
¡El cambio va! Que nadie lo dude.
La siembra del odio
El reiterado discurso del odio y la violencia que ha sembrado el actual régimen y su jefe único produjo dos muertes más este sábado anterior en Barinitas: Jaison Valero, hijo de nuestro amigo Ramón Chucho Valero, valioso luchador social, y de Omar Barazarte, en un acto de barbarie inaceptable.
Ambos crímenes no pueden quedar impunes. Y si el régimen cree que puede amilanar a este pueblo con violencia y terror tendrá su respuesta este próximo domingo, cuando lo derrotaremos por amplia mayoría. Será una forma de honrar la memoria de los caídos en Barinitas y en el país desde hace 14 años, a manos de la violencia oficialista.


LA PRENSA de Barinas - martes. 02 de octubre de 2012.